VICTORIA TANCO: EL SHOW DEBE CONTINUAR

Apasionante conversación con quién revolucionó el golf argentino (y mundial), a fines de la década del 2000. Pasaremos por su pasado, presente y futuro, en esta charla «a corazón abierto».

Si hay una imagen que se le viene a algún turista, cuando viene a Buenos Aires (aparte del obelisco, sin lugar a dudas), es la Calle Corrientes, iluminada por sus espectáculos y su contexto bohemio. «Esa calle que nunca duerme», como nos dijo el recordado periodista Roberto Gil (en los años 50), fue la causante, a mi criterio, de gran parte del estilo argento. Sí, mi querido lector, dije bien. De hecho, lo invito a cerrar los ojos y revivir un sábado a la noche allí. Le puedo asegurar que, sus ojos, se van a llenar de luces brillantes, entregadas por las marquesinas rimbombantes, encargadas de titular obras con su impronta (y su gran elenco). A su vez, sus oídos volverán a escuchar esas melodías de nuestro querido tango, promulgado por la leyenda de Carlos Gardel. No nos olvidemos de los incesantes latidos que puede generar un espectáculo en el mítico Luna Park: «El Palacio de los Deportes». Mundiales de básquet y voley, nuestra querida tenista, Gaby Sabatini, e históricas peleas de boxeo, son algunos de los eventos memorables, que se me vienen a la cabeza. Ser argentino tiene, como marca de origen, algunas de estas pinceladas que nos dio la vida.

Justamente, hoy vengo a relatar una historia que tiene todos los condimentos que nombré. Es una historia que ilumina. Una historia que, al escucharla, no van a desear que nunca termine. Los sentimientos estarán a flor de piel, cuando leamos su palabra. Todos los que amamos esta actividad, quisimos ser ella, en algún momento. Y ella lo sabe. De hecho, sus pasos estaban todos planificados, en busca de esos sueños. O mejor dicho, de ese sueño: llegar a la cima del golf mundial.

Nuestro talento argentino, Victoria Tanco, nació el 25 de Febrero de 1994 (Buenos Aires), con una determinación única. Increíblemente, el golf no fue su primera actividad. Ahora bien, ese encuentro mágico, a poco de cumplir 6 años (en el Country San Diego), iba a ser el comienzo de este «cuento de hadas». En ese instante, se estaba empezando a crear una mente de acero. La motivación por lograr todo lo posible, haciendo lo que más le gusta, era la fuerza necesaria para que el motor se encienda. Un motor que, muchas veces, solemos llamarlo «éxito».

Preparen esos corazones. Viajaremos por esos inicios arrolladores en Argentina. Rápidamente, visitaremos la gran academia de David Leadbetter y el living de Susana Giménez, dos polos opuestos. Con las palabras del querido maestro «Roberto de Vicenzo», nos iremos con el pecho inflado a Estados Unidos, a vivir su primer US Women’s Open… ¡a los 14 años! No esquivaremos su contacto, con dos leyendas de este deporte: la sueca Ánnika Sörenstam y la mexicana Lorena Ochoa. Como con una visita no alcanza, repetiremos el paso por el Abierto Estadounidense, para ver sus participaciones de las TRES temporadas siguientes (nada fácil). Festejaremos sus menciones honoríficas (y logros internacionales) y nos iremos a ver su rápido ascenso al profesionalismo. La entenderemos, en sus errores de esta etapa y escucharemos su opinión autorizada, acerca de la actualidad del golf femenino argentino (y mundial). En esta historia, ¿pueden entrar Tiger, Lorena y Ánnika, a convencerla de volver? Las puertas, de este telón, se abren. Las luces se prenden. ¡Bienvenidos!

– Victoria, viendo en otras declaraciones, que has dado a lo largo de tu exitosa carrera, encuentro tres frases que se repetían muchas veces: “Quiero ser N°1 del mundo”, “Quiero ganar el Us Women’s Open” y “Quiero llegar a jugar el LPGA”. Me atrevo a decir que, muy pocos, en la historia del deporte argentino, tuvieron la determinación que tuviste vos, a la hora de definir sus máximos objetivos y sueños. ¿Cómo llegó a mantenerse ese “hambre de gloria”, desde tan chica? Hoy en día, ¿crees que fue tu virtud principal, por la cual escribiste páginas de la historia del golf argentino? De ser así, ¿por qué? 

– Desde chica me enamoré del golf. Más precisamente, desde que empecé, a los 6 años. Era mi pasión y me encantaba. A su vez, (siempre) mi mentalidad era seguir progresando y seguir mejorando.

Mis sueños eran jugar en el LPGA y ser la N°1 del mundo. Eso fue lo que me mantuvo «ese hambre» de seguir trabajando. Hasta no llegar al LPGA, y jugar con las mejores del mundo, no iba a parar. Entonces, esto me sirvió mucho para poder poder enfocarme, seguir entrenando y seguir mejorando, porque, desde chica, ya sabía que quería jugar en el tour. Hasta no cumplir mis objetivos, siempre tenía motivo y razón de seguir entrenando y mejorando.

