Análisis minucioso de lo que dejó la vuelta del PGA Tour en el Charles Schwab Challenge. Los antecedentes de Berger y su alejamiento del circuito. El posterior regreso, contra las adversidades. La actuación de los latinos y el regreso del circuito Korn Ferry.
2017. Luego de repetir victoria en el viejo Fed-Ex St Jude Classic, Jordan Spieth, su gran amigo (desde el bunker del green del 18), le arrebata la victoria en un playoff. No le importó. No porque no lo quisiera ganar, sino porque estaba en un gran momento. Sabía que iba a tener revancha. Y no iba a exteriorizar su necesidad de seguir por más. No lo necesitaba. El perfil bajo, y el trabajo constante, siempre lo caracterizó. Así fue como le llegó la definición de la Presidents Cup 2017, en Liberty National Golf Club. No dejó pasar la oportunidad y su victoria, ante el coreano Si Woo Kim, fue el último punto que necesitó el equipo estadounidense para que la copa quede en casa. Ese, también, fue el último momento que escuchamos con euforia el nombre de Daniel Berger. Ojo, tuvo su «Top Ten» en el polémico US Open 2018 de Shinnecock Hills. A su vez, salió en el último grupo del día domingo, con Tony Finau. Pero no contamos este momento en la lista debido a que consideramos que se dio de manera fortuita. La cancha tuvo condiciones muchísimo más desfavorables a la tarde de ese día sábado. Berger y Finau, que venían a 11 golpes del líder, se beneficiaron de esto, al salir mucho más temprano.

Desde ese momento, y por gran parte del 2019, la muñeca lo tenía a maltraer. A tal punto que, los playoffs de la FedEx Cup se le negaban por primera vez. Ya recuperado, sacó una exención médica para la temporada siguiente (2019-2020) y la situación empezó a cambiar. Un Top 10 en el Waste Managment Phoenix Open y dos Top 5 en Pebble Beach y en el Honda Classic, enderezaba el rumbo. Pero el COVID-19, así como interrumpió el camino de todos, se estableció como una pared en su camino. Había que desviarse miles de kilómetros, por un largo tiempo. ¿Se podría mantener un nivel así? La respuesta llegó esta semana.

Todas las luces estaban puestas en Dallas. El tour no había tenido semejante parate, de 91 días, desde la Segunda Guerra Mundial. Estaba todo listo para esta «nueva normalidad». La dupla de Jim Nantz y Nick Faldo (el primero: en el lugar de los hechos. El segundo, desde Orlando) se adaptaban mágicamente a esta nueva producción, que tenía, entre otras cosas, una cámara (entre el hoyo 9 y el 10) para que los jugadores pudieran decir lo que quisieran. A su vez, el estar sin público presente cambiaba, de manera drástica, la manera de afrontar el torneo. No sólo por lo que genera el aliento de ellos. Muchas veces, los jugadores los «usan» como «referencia de escape», para recuperarse de una posición incómoda. Condiciones distintas pero el hambre de gloria seguía latente. Volvía la acción.

Demasiadas cosas pasaron de jueves a sábado. Se notaban las ganas de volver. Arrancamos con un Justin Rose sólido y liderando, luego de cortar relaciones con la marca japonesa de palos Honma. Pasamos por un Harold Varner III (que acompañó al inglés liderando el primer día. Luego, quedo sólo, en cabeza, el viernes), quien tenía muchas de las cámaras siguiéndolo, no sólo por su juego. Las protestas raciales, por el asesinato del ciudadano John Floyd, hicieron que sea la referencia del tour, en la lucha contra la discriminación por color. Había un condimento emocional que no se podía dejar pasar. Si esto lo complementamos con el resurgimiento temporal de Jordan Spieth (que parecía que se había olvidado de los fantasmas del pasado, hasta hoy) y con el liderato de un Xander Schauffele que mostraba, hoyo a hoyo, una gran sobriedad, podíamos ver un desenlace totalmente impredecible. ¡14 jugadores separados por 3 golpes! Entre ellos, y muy «en silencio», estaba Daniel Berger. A 2 de la punta. Pero 6 jugadores estaban arriba de él. Difícil, pero no imposible.

El día domingo tuvo lo que prometió. Xander Schauffele iba y venía en la punta. Luego de un bogey en el 6, vino un birdie en el 7 que le permitió compartir el liderato con un Collin Morikawa sin fisuras. -2 de ida y parecía que el asunto era entre ellos 2, pero empezaba a surgir el nombre de Berger. Si bien, el bogey del 9 le cortaba el ritmo, estaba al acecho.

