SOPHIA POPOV: EL ASOMBROSO PODER DE CREER

Todo lo que dejó la historia del año en el mundo del golf. Una historia de sacrificio y esfuerzo que merece tenerse en cuenta. El antes y el después de su logro en el AIG Women’s Open, su primer major.

Cada vez que vemos una sorpresa, en cualquier ámbito, nos surge el cuento de Cenicienta. De hecho, las portadas de los diarios mundiales seguramente se valdrán de esta redacción para escribir su título. Obviamente que esta es una alternativa entendible e incuestionable. Ahora bien, para nosotros es difícil usar este recurso literario. No sólo porque Sophia ya encontró a su «príncipe» hace tiempo (de hecho, su novio fue su caddie esta semana), sino porque su trayectoria se empezó a gestar en nuestras narices y no nos dimos cuenta.

En esta foto vemos a Sophia Popov, con el trofeo de una de sus victorias en el Cactus Tour.

El hecho de haber competido (y ganado) en el Cactus Tour de Arizona, por duplicado y a pesar de los problemas conocidos que generaba el COVID-19, habla de una pasión que va más allá de los límites que uno pueda imaginar. Una pasión que obviamente tuvo sus momentos de debilidad. Ella misma confesó que estuvo a punto de dejar el golf el año pasado, por problemas de salud (tuvo la enfermedad de Lyme). Sin embargo, no claudicó. Es lo que diferencia a un/una gran profesional de un/una golfista común. A pesar de lo que genera no poder realizar su pasión en el Symetra Tour (2da liga femenina estadounidense) , en lo emocional y en lo económico (piensen que en el Cactus Tour se llevó 2500 dólares en cada victoria. Con el Abierto Británico obtiene U$S 675.000), Sophia se mantuvo activa, sin dejar que las adversidades la superen.

Sophia Popov, siendo caddie de la holandesa Anne Van Dam, en el LPGA Drive On Championship, disputado en Toledo, Ohio (USA).

Cuando regresó la actividad, nada se facilitó para ella. De hecho, ni bien volvió el LPGA en Toledo, la talentosa holandesa Anne Van Dam necesitó de su presencia para llevarle los palos. Ella, con absoluta hidalguía, asumió el desafío, sabiendo que la chance iba a llegar.

Sophia Popov ejecutando su tiro de salida en el hoyo 3, durante la ronda final del Marathon LPGA Classic (Highland Meadows Golf Club), evento que le permitió disputar el AIG Women’s Open.

Luego de la baja de la mayoría de las jugadoras coreanas importantes (por el COVID-19), el Marathon LPGA Classic le otorgó un lugar en el field. Y lo supo aprovechar de gran manera. T-9 y el boleto a Royal Troon estaba asegurado. Sin embargo, todavía faltaba mucho camino por recorrer. Y lo sabía. Había que volver al día a día en el Symetra Tour.

La semana pasada, la 2da gira estadounidense a nivel femenino tenía como evento al «Founders Tribute». Y nuestra querida Sophia estaba a la altura de las circunstancias. Sin embargo, no lo pudo cerrar y el trofeo se lo llevó la debutante estadounidense Sarah White, quien se aseguró la tarjeta completa en este circuito. Sophia podía haber elegido el camino de frustrarse e ir sin muchas esperanzas a Escocia. Sin embargo, optó por el camino actitudinal contrario. La aventura estaba en marcha.

Antes de entrar en las acciones, permítanme hacer un pequeño paréntesis en relación a las condiciones extremas que le tocaron afrontar a las chicas. El clima escoces puede volver loco a cualquiera. Pero, en este caso, fue muy notorio. Del frío de los primeros días, al viento y la lluvia constante al llegar al jueves. Para que se den una idea, la N°4 del mundo, la estadounidense Nelly Korda, avanzó solo 187 yardas en su primera salida … ¡con el driver! La complejidad estaba planteada, y empezaba a perjudicar a las competidoras. Nuestras latinas no fueron la excepción.

Gaby Lopez, preparándose para ejecutar su putt en el hoyo 13, durante el domingo del AIG Women’s Open 2020 (Royal Troon. Troon, Escocia).

Teniendo en cuenta el contexto planteado y su vuelta al circuito, luego de estar afectada por el COVID-19, la mexicana Gaby López tuvo una destacada actuación. T-59, luego de un buen final. Tuvo la mala suerte de afrontar los peores momentos climáticos del viernes. No importó. Se las ingenió para pasar el corte y llegar a disputar los 4 días. De la misma manera, con mucho oficio, y exactamente en la misma posición que la mexicana, terminó la experimentada paraguaya Julieta Granada. La puertorriqueña María Fernanda Torres quedó un poquito más relegada: T-64.

Maria Fassi, en su tiro de salida del 14, durante el día 2 del AIG Women’s Open 2020 (Royal Troon. Troon, Escocia).