– Ese “hambre de gloria” nació en el “San Diego Country Club”, a los 6 años, luego de acompañar a tu hermano, Nicolás, en una clase. Perdón. Me corrijo. En realidad, empezó a los 5 pero, tu profesor, te dijo te faltaba un año para comenzar, ¿verdad? Me gustaría que, un poco, nos cuentes ese encuentro particular con el deporte y esos primeros tiempos con tu hermano. ¿Realizaban algún “mano a mano”, de carácter lúdico, y buscaban ayudarse (al avanzar en esto) o cada uno se preocupaba por lo suyo? 

– Inicié este deporte, en San Diego Country Club, a los 6 años. De la historia que nombraste, me acuerdo un poco, pero no mucho. Por lo tanto, no puedo hablar mucho de eso porque, la verdad, no recuerdo muy bien como fue todo. Ahora bien, en ese momento, creo que yo tenía 5 años, casi 6. Entonces, no tuve que esperar todo un año para empezar a jugar. Sólo fueron unos meses.

Cuando yo comencé, en mi familia, nadie practicaba deportes. Nadie era deportista, ni pensaban que, mi hermano y yo, íbamos a practicar una actividad, cómo ésta, tan seriamente. Ahora bien, en el Country San Diego, los fines de semana, yo sólo estaba tratando de buscar un deporte, para jugar, como hobby, y pasar el tiempo. Primero fui a tenis: no me gustó. Luego, fui a andar en «pony» (raza de caballos pequeños) y tampoco me gustó. De la nada, mis papás dijeron: «vamos a probar golf». Fuimos, junto con mi hermano, nos encantó y empezamos a jugar. Pero, no se bien por qué, a los dos, nos encantó tanto. Yo creo que puede ser por las canchas de golf en sí, por la naturaleza, por la acción de pegarle a la pelota y tener, como objetivo, que embocarla en un hoyo.

Crecer, en el golf, con mi hermano, fue algo muy lindo y estoy muy agradecida. Los dos somos muy competitivos. Siempre disputábamos, no sólo en el golf. Sino, en todo. En el «Ping-Pong», el «metegol», en ver quien nada más rápido… Eso me ayudó mucho a mejorar. Además, fue muy lindo tener su compañía. Yo no entrenaba sola. Siempre entrenábamos juntos. Eso me ayudó a mejorar (y a progresar) porque, mi hermano, también era muy bueno. Al competir contra él, me daba esas ganas de jugar y esa motivación de querer ganarle, haciendo que mejore mi juego. Así que, estoy muy agradecida de haber tenido un hermano (un año y medio más grande que yo), con el que pude jugar al golf. A su vez, agradezco poder haber viajado con él y competir juntos. Me ayudó mucho a mi juego.

– Si tuviera que preguntarte por tus logros argentinos, estaría hasta mañana. Ahora bien, me quiero concentrar en algunos momentos específicos. Quiero ir al año 2004. 10 años, sacaste handicap y participaste en el Abierto Argentino de Damas. Hasta medios extranjeros estaban atentos, en tu desempeño. ¿Era posible abstraerse de todo eso, a tan corta edad? Me gustaría que nos recuerdes las primeras imágenes que se te vienen a la cabeza, luego de semejante experiencia. 

– La verdad que todo pasó muy rápido. Como te dije, empecé a jugar a los 6 años. De ahí, jugando los torneos de chiquita. La primera vez que competí, en uno de ellos, tenía 7 años. Y gané el «mejor approach» (risas). Eso me motivó mucho para seguir entrenando y seguir mejorando. Ahora bien, como mi progreso fue bastante rápido, mi profesor, en ese momento, me dijo que ya estaba lista para sacar handicap.

Fue una sorpresa para mí, haber jugado el Abierto Argentino de Damas. La verdad, fue algo muy impresionante porque nunca había pensado que, haber jugado este evento, a los 10 años, hubiera sido algo tan grande, en el sentido de que, por haber sido la jugadora más chica en jugar este certamen, muchos medios me entrevistaron. Fue todo una sorpresa, el que haya sido una situación tan grande, que haya llegado a muchos lados.

En su momento, a los 10 años, como que uno es bastante chico. Lo que me importaba a mi era jugar al golf y estaba concentrada en cada día del torneo. En cuanto a las entrevistas que pudiera hacer, estaba muy agradecida por todo. Ahora bien, era muy chica. No le dí mucho pensamiento. Sino que, cada entrevista que hacía, me ponía muy feliz, al tener esa oportunidad. Pero, en su momento, no lo pensé mucho que digamos. Y poder haber jugado el Abierto Argentino de Damas, a los 10 años y con las mejores jugadoras del país, fue algo muy impresionante, que me ayudo mucho y me motivó mucho para, de nuevo, seguir mejorando y seguir progresando porque, después de haber jugado este evento, mi objetivo (en ese instante) era llegar a ser la mejor del país.

