El PNC Championship: la excusa perfecta a un momento histórico, en el mundo del golf.

Somos injustos con Justin Thomas y su papá Mike. Ganaron el especial PNC Championship, con absoluta autoridad. Apretaron el acelerador, en el día domingo, y no sacaron el pie de allí. 57 golpes (el evento se jugó bajo el formato «Scramble». Para quienes no conocen el procedimiento, se realiza de la siguiente manera: cada integrante de la pareja realiza su tiro de salida. Eligen la mejor pelota. Desde allí, repiten lo descripto, hasta terminar el hoyo) y uno de ventaja sobre el eterno Vijay Singh y su hijo Qass. Ahora bien, el evento fue histórico por otra cosa: el surgimiento de un nuevo Woods, en el mundo del golf.

Es muy difícil agregar algo a lo dicho. No solamente porque se ha comentado todo, sino porque fueron dos días mágicos. A su vez, es muy difícil hacer un análisis del resultado. El único detalle que podríamos señalar (de la actuación del equipo) es que Tiger sigue con problemas en el putter. Pero ¿cómo podemos evaluar esto, si el mismo dijo que no importaba el resultado? A su vez, pongámosnos en los zapatos de él, con lo que eso implica. Ver que tu hijo hace lo que más te gusta, copiándote en muchos gestos y disfrutándolo por cuenta propia, es una sensación impagable. Lo más irreal de este cuento es que nosotros quedamos profundamente sorprendidos y sensibilizados. Hasta el mismo Tiger dijo que este momento no necesita palabras para ser descripto (agregó que será un recuerdo para toda su vida). Ahora bien, parece que Charlie, su hijo, tomó este evento especial como un inicio.

El 2do tiro, en el par 5 del 3 (correspondiente al día sábado), empezó a hablar por sí solo. Un hook dibujado con el estilo del padre. Llegaría su primer águila, el dulce festejo y a seguir compitiendo. Una competencia que no pasaba por Tiger. Pero no porque él se dejara estar. Todo lo contrario. Entendía que el protagonista tenía que ser su hijo. Además, el mismo Charlie lo iba llevando. Y fue la mejor prueba de fuego para ambos.

¿Qué fue lo que más nos sorprendió del Baby Tiger? El profesionalismo. Señores, la rutina del pequeño es la rutina de un profesional. 2 swings de práctica, mirar el objetivo, sacar todas las tensiones del cuerpo y pegar. A su vez, disfrutaba cumplir con ese ritual y darle el ok al padre para que no pegue su tiro de salida, cuando no lo necesitara (teniendo en cuenta el formato explicado anteriormente). Estaba metido en cada detalle. A su vez, no se inmutaba con ninguna cámara. No se inmutó ni para hacerle una linda broma a Justin Thomas (el primer día), ni para agitar el puño (ante un buen putt), ni para caminar los putts que tenían destino de ser embocados. Vive la competencia. Es su hábitat natural. Se nota que es «un cachorro» con hambre de gloria.

La emoción nos invadió a todos. Creo que es el artículo que más me costó realizar y pido disculpas si no fue de la misma calidad que los anteriores. Fuimos parte de la historia del golf. Depende de nosotros (en referencia al ambiente de este deporte) dejarlo ser y que pueda dar los pasos lógicos de un niño que está creciendo. Por el lado de Tiger, se nota la sana protección. No lo obliga a jugar. Deja que disfrute. A su vez, Mike Thomas (el papá de Justin. Lo nombramos al principio de la entrevista) es el único que puede opinar sobre su swing. De hecho, no lo dejó declarar para que no corra con ese cansancio de cumplir las obligaciones administrativas, a tan corta edad. Por lo tanto, si tenemos en cuenta esto, Charlie tiene (aparte de sus condiciones innatas) el mejor ambiente para desarrollarse y dejar fluir ese «fuego sagrado» que está surgiendo. Ese «fuego sagrado» que va mas allá de los millones que puedan estar en juego, en el PGA Tour. Se vislumbra un horizonte.
No hay que apurarse. A pesar de que hoy fue un comienzo. Los pasos se tienen que dar solos. La huella ha quedado y eso es lo que importa. ¿Y el resto? No se preocupen. Charlie Woods es parte de LA FÁBRICA DE ESTRELLAS.

Matías Miguel Torge
Handicap 54