BRYSON DECHAMBEAU: MR. INCREÍBLE EN ACCIÓN

¿Tenemos un nuevo superhéroe en el PGA Tour, luego de lo ocurrido en Winged Foot? El análisis exhaustivo de lo que puede ser «un antes y un después» en la historia de este deporte.

(Cualquier similitud con la realidad es absolutamente casual)

Antes de hacer esta nota, fui a buscar una frase que calzaba perfecto. Hace casi 4 años (3 años y 11 meses justos), en un día lluvioso, vi un grafiti que me encantó. «Ser como todos es ser nadie»: frase que me hizo darme cuenta que debía dejar de renegar de «mis particularidades». Tenía que dejar de sentirme con culpa de quien era. Fue el momento en donde mi cabeza hizo un click. Tener visiones distintas al resto no me hacía ni más ni menos que mi entorno. Todo esto trajo como conclusión un título de Contador Público y este humilde blog, del cual les escribo. Ahora bien, lo más importante que obtuve, de este cambio de parecer, fue la importancia del mérito. No está mal creer en un camino, o en una idea, y hacer lo imposible para seguir esa tónica (siempre y cuando, no se lastime a nadie). Y no esta mal fallar en esa variable y corregirla. O seguir intentando en ella, siempre y cuando se vea viable. De la convicción al capricho hay una línea muy finita. Ahora bien, lo importante es seguir intentando, en la medida de lo posible. Y esto lo digo, a pesar de lo que pueda decir el contexto. Muchas veces, los locos crean castillos que, más adelante, los cuerdos lo habitan.

Bryson DeChambeau hablando en la conferencia de prensa, durante la ronda de práctica del martes, en el 120th U.S. Open Championship (Winged Foot Golf Club. Mamaroneck, New York).

Sin lugar a dudas, cuando escuchamos a Bryson DeChambeau decir que iba a arriesgar con el driver lo más que pudiera (teniendo en cuenta su pensamiento de factibilidad acerca de jugar la pelota desde el rough), pienso que lo descartamos totalmente de una posible lista de candidatos (me incluyo). Y, por mi parte, reconozco el error. En una competencia, no hay nadie más «peligroso» (en el buen sentido de la palabra) que alguien con mucha dedicación en lo que hace. Por más que eso que haga no sea «agradable a nuestros ojos». Alguien que sabe reconocer sus defectos y sus virtudes y, con la información obtenida, trata de optimizar su nivel. Ojo, nadie está exento de esa semana en donde uno se puede iluminar.

Phil Mickelson, Paul Casey y Jon Rahm, caminando en el hoyo 18, durante la segunda ronda del 120th U.S. Open Championship (Winged Foot Golf Club. Mamaroneck, New York).

Es por eso, por ejemplo, que todavía nos sorprende que, por primera vez, Tiger Woods y Phil Mickelson no hayan pasado un corte, en simultáneo, de un mismo US Open. Nos cuesta (no sólo en este evento, sino en todos los ámbitos de la vida) salir de un standard determinado. O nos costaba.

Justin Thomas y Tiger Woods, caminando en el green del 17, durante la primera ronda del 120th U.S. Open Championship (Winged Foot Golf Club. Mamaroneck, New York).

La primera señal de rotura a los modelos estructurados que propone un US Open fue el setup, del campo, en el día jueves. Si a los televidentes nos shockeó ver cómo Justin Thomas rompía el récord del trazado (en este evento), imagínense la reacción de los socios. El miedo de la USGA a que Frankestein se le salga de las casillas fue atroz. Sin embargo, sólo 21 jugadores estuvieron bajo el par del campo. Pero un ajuste de clavijas era innegable que iba a existir.

Patrick Reed, caminando por el fairway del hoyo 9, durante la segunda ronda del 120th U.S. Open Championship (Winged Foot Golf Club. Mamaroneck, New York).

La segunda señal de desfasaje fue lo hecho por Patrick Reed, en el segundo día. Solo 5 fairways en una jornada donde sólo 3 jugadores bajaron el campo. ¿Qué lo salvó? Su juego corto, su tenacidad y su valentía. Es verdad: el tee del 10, en el 3er día, fue el comienzo del fin. Ahora bien, hasta ese momento, sus rasgos de «Capitán América» estaban relucientes. Parecían que, a su juego, le habían pasado esos productos de limpieza del hogar que, a su vez, dan brillo. Más allá de su final, el Abierto Estadounidense de este año daba pautas de que no iba a ser una edición más. No sólo por la ausencia del público y el hecho de jugarse en septiembre. Los cambios estaban ocurriendo sin que nos diéramos cuenta. La exigencia con las banderas y la intensidad del viento no estaban ayudando lo suficiente. Para colmo, el sábado aparecían más «actos de rebeldía» en el field.

Matthew Wolff, jugando desde el rough, en el hoyo 17, durante la tercera ronda del 120th U.S. Open Championship (Winged Foot Golf Club. Mamaroneck, New York).