En esta foto, podemos ver a Victoria Tanco, con 16 años, durante una sesión de fotos en la «IMG Leadbetter Golf Academy».

– 2007 fue un año, en donde ya se empezaba a ver qué eras capaz de hacer. Con tus 13 años, fuiste integrante del equipo femenino campeón de “Copa Andes” en Santa Cruz de la Sierra. A su vez, te llevaste el Campeonato Mundial Junior de Golf y lideraste el Ránking de Aficionadas de Argentina. Es tal la revolución que venías generando que, el año anterior, la academia del gran David Leadbetter (IMG), te becó para que vayas a entrenar con ellos. Primero voy a apuntar a esto último: ¿fue muy dura la adaptación allá, teniendo en cuenta tu juventud y la obtención tan rápida de logros, representando a tu país? ¿Cuáles fueron las mejores enseñanzas que tuviste en el lugar? ¿Es cierto que llegaste a tener buen trato con la hija de David?

– A los 12 años, fui a la academia de David Leadbetter (IMG), por primera vez, y me becaron. Así que, eso fue algo muy importante en mi carrera porque, jugando tantos torneos en Estados Unidos y teniendo la oportunidad de poder ir a la academia (entrenando todo el día y quedándome ahí), fue algo que me ayudó mucho a poder jugar los torneos juniors y amateurs.

Por suerte, la adaptación no fue difícil porque, mi primer torneo (que jugué allá) fue cuando tenía 10 años. Entonces, como empecé desde chica, nada fue sorpresa. Sino que, de a poquito, me fui adaptando y, a medida que fui creciendo, empecé a estar más tiempo allí. Por lo tanto, no fue algo de 0 a 100%. A los 10 años, jugué el Optimist (International Junior Golf Championships). A los 11 (y a los 12 años), competí en el Optimist y en el Doral (Publix Junior Golf Classic). A los 13 años, disputé, aparte de estos torneos, el Junior (World Golf Championship). Y, a los 14 años, empecé a jugar los AJGA (los torneos americanos del circuito junior) y la clasificación al US Women’s Open. Así que, por suerte, me ayudó mucho el hecho que esto se haya dado a su debido momento. Cada vez, fui viajando más a Estados Unidos y me fui quedando más. Ahora bien, en simultáneo, seguía estando (y compitiendo) en Argentina. Pude crecer acá también. Entonces, yo creo que tuve, como se dice en inglés, «The Best of Both Worlds» («Lo mejor de ambos mundos»), porque competía mucho en Estados Unidos, donde estaba el mejor nivel (lo cual, me ayudo a mejorar muchísimo mi juego), pero, al mismo tiempo, no perdía mis raíces, en Argentina, y podía estar con mi familia y mis amigas. A su vez, podía jugar los torneos nacionales. Pude hacer las dos cosas al mismo tiempo.

Estando en Estados Unidos, aprendí muchísimo porque, en la Academia, había muy buenos jugadores y jugadoras. Esto me ayudó mucho a seguir progresando. Poder entrenar, en la Academia, seis horas por día, tener el gimnasio ahí, tener los comedores ahí, y los «coaches», con toda la tecnología, fueron cosas que me sirvieron mucho para mi juego. Además, aprendí muchísimo jugando con los deportistas de la Academia.

La hija de Leadbetter también fue allí, cuando yo estaba. Me hice muy amiga de ella. Ahora, es periodista de golf.

– Siguiendo lo ocurrido ese año, la histórica conductora argentina, Susana Giménez, ¡te invitó a su living!  Ahora bien, en esa recordada entrevista, en donde le enseñaste a “tirar putts” a Susana, casi sin darte cuenta, te empezaste a convertir en una “embajadora” de nuestro deporte, dándole aún más difusión, de la que tenía la actividad, en ese momento (hay que tener en cuenta que, en ese año, también fue la consagración del legendario Ángel “El Pato” Cabrera, en Oakmont). ¿Recordás la intimidad con tus allegados, cuando te enteraste de que ibas a ir al programa? Esa entrevista, ¿te generó alguna “presión” (en el buen sentido de la palabra) a la hora de representar la bandera argentina? ¿O no eras totalmente consciente del lugar en el que estabas y lo veías “como un juego”? 

– La entrevista de Susana Giménez surgió a último momento. Así que no tuve mucho tiempo de reflexionar (o pensar) lo que era, o cuán lejos iba a llegar, porque creo que fue al mismo día, o al día siguiente, que mi papá me dijo que iba a ir allá. Así que, no fue que tuve mucho tiempo para pensarlo. Pero, como ya tenía 13 años (y desde los 10 que empecé a salir en las noticias), ya estaba acostumbrada a dar notas.

Para mí, era todo muy normal. Como que no me ponía muy nerviosa. Y, obviamente que, en el programa, eso cambio y estaba con un poco de nervios. Pero, como que no lo pensaba mucho. Me decían: «vas a ir a esta entrevista» y, yo iba y la hacía. Tenía 13 años y se me hacía todo muy normal. No sé como explicarlo con mis palabras (risas). En fin, era todo muy natural para mí.

