Todo lo que dejó el segundo «mano a mano» entre Tiger Woods y Phil Mickelson. La companía de Peyton Manning y Tom Brady. Sensaciones de cara a la reanudación del PGA Tour.
Sin lugar a dudas, el regreso oficial del golf está a la vuelta de la esquina. Hoy era una nueva prueba de fuego, dado el nivel de espectáculo que teníamos. Aclaro que no desmerezco lo sucedido en la semana anterior, cuando Rory Mc Ilroy, Dustin Johnson, Rickie Fowler y Matthew Wolff, dieron el puntapié inicial en Seminole Golf Club. Sólo digo que acá, el show pasaba por otro lado.

No importa en que lugar del ránking estén, que es lo que está pasando por sus vidas y cuánto logros más haya tenido uno sobre el otro. Tiger es a Phil lo que Phil es a Tiger. 2 almas competitivas hasta el hartazgo, ejemplo de muchos (a nivel deportivo), en el mundo. Se necesitan, se retroalimentan y sacan lo mejor de cada uno. A su vez, tengan en cuenta que, como compañeros, estas dos leyendas tenían a Peyton Manning y Tom Brady, otros dos estandartes de la NFL que (si bien, se defienden bastante bien en este deporte) daban más razón de ser para que «el amistoso» no fuera tan así, porque entienden el mismo idioma.

Si a esto le sumamos la actuación estelar de Justin Thomas como reportero de campo (parecía que Dottie Pepper y, nuestro querido John Sutcliffe, le hubieran dado clases hace años), acompañando a la experimentada Amanda Balionis, podríamos decir que estábamos casi en un «evento» del PGA Tour. El histórico jugador de NBA, Charles Barkley, con su histrionismo característico (párrafo aparte para el jocoso duelo verbal con Tom Brady) y las presentaciones de lujo que brindó Samuel L. Jackson, histórico actor y productor americano, fueron «la sal y pimienta» que necesitaba este evento. La lluvia tampoco quería ausentarse y complicó las cosas, demorando 45 minutos el inicio. Por suerte, se hizo a un lado para que los protagonistas peguen en el tee del 1.

Cuando vamos a las acciones del match, nos encontramos con un Tiger prolijo y regular, acompañado de un Peyton Manning que, con un trabajo de putting cercano a las grandes ligas, no desentonaba y marcaba un ritmo difícil de igualar. Phil resistía como podía y Tom Brady estaba totalmente perdido. Y no es para menos. Para que se den una idea, hoy se estimaba que ¡400 millones de personas! estén viendo el encuentro. Sí, estoy seguro que, con este dato que les estoy dando, todos nos pusimos en su lugar. ¡Y estamos hablando de alguien con 8 de handicap! Hasta el hoyo 7, eso fue lo que hizo la diferencia, de 3 hoyos arriba, entre el equipo de Tiger y el de Phil. O, mejor dicho, entre Tom Brady y el resto. Le podía pasar a Peyton también pero, en Tom, fue mucho más notorio. Hasta se le rompieron los pantalones. No es broma. Barkley (desde el estudio), el experimentado pitcher de beisbol, Justin Verlander, y el talentoso Brooks Koepka, desde las redes (dijo que donaría U$S 100.000 si Brady hacía un par antes del 9), se encargaban de hacerle recordar su amateurismo en esto, de una manera divertida.

Hasta que Brady dijo presente. Y de que manera. Un birdie desde más de 100 yardas, en ese hoyo 7, hizo que Medalist Golf Club retumbara. «Hola mamá y papá. Los amo» y «Cierra esa boca Chuck» fueron dos frases que identifican el desahogo irónico que todos tenemos, sin necesidad de tener una cámara cerca. Desde allí, todo cambió.

Al llegar a los segundos 9 hoyos, bajo la modalidad de golpes alternados, se empezaba a cambiar levemente la tendencia. Un drive fantástico de Phil Mickelson, en el corto par 4 del 11, llegando al green y un putt corto (venía sin errar) fallado por Peyton Manning, en el hoyo 15, hacía que la ventaja se redujera de 3 hoyos arriba a sólo 1. Sin embargo, Tiger quería hacer recordar por qué es lo que es. Un juego compacto, muy similar al Masters 2019, logró mantener esa pequeña diferencia. A su vez, dejó un mensaje muy claro. Tiger necesita que la temporada se reanude cuanto antes. Nos volvió a ilusionar, con un juego muy aceitado. ¿Le quedará nafta para sorprendernos con un major, en esta temporada particular? Hoy demostró que los recursos siguen estando.

Si bien, la pareja de Tiger y Peyton resultó victoriosa (1 up), el resultado fue anecdótico. 20 millones de U$S se recaudaron para donaciones. A su vez, vimos otras cosas que se podrían tener en cuenta. Por ejemplo, la posibilidad de, mediante micrófonos, escuchar lo que dicen los protagonistas, nos permite disfrutar de un realismo que nunca está de más en el golf. Creemos, humildemente, que debería ser considerado esto.
Todos esperamos, con ansias, que los jugadores estén en el tee del 1, de Colonial Country Club, el 11 de junio. Ahora bien, el escenario está en condiciones. El «jefe» del teatro acondicionó lo que faltaba. TIGER PRENDIÓ LAS LUCES.

Matías Miguel Torge
Handicap 54