COLLIN MORIKAWA Y LA REBELIÓN DE LOS NIÑOS

Todo lo que dejó la formidable actuación del ex N°1 a nivel amateur. Una nueva camada empieza a generar frutos. Muirfield Village como testigo de lo que vendrá.

Canadá. Junio de 2019. Justin Thomas decide invitar a comer a un joven llamado Collin Morikawa. En esa cena, le compartió un mensaje, al ex n°1 a nivel amateur, «de hermano mayor a hermano menor»: «Si eres lo suficientemente bueno, llegarás aquí». Después de esta semana, Morikawa había terminado en el 14to puesto. Si bien, en ese evento, lo de Rory McIlroy (el ganador) fue de otro planeta, su nombre ya empezaba a generar algunas preguntas. Y era lógico. Un debut en un 15to puesto no es para muchos.

En la foto vemos a Collin Morikawa disputando la tercera ronda del RBC Canadian Open 2019: su primer torneo como profesional.

Pasó solo 1 mes de ese estreno y ya las perspectivas sobre este chico eran otras. En Minnesota compartió la punta hasta el último hoyo. Si no fuera por un fantástico putt para águila de Matthew Wolff (de quien hemos hablado la semana pasada), hubiera salido en todos los diarios. Los antecedentes lo avalaban y el éxito parecía estar a la vuelta de la esquina. Un éxito que no tardaría en llegar. 3 semanas más tarde y la ciudad occidental de Reno le traería una sorpresa.

Collin Morikawa, posando con el trofeo de campeón en el Barracuda Championship 2019. Esta fue su primera victoria como profesional.

La parada de Nevada surge porque los mejores del mundo se encontraban en Tennessee disputando el WGC FedEx St-Jude. Es tradicional que, ante los eventos mundiales con pocos cupos disponibles, figuren estas opciones. Hay muchos jugadores que luchan, con uñas y dientes, por mantenerse en la máxima gira estadounidense. Y para colmo, si sos un jugador de los que pelean el límite de los mejores 125 de la temporada (quienes obtienen tarjeta completa para la temporada siguiente), tus chances son limitadas. Si bien la cantidad de torneos en la temporada es abundante, el hecho de que muchos sean por invitación hace que uno esté obligado a avanzar o correr el riesgo de tener cada vez más restricciones para retener la tarjeta. Si bien, el caso de Morikawa era distinto (él buscaba ganarse la tarjeta mediante invitaciones que le otorgaban. Debía sumar una determinada cantidad de puntos. No quiero entrar en detalle para no detenerme en cuestiones técnicas que no vienen al caso), la necesidad era la misma. La temporada se terminaba y había que reservar el lugar cuanto antes. El domingo de ese evento, Collin vino de atrás para ganar el Barracuda Championship por 3 puntos (el torneo se juega bajo el sistema de Stableford Modificado) sobre Troy Merritt. Primer torneo en su haber y el boleto asegurado para el nuevo capítulo de la gira estadounidense. Igualmente no tuvo la repercusión que debería tener. No importó. Él iba por más.

Los avisos habían sido enviados. Y recién, luego del parate por la pandemia de público conocimiento, se habían empezado a registrar. No se le habían dado la importancia correspondiente. Luego de que Daniel Berger triunfara en Colonial Country Club, nos quedamos shockeados por el putt corto errado por Morikawa. Es ahí en donde empezamos a tomar conciencia de cómo llego hasta ahí. Increíble pero real. 22 cortes consecutivos… ¡desde su primera participación! (cabe aclarar que esta marca se cumplió la semana siguiente al torneo mencionado, en el RBC Heritage). Tuvimos que esperar hasta que uno de los históricos récords de Tiger Woods empezara a temblar. Igualmente, las dudas seguían existiendo. Ahora el tema pasaba por ver cómo resolvía bajo presión los momentos importantes. La sed de revancha se empezaba a gestar en el viaje a Ohio.

Los estadounidenses Nick Watney y Denny McCarty, junto al sudafricano Dylan Frittelli, durante la segunda ronda del Workday Charity Open (Muirfield Village Golf Club). Los 3 jugaron siendo asintomáticos del COVID-19.