No me generó presión esa entrevista. Al revés. Me daba más motivación de seguir para adelante, seguir mejorando, seguir compitiendo y seguir pudiendo ganar torneos.

En esta foto, tenemos a Victoria Tanco, realizando su tiro, desde el fairway del hoyo 7, en las rondas de práctica del US Women’s Open 2008, disputado en The Interlachen Country Club (Edinah, Minnesota).

– 2008 y llega tu temporada consagratoria. Luego de volver a triunfar en “Copa Andes” en Uruguay (Cantegril Country Club), y ganar el prestigioso Junior Orange Bowl, pudiste clasificar a tu primer major: El US Women’s Open 2008, en Interlachen Country Club (Minnesota). La explosión de los medios nacionales, e internacionales, fue alucinante. En una famosa revista argentina, habías sido considerada “La Gabriela Sabatini del Golf”. Hasta nuestro gran maestro, Roberto de Vicenzo, en una entrevista a ESPN, dijo que eras un “soplo de aire fresco para nuestro golf”. ¿Cómo fue, después de esa clasificación, el ver tanta repercusión y muestras de apoyo del mismisimo Roberto, entre otros? A su vez, no me quiero olvidar que, aparte de todo esto, dejaste una huella imborrable en el golf femenino argentino, siendo la tercera argentina en disputar este evento, luego de Silvia Bertolaccini y Dolores Nava (posteriormente, el año pasado, Delfina Acosta se sumó a esta selecta lista). ¿Tuviste la oportunidad de hablar con ellas, antes de esa primera experiencia? Ahora, con el diario del lunes, ¿Qué se siente estar en esa prestigiosa lista?

– El 2008 fue uno de mis mejores años golfísticos, lo cual pude cumplir muchos objetivos que me propuse. Uno fue clasificar para el US Women’s Open. No tenía ni idea que se podía hacer esto como aficionada.

En esa clasificación (que son 36 hoyos, disputados en un día), la cancha era bastante complicada. Pero, la verdad que jugué increíble, las dos vueltas. Pude clasificar y no lo podía creer. Terminando de jugar el último hoyo, cuando me enteré que clasifiqué, la verdad que no lo podía creer, porque fue un sueño hecho realidad.

El apoyo de todos los golfistas, sobre todo «El Maestro» (que tanto lo admiro), y el de la Asociación Argentina de Golf, sumado al de los diarios y las redes, fue fantástico. No podía creer tampoco que haya tenido tanto repercusión.

Jugar el US Women’s Open es una experiencia increíble. Es muy difícil ponerlo en palabras. Pero, las canchas, en todos los años que jugué, son impresionantes. Después de haber jugado en el LPGA, te puedo decir que las canchas de este evento son las más complicadas de todo el año. Ahora bien, haber podido jugar a los 14 años, y estar ahí, es una emoción súper grande. Y jugar con tanto público, estando con los mejores jugadoras del mundo, fue una experiencia inolvidable. Lo disfruté mucho y fue un sueño hecho realidad.

En cuanto a las otras argentinas que participaron en el US Women’s Open, no pude hablar con ninguna de ellas, antes de jugar el evento.

– Antes de arrancar ese US Women’s Open, tuviste la oportunidad de estar con varias de tus referentes. Pero me quiero detener en dos encuentros: el que tuviste con, la gran sueca, Annika Sörenstam (estaba disputando su último abierto estadounidense. Actual miembro del Salón de la Fama y ganadora de 10 majors) y con la mexicana Lorena Ochoa (en ese momento era N°1 del ránking. Actualmente está retirada, también miembro del Salón de la Fama, y ganadora de 2 majors). Con esta última, tu trato fue muy directo. ¿Qué recordás de esas situaciones?

– Poder haber jugado un US Women’s Open, con Ánnika retirándose, fue algo increíble. Fue increíble poder haber compartido, con ella, un mismo torneo. Bueno, ella también tiene un evento junior (Ánnika Invitational), que también lo pude jugar y ganar (en 2010). Entonces, con Ánnika tuve la oportunidad de tener varios encuentros. Y, la verdad que fue sensacional, porque siempre la admiré mucho. Así que, esa experiencia fue inolvidable.

Con Lorena Ochoa, no me acuerdo haberme encontrado con ella, en el primer US Women’s Open. Si, en mi segundo abierto estadounidense. Pude jugar una vuelta de práctica con ella. Es muy simpática, muy amorosa. También fue una experiencia inolvidable.

Fueron dos momentos fantásticos que pude tener con dos jugadoras excelentes, que hicieron tanto por el golf femenino. Justo pude verlas, y jugar con ellas, antes de que se retiraran. Fue espectacular haber tenido esas experiencias con ellas, sabiendo que ya estaban en lo último de sus carreras.

