Un claro ejemplo de nuestro deporte como herramienta de inclusión social.
Nuestro amigo Matías Gramajo, presidente de la subcomisión del club, nos comentó una historia que merece ser destacada. Una historia que refleja lo que queremos comunicar en este deporte. Quienes estamos adentro de este lindo ambiente, sabemos que hay valores que se están perdiendo y que los podemos apreciar, a la hora de empezar a caminar por el tee del 1. Ojo, no lo marco esto como un lugar mayor o menor a otro (y espero que se entienda la frase). Ahora bien, muchas veces se ve a la gente de nuestro querido golf, como integrantes de una «burbuja»: palabra que está de moda. Bueno, permítanme decirles, a aquellos que piensan eso, que están muy equivocados. Es una «escuela adicional» apta para todo público.

«Siempre veíamos a unos chicos que viven en un complejo de viviendas sociales, separadas por una reja del green que tiene el hoyo 14. Hace casi 3 años que estaban observando lo que hacíamos. Tienen entre 10 y 17 años. Y siempre te aplaudían o te pedían pelotitas. Aunque, algunas veces, hacían alguna que otra travesura (típica de la edad)». Así, Matías nos lograba contextualizar el comienzo de un encuentro. Un encuentro motivado por la curiosidad y la impulsividad sana de un adolescente.
Piensen que Severiano Ballesteros perfeccionó su juego, trepando la pared de su querido Real Golf de Pedreña. No es necesario que les diga como terminó la historia del español: leyenda mundial del golf. ¿Podríamos decir que acá pasó lo mismo? El tiempo lo dirá. Ahora bien, el comienzo de este contacto fue similar. La continuidad de esta historia lo refleja.

«Hace poquito, en el grupo que venía delante mío, uno de los chicos levantó una pelotita, sin ver que estaban jugando. Pensé en retarlos pero, en el camino, me dije a mi mismo que la solución no venía por ahí». Este pensamiento pasa a la acción, cuando Matías los ve cara a cara. «Chicos: no hagan más esto y vengan, a partir de mañana, al club. Yo les enseño a jugar al golf». El grupo de muchachos, al ver esto, le manifestaron a Matías su falta de recursos económicos para practicarlo. Pero nuestro amigo (como usted, mi querido lector) sabe que la oportunidad, de seguir transmitiendo las enseñanzas que nos deja el golf, estaba latente. «No necesitan plata. Vengan que acá les damos palos, pelotas y todos los materiales necesarios». El grupo se había ampliado. Nadie efectuó alguna objeción. Al contrario. Los integrantes del club sabían que es un hecho que tiene que sentar precedentes para el bien de nuestro deporte.
Ese día fue hace un mes. Los chicos del barrio «La Dulce» pudieron dar comienzo a un camino cuyo final no lo sabremos. Insisto: ¿tendremos a un nuevo Severiano Ballesteros y no nos damos cuenta? El tiempo lo dirá. Lo que sí podemos afirmar es que este club busca la popularidad de nuestro deporte. Tiene argumentos. GOLF CLUB JOSÉ JURADO ES MÁS QUE UNA FAMILIA.

Matías Miguel Torge
Handicap 54
Ubicación del Golf Club José Jurado: Av. Cnel. Roca 5025 – CABA. A sólo 15 minutos del Obelisco (por Autopista 25 de mayo, ramal al Aeropuerto de Ezeiza. Bajada en Av. Escalada).
Teléfono: (011) 4605-0623
Instagram: https://www.instagram.com/golf_club_jose_jurado/
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