Jueves y Viernes. Polémicas por la inclusión de jugadores con COVID-19 asintomáticos. Exhibición de Morikawa: Ya de por sí, las preguntas estaban puestas en cómo el PGA Tour iba a administrar esta particularidad de jugar 2 semanas seguidas en el mismo campo, con los riesgo que eso conlleva. Sin embargo, el tema pasó por otro lado. Antes del arranque del torneo, la polémica decisión estaba en marcha. Si un jugador (o caddie) con COVID-19 positivo no tuvo síntomas febriles ni respiratorios durante 72 horas y, a su vez, habían transcurrido 10 días de su primer indicio ante este virus, podía disputar el torneo siempre y cuando estuviera con gente de su condición. Esto sería en una salida aparte del resto. Por lo tanto, el sudafricano Dylan Frittelli saldría con los estadounidenses Denny McCarthy y Nick Watney. Si todo esto sigue así, me gustaría ver que comentarios se generarían si alguno de ellos tiene la suerte de pelear por un torneo un día domingo. El tiempo lo dirá.

Collin Morikawa realizando un putt en el hoyo 4, durante la segunda ronda del Workday Charity Open (Muirfield Village Golf Club).

Cuando vamos a las acciones de los primeros dos días, había un claro dominio de una sola persona. Miren que para jugar en Muirfield Village se necesita mucha experiencia. Si bien es una cancha (diseñada por Jack Nicklaus) que se le puede hacer score, si uno no conoce por dónde fallar y se confía de los caminos obvios para atacar, la puede pasar muy mal. Pero esta joven promesa tenía una cuenta pendiente con el circuito. Una veteranía inusitada apareció en él. Rondas de 65 y 66 para sacarle 3 de ventaja a un Justin Thomas que, hasta ese momento, no reflejaba ningún bogey en su tarjeta y mostraba un juego corto de pura clase. Otro que lo perseguía (a 3 también) era el veterano Kevin Streelman, quien venía de terminar 2do en Hartford. Ahora bien, todo parecía bajo control en el joven californiano. Sin embargo, las primeras turbulencias no tardaron en llegar.

Sábado. Thomas impone respeto. Viktor Hovland no se quiere quedar atrás. Morikawa pierde terreno: El bogey del nueve, con un corto putt, reavivaba los fantasmas. Era injusto, pero así es el golf. Lamentablemente, la imagen del Charles Schwab Challenge no se podía borrar para el público. Bogey al 10, no baja el par 5 y bogey al 12. De liderar por 3 a ir atrás por 1. Parecía que otra semana más les resultaba esquiva. Es ahí donde sale el oficio que tiene Justin Thomas.

El estadounidense Justin Thomas ejecutando su tiro en el hoyo 13, durante la tercera ronda del Workday Charity Open (Muirfield Village Golf Club).

Cuando parecía que Morikawa navegaba en «velocidad crucero» sobre Muirfield Village, Thomas manifestaba otras intenciones. Birdies del 5 al 7 y ya empezaba a verse por el espejo retrovisor. Otro birdie al 11 y un par con mucha categoría en el 12, le permitían sacar 1 de ventaja. Si no fuera porque Viktor Hovland le seguía el tranco (en el 17 saca un 3 perfecto que lo dejaba a 2), hubiéramos determinado otro panorama para el día domingo. Encima Morikawa hacía birdie el 18 para quedar a 3. La lluvia decía presente y obligaba a adelantar las salidas. Justin Thomas terminaba con otra ronda sin bogeys y parecía inquebrantable. Pero Hovland estaba a 2 y Morikawa se metía en el último grupo. Entramos en etapa de definiciones.

El noruego Viktor Hovland y los estadounidenses Justin Thomas y Collin Morikawa caminando sobre el puente del hoyo 6, durante la ronda final del Workday Charity Open (Muirfield Village Golf Club).

Domingo. La «ciclotimia» del juego de Justin Thomas. Morikawa vuelve a apretar el acelerador. Playoff a la vista: Justin Thomas quería repetir lo hecho por J.T. Poston el año pasado (en el Wyndham Championship): triunfar sin ningún bogey en los 72 hoyos. Rápidamente se desmorona este objetivo y el comienzo es digno de una película de terror: 2 bogeys en los primeros 5 hoyos. De liderar por 2 a quedar 3 abajo. Morikawa, mientras tanto casi realiza un hoyo en uno en el difícil par 3 del 4. Eso, sumado al fantástico 2do golpe del hoyo 5 (se iría con un águila) lo dejaba liderando junto a Viktor Hovland. Este último, empezaba a perder terreno luego del bogey del 6 y de no bajar el par 5 del 7. Si bien faltaba mucho por definir, parecía que todo iba para un sólo lugar. Pero alguien se había despertado.