En ese US Women’s Open, no pasaste el corte (el evento lo ganó la coreana Inbee Park). Ahora bien, dejaste momentos pintorescos, como el hermoso águila, de 154 yardas, en el hoyo 9. Sin embargo, recuerdo que quedaste enojada, a pesar de todo, luego de no cumplir tu objetivo. ¿Se puede decir que, esa “bronca”, fue el puntapié inicial para volver a clasificar, en las 3 ediciones siguientes del evento? ¿O, a los días, te diste cuenta de la hermosa experiencia vivida? Hoy, en frío, ¿Qué enseñanzas te dejó ese primer major? 

– Mi objetivo, en el US Women’s Open, era pasar el corte. Y ese objetivo no fue cumplido. Pero, al mismo tiempo, eso no sacó la importancia y la experiencia de haber estado jugando un US Women’s Open, a los 14 años, con las mejores del mundo y en un evento, con la preparación de cancha más complicada. Sobre todo, no sacó la importancia de lo vivido en ese hoyo 9 (fue el primer día). Haber podido embocarla del fairway y poder estar en ESPN, con uno de los mejores tiros del día, fue algo muy lindo y muy sensacional.

Haber podido clasificar, para jugar el US Women’s Open, me abrió una puerta. Me pude decir: «bueno, si lo pude hacer una vez, lo puedo hacer otra vez más, otra vez más y otra vez más». Justamente, me puse como objetivo (entre otros), al año siguiente, clasificar otra vez y estar de nuevo en un US Women’s Open. Y lo pude hacer.

Yo no creo que, el no pasar el corte, fue el motivo por el cual pude clasificar, en los años siguientes. Cada año que pasaba, sabía que tenía la oportunidad de poder clasificar. A su vez, sabía que tenía el juego para poder estar, en el US Women’s Open, todos los años.

La enseñanza que me dejó, esta experiencia, fue el hecho de seguir mejorando. A pesar de tener mucho éxito, en el junior y en el amateur, a mi juego todavía le faltaba y necesitaba seguir trabajando y mejorando. También, esto me enseñó lo siguiente: las canchas del US Women’s Open son las más complicadas de todo el año. En estos eventos, lo que me costaba era que yo no estaba acostumbrada a jugar ese tipo de canchas porque el rough es, siempre, larguísimo (lo cual, muchas veces, tenés que «sacar a buena», si es que errás el fairway), los greenes son súper duros (y súper rápidos) y las banderas las ponen todas en los costados. Con todo esto descripto, aprendí que tenía que seguir trabajando, con mucha paciencia, mucho esfuerzo y mucha motivación. A su vez, como te dije antes, a mi juego le faltaba crecimiento. Al mismo tiempo, todo esto, me ayudó mucho porque sabía que tenía que seguir trabajando duro, para poder llegar al Tour (LPGA), en su futuro.

Victoria Tanco, en la segunda ronda del US Women’s Open 2009, disputada en «Saucon Valley Country Club» (Bethlehem, Pennsylvania).

– Llegó la temporada 2009. Tuviste una nueva participación en el US Women’s Open, en donde, lamentablemente, no pasaste el corte. Sin embargo, tu año como amateur fue tan espectacular, que obtuviste, por segunda vez consecutiva, el “Rolex Junior Player of the Year” (mejor jugadora aficionada del año, repitiendo lo hecho en 2008), igualando (entre otros) al logro obtenido por otro de tus ídolos: Tiger Woods (obtuvo la distinción en 1991 y 1992). ¿Sabías de esta situación? El estar logrando distinciones, parecidas a las que tuvieron leyendas como Tiger, ¿hacía que tu cabeza empiece a pensar que estabas para “dar un salto mayor”? 

– Eran increíbles todos los logros que estaba teniendo. Y yo no lo pensaba mucho. Lo único que pensaba era ir a cada torneo, jugar lo mejor posible y tratar de ganar cada torneo que jugaba. Ahora bien, como ya, a los 10 años, yo sabía que quería ser profesional, sabía que, tarde o temprano, quería tomar ese paso.

Al mismo tiempo, tanto en el 2008, como en el 2009, fueron dos años muy buenos para mí. Pero, sólo tenía 14-15 años. Yo sabía que quería ser profesional. Sin embargo, todavía era chica. Siempre apunté, para ser profesional, a los 18-19 años.

Haber sido, dos veces, jugadora del año, fue algo increíble porque, en ese momento, el nivel era espectacular con Lexi Thompson (actual estrella estadounidense. N°9 del mundo y ganadora del ANA Inspiration 2014) , Jessica Korda (otra gran protagonista del tour, de origen checo pero nacionalizada estadounidense. Es hija de Petr Korda, histórico ex tenista. Actual N°16 del mundo y ganadora de 5 torneos en el circuito), y Ariya Jutanugran (extraordinaria tailandesa que tiene el LPGA. Actual N°17 del mundo y ganadora del Women’s British Open 2016 y el US Women’s Open 2018), entre otras. Así que, haber podido recibir esa distinción, con todas esas jugadoras, fue algo muy lindo y algo que lo disfruté mucho.

