JIM HERMAN: NO HAY MAÑANA

Todo lo que dejó la última semana de la temporada regular de la FedEx Cup. Por qué la victoria de Jim Herman no es una sorpresa. Lo que implica pelear la tarjeta completa del PGA Tour.

Las competencias deportivas, en Estados Unidos, tienen esa concepción de desafiarte hasta el límite de tus capacidades. No digo que en otros lados del mundo no pase. El desafío se puede generar de infinitas maneras. Por ejemplo, hace un tiempo escuchaba, en la famosa serie documental «The Last Dance» (que refleja las intimidades del glorioso equipo de los Chicago Bulls de 1998. A su vez muestra el surgimiento de esa dinastía, que dejó un antes y un después en la NBA) a la leyenda del baloncesto, Michael Jordan, contando cómo se motivaba con simples gestos que no le agradaban de los rivales. Sí, algo tan sencillo como un «no saludo» desataba una furia incontrolable en Jordan quien, en su momento, sabía lo que quería y estaba dispuesto a todo.

Una vista general del hoyo 18, durante la primera ronda del Wyndham Championship, disputado en Sedgefield Country Club. (Greensboro, North Carolina).

Volviendo a lo estrictamente relacionado al golf, la semana del Wyndham Championship se caracterizó, en el PGA Tour, por ser el «ojo del huracán». No hay nada personal contra Greensboro, lugar de sede del evento. Pero la realidad es que la última semana de la temporada regular tiene historias que van más allá de la competición en sí. El Wyndham Championship es la última oportunidad registrada para obtener la tarjeta completa del PGA Tour al año siguiente. Si bien este ciclo fue particular (garantizando el status para la temporada venidera a quienes lo hayan tenido en este período), la planificación y la participación en los grandes eventos se deciden al finalizar el domingo de esta semana. Y créanme que no es poca cosa.

Esta fue la reacción de Fabián Gómez, luego de errar su putt del hoyo 15, durante la segunda ronda del Wyndham Championship, disputado en el Sedgefield Country Club (Greensboro, NC).

Nuestro querido Fabián Gómez, tenía el lugar casi asegurado en Boston. Solamente una sucesión de hechos desafortunados lo dejaban afuera. Hechos que, lamentablemente, pasaron. Posición 126 (a sólo 1 de entrar en esos 125 selectos) y a la espera de un nuevo reordenamiento para quienes entraron vía «Korn Ferry Tour 2019».

Cuando uno participa en torneos de un field con participación de los principales referentes del circuito, obtiene mayores puntos en el ránking. El ránking, a su vez, es el primer punto de referencia para las invitaciones a los majors y a los WGC. En resumen, un «espiral» del éxito. Ante el mínimo pestañeo, las consecuencias son notorias. Por lo tanto, la mente debe estar preparada para resistir. Y, mientras más experiencia tengas en situaciones límite, mejor es. Y la experiencia en esto no implica mayor «puñito cerrado» ante grandes putts y la historia heroica. Muchas veces, el trabajo es en silencio.

Jim Herman, en la salida del hoyo 9, durante la primera ronda del Chiquita Classic 2012, evento del actual Korn Ferry Tour.

Como se ha comentado, luego de su victoria, Jim Herman está en las grandes ligas gracias a sus encuentros con el actual presidente de Estados Unidos: Donald Trump. En su campo de Nueva Jersey (Trump National Bedminster), Donald compartía rondas de golf con Jim, siendo él uno de los mejores asistentes de los profesionales del club. Viendo su nivel, el actual mandamás norteamericano descubrió que Jim no estaba luchando por un lugar en el PGA Tour debido a su falta de recursos económicos. Es allí donde buscó ayudarlo, en ese aspecto, y llegamos a la historia de esta semana. Cabe destacar que, en las 3 victorias de Jim, había jugado semanas antes con Trump al golf. Tener como amuleto al presidente de Estados Unidos resalta lo pintoresco de esta historia.

Jim Herman, realizando su tiro de salida del hoyo 11, durante la ronda final del PGA Championship 2020.

Todos ven como una sorpresa a Jim Herman. La temporada de él, para colmo, ameritaba este pensamiento. 7 cortes de 19. En el PGA Championship de la semana pasada, fue la peor ronda del día domingo. Inclusive, peor que la de Brooks Koepka (párrafo aparte: el nivel del ex n°1 del mundo es, mínimo, preocupante. No pasó el corte esta semana tampoco. Es momento de realizar una gran introspección y una profunda autocrítica). Sin embargo, antecedentes existían.

Jim Herman, celebrando su victoria en el hoyo 18, durante la ronda final del Shell Houston Open, disputado en el Golf Club de Houston. (Humble, Texas).