Justin Thomas realizando su segundo tiro del hoyo 15, durante la ronda final del Workday Charity Open (Muirfield Village Golf Club).

4 birdies del 8 al 11. A esto le siguió un gran birdie en el corto par 4 del 14 y un águila, en el 15, que parecía definirlo todo. Justin Thomas se había acordado de lo que hizo los primeros 3 días. Si bien Morikawa no le perdía pisada, con una gran salida en el 14 (obtuvo un birdie fácil, luego de llegar al green en su primer tiro), la ventaja era contundente. 3 arriba y 3 a jugar. Para colmo, Hovland había dejado sus ilusiones en el mismo hoyo 14, con su pelota en el agua. Ahora bien, NUNCA hay que confiarse del no aparecimiento de «los dioses de golf». Ese fue el error de Justin.

Luego de la exaltación del 15, Thomas pierde un golpe en el par 3 del 16. Morikawa, mientras tanto, vio una hendija y la empezó a capitalizar: birdie al 17. Así y todo, parecía que el ganador del PGA Championship 2017 tenía todo controlado y sólo habían sido accidentes. Una defectuosa salida en el 18 lo deja con un 2do tiro en uno de los bunkers profundos de la derecha. Pudo resolver bien este problema e hizo lo que pudo en el approach complicado que le quedó.

Esta fue la reacción de alivio de Collin Morikawa cuando casi erra el putt de 2 pies que le dio el pasaje al playoff del Workday Charity Open.

Tuvo la chance de terminar con final feliz. No pudo. A pesar de que a Morikawa los fantasmas lo seguían molestando (casi erra su último putt de 2 pies para perderse el desempate), el playoff se había concretado.

Esta fue la reacción de Justin Thomas, luego de embocar el putt para birdie de 50 pies, durante el 1er hoyo del playoff del Workday Charity Open.

Playoff. La tenacidad de Justin Thomas. El autoconvencimiento de Morikawa: Todo se definió en 3 hoyos más. Y parecía que se terminaba todo en el primero. El green del 18 de Muirfield Village es, a mi criterio, uno de los más difíciles del tour. No sólo por el extremo movimiento sino por los momentos de presión que uno tiene que enfrentar ante la complejidad descripta. Thomas había quedado en la otra punta. Sin embargo, un putt de 50 pies embocado sacó a «flor de piel» la bronca acumulada de todos los errores no forzados del final. Parecía que el título estaba en sus manos. No fue así. Desde 24 pies, Collin Morikawa respondía sin problemas.

Andrew Landry y Rickie Fowler, sentados en el green del 18, esperando los resultados del playoff del Workday Charity Open.

Luego de no sacarse ventajas en el 2do hoyo de desempate, y bajo la atenta mirada de Rickie Fowler, Andrew Landry y Kevin Streelman, entre otros (pequeño comentario les agrego: es difícil ver a un desempate sin público), nos íbamos al hoyo 10. Es ahí donde Thomas sufrió la estocada final. Su salida pegada a un árbol le marcaría su destino. Morikawa, con el camino libre, hizo lo que tenía que hacer y se quedó con el 2do triunfo de su carrera.

Collin Morikawa saludando a Justin Thomas, luego de terminar el 3er hoyo del playoff. En ese momento, se había consagrado como campeón del Workday Charity Open.

Sin lugar a dudas, este chico es una de las futuras promesas del PGA Tour. Pero, a su vez, considero que es importante entender de dónde vino y como está actualmente. Es muy meritorio el lograr su segundo torneo, antes de no pasar su segundo corte. Tiger Woods, con 43 éxitos, es el único que lo supera (diferencia holgada si las hay). Ahora bien, recién ésta sería su primer temporada completa en el circuito. Todavía le queda muchísimo camino por recorrer. Como así también le queda mucho por vivir al noruego Viktor Hovland, al estadounidense Matthew Wolff y al chileno Joaquín Niemann, entre otros (el chileno terminó T-31 el evento. Por otro lado, el mexicano Carlos Ortíz finalizó en el puesto 61. El resto de los latinos no pasó el corte).

Thomas supo que es «lo suficientemente bueno» y lo padeció. Hoy fue Morikawa y nos toca hablar de él. Mañana puede ser otro de ellos. Lo están demostrando. Tiger llega a Memorial viendo mucho alboroto. Está en marcha LA REBELIÓN DE LOS NIÑOS.

Señores, el golf volvió. Eso es lo que importa.

Matías Miguel Torge

Handicap 54

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