Ahora bien, cada cosa en su etapa. Primero, lo ocurrido en Argentina. Luego, como junior y amateur, en Estados Unidos. Después de todo esto, tenía pensado mi etapa como profesional. Así que, a esa edad, disfrutaba jugar, donde estaba jugando, y seguía preparándome para la próxima etapa, que era el profesionalismo. Pero yo sabía que eso no se iba a dar, hasta que tenga 18-19 años.

La argentina Victoria Tanco, con su caddie, Ruben Yorio, analizando el tiro de salida del hoyo 4, durante la tercera ronda del US Women’s Open 2011, disputado en «The Broadmoor» (Colorado Springs, Colorado)

– En tus 2 temporadas siguientes, tuviste dos nuevas participaciones en el Abierto estadounidense. La primera, en 2010, fue en Oakmont Country Club: lugar del triunfo del “Pato” Cabrera en 2007, en el evento de hombres (como mencionamos anteriormente). ¿Tuviste algún consejo de él? ¿Cómo te trabajó la cabeza, teniendo en cuenta lo histórico, para nuestro país, del lugar? Al año siguiente, en tu última aparición en el evento (disputado en The Broadmoor East Course, Colorado Springs), lograste cumplir el ansiado objetivo de pasar el corte, terminando en el T-59. ¿Recordás tus sensaciones de esos días, teniendo en cuenta que te pudiste sacar la espina, de la meta anhelada hace 4 años atrás? Si bien algo ya me comentaste, quiero hacer referencia a este hecho puntual. ¿Se podría decir, ahora sí, que, este buen resultado, fue la causa de tu paso al profesionalismo? 

– Oakmont es una cancha soñada y súper famosa, que todos quieren jugar. Y haber tenido la oportunidad de jugar la cancha (y en un US Women’s Open) fue algo inexplicable. Su preparación fue impresionante. Además, la dejaron en un estado increíble. Es una cancha súper complicada y muy competitiva.

No tuve un consejo del «Pato», antes de jugar. Ahora bien, lo que hizo esa semana, en el US Open, fue algo espectacular porque hay que jugar al nivel que jugó, en una cancha de ese nivel.

Al siguiente año, en Colorado, tuve que hacer (creo) entre -4 y -5, en el segundo día, en los últimos nueve hoyos. En esa vuelta, como que me desperté (risas) y empecé a embocar putts, y a pegar todos los tiros que quería pegar. Hasta que, en el último hoyo (Par 5 del hoyo 9. Había arrancado la ronda por el tee del 10) emboqué, para birdie, el approach. Pasé el corte por primera vez, lo cual se sintió muy bien. Fue un respiro, porque creo que fue mi cuarto intento. Así que, sobre todo después de haber tenido esos últimos nueve hoyos. El haber hecho entre -4 y -5, para poder pasar el corte, fue una sensación (y un sentimiento) muy fuerte. Estaba muy, muy contenta.

Después, el fin de semana, jugué muy bien. Pero, lamentablemente, me costaron muchísimo los greenes. Por eso, no pude terminar de la mejor manera. Pero bueno, haber podido pasar el corte y, sobre todo, haber tenido esos últimos nueve hoyos del viernes (que jugué espectacular y me permitieron disputar los cuatro días, en este evento), fue una experiencia increíble.

Ese año, además, estaba jugando la Q-School, para poder clasificar al LPGA Tour. Así que, haber podido clasificar para el US Women’s Open (y pasar el corte, jugando los cuatro días), fue algo que me ayudó mucho para seguir intentando y seguir para adelante, así podía llegar al objetivo de clasificar para el LPGA, ese año, en las tres etapas de disputa.

Las argentinas Manuela Carbajo Ré, Victoria Tanco y Martina Gavier, en la ceremonia de apertura del World Amateur Golf Championship 2010, disputado en el Olivos Golf Club (Buenos Aires, Argentina).

– En paralelo, en Argentina, te cansaste de romper récords y obtener honores (risas). Por ejemplo, ganaste el “Diploma al Mérito” de la “Fundación Konex” de 2010 y, hace poquito, una de las grandes “promesas” de nuestro país, Ela Anacona, estuvo a un trofeo de igualarte como mayor ganadora del Campeonato Argentino de Damas. Si bien, te igualó en la mayor cantidad de veces consecutivas de obtención del evento (ella lo hizo entre 2016 y 2018, mientras que vos lo hiciste entre 2008 y 2010), tu victoria, como profesional, en 2013, hizo la diferencia. ¿Te sorprende que ese récord todavía sigue en pie, habiendo pasado mucho tiempo? ¿Crees que, en el corto plazo, se romperá? ¿Podrías establecer algunas chicas que “puedan ocupar” tu lugar en Argentina? ¿O falta mucho para eso? 