Winged Foot se iba complicando cada vez más. Y el aluvión de «excepciones a las reglas», del US Open, aumentaban exponencialmente. Las rondas bajo par fueron 7 porque, en un momento, el viento brilló por su ausencia. Sin embargo, permítanme destacar el hecho de generar una ronda 65 golpes con solo ¡2 fairways acertados! Hace 20 años que veo golf y lo que voy a describir, desde acá hasta el final, lo he visto pocas veces en mi vida, al considerar sólo este evento. En primer lugar, lo que hizo Matthew Wolff (conocido cariñosamente como «El Lobo») es digno de una pintura surrealista. La ronda descripta es propia de alguien cuyo talento excede el nivel de dificultad que uno pueda poner en el campo. Para colmo, era su 2do major. Si a todo esto le sumamos a un Bryson DeChambeau que se mantenía a 2, con sólo 17 de 42 fairways encontrados, llegamos a la conclusión de que era imposible no tener que pensar en un domingo fuera de lo que estábamos acostumbrados a ver. A mí, personalmente, en ese sábado a la noche, se me quemaron los papeles. Hablando con amigos, ¿cómo podía argumentar que, lo que estaban haciendo Wolff y DeChambeau, se iba a terminar en algún momento? No tenía manera. Por algo salían en el último grupo. A su vez, hubo un hecho puntual que, sin darme cuenta, me hizo presentir el destino de esta historia.

Bryson DeChambeau practicando de noche, luego de terminar la tercera ronda del 120th U.S. Open Championship (Winged Foot Golf Club. Mamaroneck, New York).

Al terminar esa tercera ronda, se prendieron las luces del club y del driving. Bryson DeChambeau se había quedando tirando pelotas con el Driver y la Madera 3. Una sensación positiva, en cuanto a la ubicación de su codo izquierdo, le dio tranquilidad para el día domingo. Ese fue otro hecho que hace mucho no percibía en un major. ¿Y lo de Haotong Li, la semana pasada? Nuestra percepción es que no fue una situación similar debido a que el jugador chino tenía falta de confianza en todo su juego. Aquí, Bryson apuntó sobre un aspecto en particular. Y en el momento indicado. Los distintos, en cualquier ámbito de la vida, se caracterizan por la capacidad para solucionar problemas en poco tiempo. Nuestro amigo supo identificar el error rápidamente, aislarlo del resto del juego, y buscar sus soluciones hasta que esté a punto. Una receta que está de moda en algunos lugares del mundo. Y es la más efectiva. ¿No me creen? Nuestro amigo lo confirmó al día siguiente.

Esta fue la reacción de Bryson DeChambeau, luego de embocar su putt en el green del 11, y con Matthew Wolff al lado, durante la última ronda del 120th U.S. Open Championship (Winged Foot Golf Club. Mamaroneck, New York).

Es muy difícil explayarse sobre lo ocurrido el día domingo. Simplemente porque no hubo torneo, luego del hoyo 10. Si bien Matthew Wolff no había tenido un buen arranque, estaba a 1. El águila del 9, en respuesta al mismo logro realizado por DeChambeau, parecía que le aportaba drama al último día. Sin embargo, una mala posición del «lobo», en su segundo tiro del hoyo 10, iba a cortar con sus ilusiones. Y no creo estar siendo injusto con él. Bryson DeChambeau mostró una autoridad como hace tiempo que no veía. En el tablero está a la vista todo: único jugador bajo par del día domingo.

Bryson DeChambeau, realizando un chip hacia el green del 18, durante la ronda final del 120th U.S. Open Championship (Winged Foot Golf Club. Mamaroneck, New York).

Como hemos hablado cuando ganó en Detroit, de a poquito, esa «revolución» se va transformando en realidad. Ya dijo que va a tratar de aumentar unos kilos más y probar un driver de 48″ (el máximo permitido por la USGA), para seguir ganando yardas. No descansa. Siempre fue así. Y este éxito lo obtuvo en buena ley. Es por eso que insistimos con que no debe ser condenado con un cambio de reglas. Encontró otra manera de ver el golf. No creo que ahora todos vayan a querer tomar batidos de proteínas. Sería subestimar al verdadero fanático de esto. Tampoco se puede llevar al límite la construcción de campos, como se busca en estos últimos tiempos. Hay que entender que la diferencia de Bryson DeChambeau radica en otro lado. Créanme que hace rato que no veía a alguien con extrema preocupación por cada ínfimo detalle del juego. No digo que el resto no lo tenga. Ahora, muy pocos hicieron lo posible por establecer un estilo y perfeccionarlo. Corrió el riesgo de salirse de su zona de confort. Y lo capitalizó rápidamente.

Bryson DeChambeau celebrando, en el green del 18, luego de terminar ganando el 120th U.S. Open Championship (Winged Foot Golf Club. Mamaroneck, New York).

¿Se acuerdan cuándo fue la última vez que discutimos eso, en relación a la performance de un jugador? Odio las comparaciones con Tiger Woods. Pero es el primer nombre que se me viene a la cabeza, luego de ver lo que vi en el cierre de este torneo. Creo que no nos damos cuenta que el fenómeno Bryson DeChambeau nos asusta por la autoridad con la que está jugando, más allá de su nueva distancia. Lo quieren encasillar y poner a la par del resto, con posibles restricciones inoportunas. Romperían su esencia.

El apodo no fue en vano. Como en la película, es difícil contener a MR. INCREÍBLE EN ACCIÓN.

Matías Miguel Torge

Handicap 54

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s