Los invito a repasar el chip clave del hoyo 16, en el Houston Open 2016. Casualidades de la vida, era el torneo precedente al Masters, cuya victoria entregaba un boleto hacia este prestigioso evento. Victoria por uno sobre Henrik Stenson, por 2 sobre Dustin Johnson y por 3 sobre Rafa Cabrera Bello. Es innegable que no le tembló el pulso en los momentos límites de este contexto. 3 años más tarde ganó un Barbasol Championship, acortado a 54 hoyos. Pero el claro ejemplo estuvo en Texas. Hasta ayer.

Luego de un jueves y viernes, en donde «The Northern Trust» se veía tan lejos (como el agua en el desierto), Jim Herman sabía que necesitaba una actuación descollante para seguir en carrera. Y cuando uno ve esa postura desgarbada y los antecedentes nombrados de esta temporada, ni el mayor optimista sostenía que iba a conseguir un puesto en Boston. Ni les digo pensar que ganaría el evento. Sin embargo, en silencio y sin levantar sospecha, realizaba la mejor ronda del día sábado. 61 golpes y a 4 de un Si Woo Kim (ya ganador de este evento en 2016. A su vez, triunfó en el Players Championship 2017) que parecía imbatible.

Esta fue la reacción de Si Woo Kim, luego de realizar un hoyo en uno (en el 3), durante la 3era ronda del Wyndham Championship, disputado en Sedgefield Country Club (Greensboro, North Carolina).

La historia del coreano empezó con un «hoyo en uno» en el 3. La escena estuvo a punto de repetirse en el 12. Si a esto le sumamos los birdies consecutivos entre el hoyo 15 y el 17, parecía que teníamos un ganador. La ventaja numérica era de 2 sobre Rob Oppenheim y Doc Redman. A su vez, 3 golpes le llevaba a Billy Horschel. Pero la ventaja intangible era otra. La experiencia y el nivel era muy superior. Hasta llegar al día siguiente.

Cuando entramos al domingo, todo cambió para Si Woo Kim. Mala suerte en el par 5 del 5, que no pudo bajarlo. Salida perdida en el 6, seguida de un doble bogey. Salida en el puente del hoyo 8, cuyo rebote se iría al agua. La remontada no alcanzó y el protagonismo lo tomaría Billy Horschel.

Billy Horschel, realizando su segundo tiro del hoyo 16, durante la ronda final del Wyndham Championship, disputado en Sedgefield Country Club (Greensboro, North Carolina).

Una racha de 2 birdies y un águila (entre el 4 y el 6) lo ponía a Horschel liderando con comodidad. Un Horschel que sabe lo que es llegar a la ciudad de Atlanta, con la FedEx Cup en mano (2014). A pesar de que no estaba en los primeros planos, en este último tiempo, sabe actuar en estos momentos. Y, con el gran approach del 11, parecía que la copa iba para su lado. Sin embargo, el bogey del hoyo 16 (la pelota quedó en un lie espantoso. No podía apoyar los dos pies para pegar), lo hizo perder nafta en el peor momento. Tuvo la chance, en el 18, de ir a un desempate. No pudo. Herman estaba en uno de sus días.

Jim Herman, realizando su tiro de salida del hoyo 18, durante la ronda final del Wyndham Championship, disputado en Sedgefield Country Club (Greensboro, North Carolina).

El putt para águila de 59 pies (en el hoyo 5) fue contundente. Necesario pero no suficiente. Se mantuvo firme, palmo a palmo con Horschel, pero mirándolo de atrás. Tuvo la chance en el 16 (iba un grupo adelante de Billy) y la dejó pasar. Parecía que los miedos del liderazgo lo ataban. Pero, en el 17, demostró lo que es capaz de hacer. Gran 2do tiro a sólo 3 pies. El golpe de knockout estaba hecho a pesar de que la ventaja era de sólo 1 golpe. Para colmo, la salida del 18 fue la clara señal que esto estaba muy cerca de ser definido. La reacción necesaria, en el momento indicado.

La imagen de Herman, intentando tomar agua con la botella cerrada (al esperar si Billy Horschel embocaba su último putt para disputar un playoff), describe su carrera «de cuerpo entero». Sus éxitos no abundan. Pero, en ese momento, sabe lo que tiene que hacer dentro de la cancha. Pequeños detalles: el campeón con el score más bajo en un fin de semana (los 63 del día final, sumados a los 61 del sábado, dieron un total de 124 golpes). A su vez, uno de los 2 ganadores mayores de 40, en esta temporada. ¿El segundo? Tiger Woods.

Jim Herman entró a Boston, enterado de su realidad. No la esquivó. Todo lo contrario. Por algo tiene tee time asegurado el jueves. Por algo pasó la clasificación, para jugar al golf en las principales ligas estadounidenses, luego de ser ayudado económicamente. Sabe jugar cuando NO HAY MAÑANA.

Señores, el golf volvió. Eso es lo que importa.

Matías Miguel Torge

Handicap 54

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