No nos olvidamos de María Fassi, la otra integrante mexicana en cuestión. Decidimos dedicarle un párrafo aparte porque nos parece que hay que ser más cautos con sus actuaciones. María está dando los pasos naturales que da un/una golfista. Nos olvidamos que este es recién su quinto major como profesional. Sin lugar a dudas, tendrá una gran carrera. Es cuestión de tiempo y de dejarla crecer.

La estadounidense Amy Olson, realizando su putt del hoyo 18, durante el primer día del AIG Women’s Open 2020 (Royal Troon. Troon, Escocia).

Volviendo a lo estrictamente relacionado al torneo, poco importó el hecho de tener una sola ronda de práctica y bajo los efectos del «jet lag». Sophia empezó a hacer ruido y a llamar la atención en nuestras narices. Si no fuera por la contundencia de la estadounidense Amy Olson (el jueves), ya hubiéramos arrancado a mencionarla. También dejamos pasar la oportunidad el viernes. Una ronda fantástica de 72, en las condiciones extremas nombradas, la dejaban en la pelea con total autoridad. Sin embargo, nuestras miradas estaban en lo que pudiera hacer la neozelandesa (ex N°1 del mundo) Lydia Ko, la leyenda tailandesa (primera ganadora de majors en su país) Ariya Jutanugarn, o una de las mayores exponentes del golf femenino: la coreana Inbee Park.

La estadounidense Lindsey Weaver, empujando su propio carro, durante la ronda final del AIG Women’s Open (Royal Troon. Troon, Escocia).

La N°8 del mundo, la australiana Minjee Lee, también se destacaba por sus antecedentes (que hace rato vienen siendo argumentos para que tenga un evento grande también). Hasta la pintoresca estadounidense Lindsey Weaver, quien llevó su propia bolsa mediante un carrito, era vista con mas chances que Sophia. Sin embargo, la alemana tenía otros planes.

Sophia Popov, festejando su águila del hoyo 4, durante la tercera ronda del AIG Women’s Open 2020 (Royal Troon. Troon, Escocia).

Hace rato que no se veía un recital de cierre de un major, como el que dio nuestra protagonista del día. Parecía que hubiera estado entre 20 y 25 veces en esta situación. El sábado apretó el acelerador con una contundencia propia de una veterana. En el 4 realizó un segundo tiro fantástico, con su driver desde el fairway. Ese águila iba a ser seguido de un birdie en el 12 y uno en el 17. No había manera de alcanzarla. Todos esperaban a que la presión típica de cerrar un major la invada. No fue así.

La tailandesa Jasmine Suwannapura, en la salida del hoyo 17, durante la ronda final del AIG Women’s Open 2020 (Royal Troon. Troon, Escocia).

Llegó el día domingo y Sophia perdió, por mala suerte, un golpe en el primer hoyo. Sí, fue por mala suerte porque uno de esos piques escoceses traicioneros la dejó en un bunker, sin posibilidad de tirar al green. Además, puedo asegurar que hubo mala suerte porque rápidamente se levantó de esta adversidad con 2 birdies consecutivos los 2 hoyos siguientes. La tailandesa Jasmine Suwannapura trataba de generarle presión, pero era tarde. La nombrada Minjee Lee, compañera de grupo, no podía creer lo que estaba viendo.

Sophia Popov, realizando su segundo tiro en el hoyo 15, durante la ronda final del AIG Women’s Open 2020 (Royal Troon. Troon, Escocia).

Para colmo, el gran birdie del 15 (en este caso, con un poco de suerte a su favor. La pelota podía haber caído en el bunker, en su salida. Estuvo a milímetros), seguido de otro más en el 16, marcaban el golpe de gracia final. El bogey del 18 no importó. El sueño ya estaba realizado.

Sophia Popov besando el trofeo del AIG Women’s Open 2020 (Royal Troon. Troon, Scotland).

5 años asegurados en el LPGA Tour, luego de ser la primer golfista en ganar un major fuera del top 300 del ránking mundial, desde el estadounidense Ben Curtis (ganador del Open Championship 2003 en Royal St George’s: sede de la edición postergada para el año que viene). Este evento fue un punto de inflexión para Sophia. Y para nosotros también. Los sueños están a la orden del día en el golf femenino (y en cualquier nivel de este deporte). Les puedo asegurar que cualquiera de las integrantes del Symetra Tour está capacitada para una semana como la que tuvo nuestra protagonista. Una protagonista que tuvo una historia fantástica, de la que deberíamos aprender mucho. El golf femenino ha crecido mucho, junto a la paridad en este deporte.

Sophía, con este AIG Women’s Open en su haber, nos enseñó EL ASOMBROSO PODER DE CREER.

Matías Miguel Torge

Handicap 54

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