Dado que nadie estableció una extrema ventaja, seguían apareciendo nombres que querían dejar un score en el clubhouse y complicar más las cosas. Jason Kokrak, a pesar de un bogey en el par 5 del 11, venía con -14 y la posibilidad de terminar en el último hoyo con una ronda de 63. No fue así. Otro que parecía que se metía era el particular Bryson DeChambeau. Luego de aumentar una gran cantidad de kilos, para ganar más distancia con su swing, llegó a empatar la punta, luego de un birdie en el hoyo 15. En el hoyo 17, se pasó el green de aire y, en el 18, no pudo embocar su putt para birdie, quedándose afuera de pelear por el triunfo. Justin Rose, parecía que de arremetida, descontaba lo perdido luego del primer día. Tampoco alcanzó. Es ahí donde entra el oportunismo de Daniel Berger. Birdie en el hoyo 14 y un fantástico 3, en el hoyo 18, le permiten dejar un -15 en el tablero, mucho más realista para las pretensiones de un ganador.

Mientras Morikawa hacía un monstruoso birdie en el hoyo 14, Schauffele tambaleaba en el liderato. Un costoso bogey en el 15 (yéndose al agua), se contrarrestaba con un gran birdie en el 16. Pero, en el 17, llegó el desmoronamiento…

Un putt corto, que dio la vuelta al hoyo, hizo que se quede a 1 de ese -15 y sin chances de pelear por la corona. A todo esto, Morikawa tuvo la chance de superar a Berger en el último hoyo y no pudo. El PGA Tour volvió con un playoff.

Si algo le quedaba a este evento, es la polémica. En el primer hoyo de desempate, Morikawa se logra recuperar de una mala salida con un approach que lo dejó muy cerca de salvar su par. Berger, mientras tanto, luego de una gran salida, arriesga de más, dejándose un tiro corto, resuelto con clase. Pide permiso para terminar (¿Era necesario?) y, luego, Morikawa ejecuta su corto putt, errado posteriormente. Sí, más de uno piensa lo mismo que yo. ¿Cuál sería nuestra reacción si fuéramos el pobre Collin? Igualmente, entendemos que no hubo mala intención de Berger. Pero un poquito de ruido hizo.

Al fin y al cabo, vimos volver a ganar a alguien que lo necesitaba. Que lo necesitaba por su extenso trabajo y por todo lo que pasó para volver a jugar. Lo logró porque, con categoría, está (como todos nosotros ahora, en nuestra condición de espectador) MANEJANDO LA RUTA DEL REGRESO.

Latinos que pasaron el corte: Abraham Ancer siempre está. El mexicano, si bien no tuvo un día bueno, quedó empatado en el puesto 14, con -11. La victoria pareciera que está al caer. A su vez, el chileno Joaco Niemann, nos entregó una joyita en el hoyo 17, con un águila de más de 140 yardas. Sin embargo, la irregularidad de esta semana lo dejó empatado en el puesto 32. Por otro lado, Jhonattan Vegas, quien había arrancado en 2do lugar el jueves, terminó empatado en el puesto 60.
KORN FERRY CHALLENGE. LUKE LIST: EL BOMBARDERO DE WASHINGTON
No podíamos dejar pasar lo ocurrido el día domingo en el campo «Dye Valley», del tradicional TPC Sawgrass. La segunda categoría del tour estaba con ansias de retornar. Muchos sueños pendientes dependían de que vuelva a rodar la maquinaria. A su vez, muchos necesitaban volver a su ritmo y no tenían otro lugar. El estadounidense Zach Sucher fue el encargado de iniciar todo esto.
Cómo, por redes sociales, ya hicimos la cobertura de jueves a sábado (en donde tuvimos las sensaciones de dos de los nuestros: los argentinos Nelson Ledesma y Augusto Núñez), nos concentraremos en el día final para no alargarnos demasiado. Will Zalatoris llegaba como líder al día domingo, pero siempre, el estar en el último grupo (y más si buscas la primera victoria) te hace «temblar un poquito» el cuerpo. Y es normal. Es ahí donde valió la experiencia de Luke List. Con un sólido juego de hierros, 3 birdies en los primeros 9 hoyos y unos prolijos últimos nueve, triunfó por un golpe sobre los estadounidenses Joseph Bramlett y Shad Tuten (nuestro colega, Agustín Mayoral, tuvo el privilegio de tenerlo, en sus entrevistas de Instagram Live, hoy mismo). Está de vuelta, en los primeros planos, EL BOMBARDERO DE WASHINGTON.

¿Y los nuestros? (que pasaron el corte): El mejor, sin lugar a dudas, fue el colombiano Camilo Villegas. No sólo por lo logrado dentro de la cancha (terminó empatado en la posición 33, con -2). Fue admirable la entereza con la que afrontó esta semana, teniendo en cuenta la delicada salud de su hija, llamada Mía. Obviamente, desde nuestro humilde lugar, rezaremos por la mejoría de la situación.

En cuanto a los argentinos, tanto Augusto Nuñez como Nelson Ledesma, terminaron empatados en la posición 39. Párrafo aparte para el accidentado final de Augusto, quien terminó con un 8 su último hoyo. De cualquier manera, fue una buena semana para ambos, teniendo en cuenta el contexto del regreso. A su vez, el mexicano Roberto Díaz terminó empatado en la posición 46, luego de una jornada negativa.
Señores, el golf volvió. Eso es lo que importa.

Matías Miguel Torge
Handicap 54