– Es difícil saber si se romperán los récords o no. A su vez, es difícil poder decir quién va a venir, en un futuro. Pero, como todo récord, se pueden romper. Y espero que así sea porque eso significaría que el golf argentino está mejorando. Y cómo todo deporte y actividad, siempre se progresa. Así que, si es que se van a romper mis récords o no, eso no lo sé. Ahora bien, espero que sí porque, como te dije antes, sería positivo para el golf argentino.

En esta foto vemos a Victoria Tanco ejecutando un tiro, en la última ronda de la «LPGA Qualifying School» 2011, disputada en el «LPGA International» (Daytona Beach, Florida).

– A fines de ese recordado 2011, te hiciste profesional, y cumpliste tu sueño de obtener la tarjeta del LPGA. Sin embargo, los resultados no fueron los esperados, a tal punto que decidiste alejarte del golf, en el año 2016. Si bien, en una entrevista a La Nación (en 2017), algo de lo que te voy a preguntar mencionaste al respecto, me gustaría que, para quienes no lo saben, nos recuerdes qué fue, para vos, lo que falló en ese salto al profesionalismo y qué cambiarías si tuvieras una nueva oportunidad. 

– En el 2011, yo jugué la Escuela Clasificatoria para entrar en el LPGA Tour y lo logré. Fue un sueño hecho realidad. Y, en ese momento, tenía 17 años. Iba a empezar a jugar en el 2012.

Muchas cosas sucedieron esos tres años que jugué en el tour. Cometí varios errores. Pero, los cometí por no saber. Algunos de ellos, fueron (y si tuviera otra oportunidad, lo haría distinto) los siguientes: en toda mi carrera, como aficionada, siempre tuve un equipo, alrededor mío. Y, cuando me hice profesional, tuve que empezar a hacer todo más sola. Y no había formado un equipo que esté conmigo, y que me apoyara, en las buenas y en las malas. Es como que, de la nada, me encontré viajando sola. Y tuve que, de un día para el otro, convertirme en una adulta. Yo creo que eso fue lo que me costó. Tener que viajar a todos los torneos, jugar contra las mejores jugadoras del mundo, y no tener ni un profesor, ni un caddie fijo. Al mismo tiempo, siendo «rookie» (disputaba su primera temporada) en el circuito, no era amiga de ninguna de las que jugaban, porque no las conocía. No conocía a nadie y era una jugadora nueva. Entonces, es como que no sabía bien como manejarme. No sabía bien cómo viajar, ni nada de eso, porque el tour era nuevo para mí.

Cometí muchos errores. Hoy en día, si tengo que dar consejos a alguien que está empezando, tengan en cuenta esto: tengo la experiencia de haber jugado. Pero, en ese entonces, yo no tenía ninguna jugadora que me pudiera ayudar (o me pudiera recomendar) sobre cómo es el tour. Lo que más me costó fue no tener un equipo sólido, alrededor mío, que me acompañara y me ayudara en los torneos. No tenía un equipo que me ayudara a navegar cómo es estar en el tour. De ser aficionada y amateur, a ir directo al circuito, teniendo nada más que 17 años, fue un salto enorme que, al ser tan chica, no pude saber cómo llevarlo, como manejarlo. Si yo hubiera tenido un equipo más sólido, alrededor mío, y con experiencia (y que supieran qué significa estar en el tour), me hubiera ayudado muchísimo. Sin embargo, en su momento, eso no lo tuve.

– No voy a entrar en las razones por la cual abandonaste el deporte, que ya las has explicado. Ahora bien, te propongo un juego. Supongamos que tocan el timbre de tu casa, las siguientes leyendas de este deporte: Tiger Woods, Lorena Ochoa y Ánnika Sörenstam. Los hacés pasar y ellos cuentan que el motivo de su visita es buscar convencerte, para que vuelvas al profesionalismo, asesorándote en lo que necesites. ¿Aceptarías la propuesta hoy, tomarías una decisión afirmativa, pidiendo un tiempo para volver a reencontrarte, o no hay vuelta atrás en la decisión tomada? (Risas) Fuera de toda broma, ¿no sentís que el golf “te debe” una revancha? 

– Gran pregunta (risas). Si eso sucedería, yo creo que dependería de cómo va la charla y de cuánto me mueva la charla. También, para una decisión así, tan grande, se necesita tiempo para pensarla. Todo tipo de decisiones, cómo éstas, no son sencillas y es importante, como te dije, tomarse el tiempo para pensarlas.

Ahora bien, el golf no me debe nada. Al contrario. El golf me dio un montón. Estoy muy contenta de todo lo que me dio el golf a mí: poder viajar a muchos lados, el conocer a muchas personas, y poder competir. Aunque no realicé todos mis sueños, pude concretar algunos de éstos, con el golf. Así que, como dije antes, el golf no me debe nada. A pesar de que no pude cumplir todos mis objetivos, estoy muy contenta con toda mi carrera. Y, a su vez, estoy muy agradecida por todo lo que me dio este deporte a mí.

