Víctor Regalado puede estar tranquilo. Los detalles de lo que dejó el tener a un nuevo mexicano en la lista de ganadores del PGA Tour.
Sanderson Farms Championship 2019. Caminata hacia el green del 18. El colombiano Sebastián Muñoz venía con él, en el último grupo. Tuvo la remota chance de igualar al coreano Sungjae Im, si embocaba su segundo tiro. Las chances de esa primera victoria se esfumaron por completo. Unas chances que, igualmente, se venían dilapidando en los últimos momentos de ese domingo. Ahora bien, la bronca no se acumuló. Quedó de lado. Su amigo necesitaba un birdie para meterse en el playoff, con el talentoso asiático. Entendió el momento y, en ese trayecto, buscó alentarlo. El fin de la historia es conocida.

Les puedo asegurar que, en los más de 20 años que llevo mirando golf, muy pocas veces vi el gesto que tuvo Carlos Ortiz con Sebastián Muñoz. Un gesto que habla de la grandeza de este señor. Bueno, Lorena Ochoa (a quien aquí nombramos hasta el cansancio) fue su fuente de inspiración. Una Lorena Ochoa que SIEMPRE se toma unos minutos para reconocer lo que hacen sus compatriotas (y colegas) en el mundo. Una Lorena Ochoa que compite en cada segundo, sin dejar de lado la ética y la cortesía para sus pares, para el público y para los periodistas del lugar. Todas estas razones fueron aputandas por Carlos, quien pareciera que aprendió esto al pie de la letra.

Al entrar a Memorial Park, no muchos imaginábamos el test de golf que se propuso. Una cancha que prioriza la inteligencia, el juego corto y el putting. No podía haber mejor test para aquellos que juegan (desde el jueves) Augusta National. A su vez, no podía haber mejor test para aquellos que trabajan, durante cada torneo, para sacar puntos y pelear por los famosos 125 de la FedEx Cup. Esta fue una prueba en donde el jugador completo iba a estar un paso adelante. Por lo tanto (y dicho esto), era la oportunidad de oro para Carlos Ortiz.

Casi sin darse cuenta, podríamos decir que nuestro querido mexicano estaba aprovechando su momento. Piensen que, en este domingo final, arrancó a un golpe de un Sam Burns que pide pista hace rato. Sin embargo, Burns se cayó y Jason Day (quien lo acompañaba en el segundo lugar, antes de arrancar el día domingo) se «contagió» de los errores de Sam. Carlos, al ver esto (en el mismo grupo), atacó en el momento justo, realizando birdies consecutivos, en el hoyo 8 y el 9. Con una actitud madura, se hizo cargo del liderato. No le pesó la responsabilidad. ¿Por qué decimos esto? Simple: no había fisuras. Parecía un veterano. Ahora bien, faltaba ese toque final. Dustin Johnson, el N°1 del mundo, le estaba «respirando en la nuca».

En estos nuevos tiempos de COVID-19, hay que repasar los jugadores del PGA Tour que se infectaron y sus regresos. Ninguno de ellos hizo lo que hizo Dustin Johnson esta semana. Digno de un superhéroe. Cuando parecía que todo estaba dispuesto para el mexicano, el N°1 del mundo apretó el acelerador a fondo. Bueno, por algo estamos haciendo esta descripción. Y lo más cómico de esta situación es que no tenía muchas esperanzas de su actuación en este torneo. Menos mal… Un bombazo de 60 pies (en el hoyo 11) lo ponía a 1 de Ortiz. A su vez, un birdie, en el difícil par 3 del 15, lo igualaba en el liderazgo. Al pegar el drive, en el par 5 del 16, parecía que íbamos a ver la misma película de nuevo. El putt para birdie errado, volvía a prender una luz para el mexicano. Era el momento.

Ese hierro 6, desde 220 yardas (cruzando el agua, en el mismo hoyo 16), fue el arma principal para sellar esto. A pesar de no entrar el putt para águila (y tener solo 1 golpe de ventaja), el «combustible emocional» ya estaba adquirido. El japonés Hideki Matsuyama hacía lo suyo, pero se quedaba sin hoyos. Ahora, «el enemigo» pasaba a ser uno mismo. Un enemigo que nunca apareció en forma de auto-presión. El birdie del 18 terminaba de transformar el sueño en realidad.

Si a esta redacción la reemplazo por los logros de Abraham Ancer, Gaby López, María Fassi, Regina Plasencia y Roberto Díaz (por mencionar sólo algunos), me quedaría perfecta. Pareciera que todos, como decimos acá, «están cortados con la misma tijera». Trabajadores hasta el cansancio, humildes en la victoria y constructivos en la derrota. A su vez, correctos con su entorno y preocupados por la persona, más alla del golf en sí.
México es el ejemplo a seguir en la región. Después de esta victoria de Carlos Ortiz, NO BUSQUEMOS MÁS ARGUMENTOS.

Matías Miguel Torge
Handicap 54