De izquierda a derecha: la colombiana Mariajo Uribe (medalla plateada), la paraguaya Julieta Granada (medalla de oro) y la argentina Victoria Tanco (medalla de bronce), en los juegos ODESUR 2014, disputados en el «Campo de Golf San Cristóbal» (Santiago, Chile).

– Rápidamente, si es que estás al tanto, me gustaría que nos menciones tu opinión acerca del surgimiento, el año pasado, del Augusta Women’s Amateur. Si, en tus años de esplendor, hubiera existido el torneo y lo hubieras podido jugar, ¿crees que te hubiera cambiado mucho tu carrera y, hoy en día, estarías compitiendo? A su vez, me gustaría, si querés, que nos des alguna palabra de apoyo para Agustina Zeballos, quien va a ser nuestra representante en la próxima edición del evento.

– La verdad que me pone muy contenta ver que el golf está creciendo. Y, sobre todo, el golf femenino. Desde que dejé de ser aficionada, hicieron varios torneos más, que no estaban mientras yo estaba jugando. Así que, con este gran evento, en Augusta, me pone muy feliz ver que las mujeres pueden jugar allí. A su vez, me pone muy feliz ver que el golf femenino está creciendo, está mejorando y, cada vez, hay mas torneos.

En cuanto a lo que hubiera sido mi carrera, en relación a una presencia del evento (en ese entonces), no puedo especular porque no puedo decir que hubiera sucedido.

Mi consejo para Agustina Zeballos es que lo disfrute mucho. Que cada tiro (y cada hoyo) es una oportunidad increíble y única. Así que, ojalá lo disfrute y se divierta mucho. Esa es la mejor manera de jugar al golf.

Para terminar, agradeciéndote por tu enorme buena onda y predisposición, como en todas las entrevistas, busco que mis invitados nos dejen un consejo, para aquellos que se inician en esto, por amor al deporte, o para quienes dan sus primeros pasos como profesional. ¿Cuál sería el tuyo? 

– Mi consejo para los que recién iniciaron golf, o están pensando en comenzar, es que lo inicien. Esto se los digo porque el golf es un deporte increíble que te da muchas oportunidades, para poder conocer a gente, tener la posibilidad de realizar un deporte al aire libre, y disfrutar de la naturaleza. Es algo único. A su vez, no bajen los brazos porque, a veces, puede ser un deporte que trae un poco de frustración. Pero, mientras que lo disfruten, no importa el resultado. Es la mejor manera de poder mejorar y de poder disfrutar (y divertirse) con el deporte. También, si pueden tomar clases, háganlo. Igualmente, disfrútenlo. Eso es lo más importante.

Consejos para alguien que se se está iniciando profesionalmente: tengan un buen equipo de trabajo alrededor suyo. Siéntanse bien acompañados y, si pueden buscar ayuda a otros jugadores (que ya hayan estado en el tour o que tengan más experiencia), háganlo. Es muy importante estar informados y aconsejados con alguien que ya haya hecho esos mismos pasos. Lo más importante es el equipo de trabajo y tener otros jugadores con quién viajar. Además, no hay que bajar los brazos. No importa el resultado. Sigan trabajando duro y teniendo paciencia. Cada torneo es una nueva oportunidad para poder jugar bien.

Definitivamente, está más que claro que, cuando uno sabe lo que quiere, es mucho más fácil llegar al éxito. Y éste no depende de un buen resultado siempre. Muchas veces, el éxito pasa por dejar todo de uno, y hacer todo lo que está a tu alcance, para que las cosas pasen. Les puedo asegurar que se deja una huella, en poco o en mucho tiempo. Y es lo que pasó con Victoria, en nuestro país. Esa pequeña que «Soñaba con jugar el LPGA» y «ser la N°1 del mundo», se metió en nuestros corazones, para hacernos entender lo reconfortante que es pelear por sus sueños, a pesar de todas las dificultades existentes. Insisto: «Soñar con jugar el LPGA» y «ser la N°1 del mundo». Estas frases, ¿no les hacen recordar videos memorables de grandes estrellas de nuestro deporte, expresando sus objetivos a cumplir y la importancia de ellos? Ud me entiende…

No sabremos si, en distintos lugares del mundo, Tiger, Lorena, Ánnika, algún allegado, o ella misma, hará que la motivación, y ese «hambre de gloria», vuelva. Ahora bien, en gran parte, gracias a Victoria, muchos compatriotas volvieron a creer que es posible. Muchas personas salieron de la apatía, entendiendo que hay que trabajar duro. Entendieron que nunca hay que dejar de luchar por lo que uno quiere. Ése fue el gran éxito de ella. Dejó una marca.

Este legado tiene que seguir. La obra terminó y los espectadores, eufóricos, hablan con sus familiares, contando lo que vieron. Se quedaron con ganas de seguir viendo la historia. EL SHOW DEBE CONTINUAR.

Matías Miguel Torge

Handicap 54

2 comentarios sobre “VICTORIA TANCO: EL SHOW DEBE CONTINUAR

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