PAUL LAWRIE: UN HÉROE SILENCIOSO

Historia de un ícono mundial de nuestro deporte. Pequeño «mano a mano» con una leyenda de bajo perfil y de gran corazón.

Tuve una infancia particular. Es innegable. No sé si el destino estaba prefijado, o qué pasó verdaderamente. Nunca lo sabré. Ahora bien, mi conexión con el mundo del golf (y del deporte en sí) se inició en un momento que, si nos guiamos por las tendencias de ese entonces, tendría que haber predominado historias como las de Superman o el Capitán América, por nombrar 2 de los principales personajes que nos han aportado los cómics. Eso sí, a pesar de que el mundo deportivo se estaba haciendo un gran lugar en mi vida (en ese entonces, tenía ocho años), había una serie de figuras que ocupaban el rol de los protagonistas nombrados. Una serie de figuras «de carne y hueso», creadas por el mismo autor: el mexicano Roberto Gómez Bolaños.

«Chespirito», apodo por el cual se lo conoce en el mundo, le dio vida al Chómpiras, al Doctor Chapatín y al adorable Chavo del Ocho, entre otras figuras. Pero hay uno de ellos, en el cual me quiero detener: el invencible Chapulín Colorado. Y digo invencible, a pesar de que fue uno más de nosotros. Sí, así como le digo. El mismo Roberto Gómez Bolaños lo introduce dentro de los personajes mencionados en el primer grupo, haciendo una salvedad. En el histórico programa argentino, llamado «La Noticia Rebelde» (conducido por Carlos Abrevaya y Jorge Guinzburg, dos históricos periodistas de nuestro país), «Chespirito» justifica lo mencionado, describiendo el concepto de heroísmo: «El heroísmo no consiste en carecer de miedo, sino en superarlo. Batman y Superman son todopoderosos. No pueden tener miedo. El Chapulín Colorado, consciente de sus miedos y sus limitaciones, se enfrenta al problema: eso es ser un héroe». Esta descripción sigue en vigencia, luego de más de 30 años de vida (50 temporadas, si tomamos la primera aparición del Chapulín, en la televisión). Un concepto que encaja perfecto en nuestro protagonista de la fecha.

En esta imagen vemos a Paul Lawrie, durante el Open Championship 1993, disputado en Royal St George’s Golf Club (Kent, Inglaterra). Lawrie había terminado T-6, siete golpes detrás del campeón: el australiano Greg Norman.

Paul Lawrie ha nacido un 1 de enero de 1969, en la pintoresca localidad escocesa de Aberdeen. Una localidad que, en los momentos de juventud de nuestra estrella, vivía «con todas las luces» en el fútbol. Aberdeen F.C. ganaba la vieja Recopa de Europa (1982-1983), al histórico Real Madrid, con el legendario Sir Alex Ferguson en el banco escocés (quien fuera, posteriormente, técnico de Manchester United. Su ciclo allí duró 27 años, llevándose 2 Champions League, entre otros logros). Un Aberdeen F.C. que poco a poco se iba alejando de los primeros planos, dejando lugar (en el protagonismo de su país) a uno de sus grandes fanáticos, con nuestro querido deporte como «arma» principal.

Paul Lawrie, celebrando la victoria (en el hoyo 18) del Qatar Masters 1999 (Doha Golf Club, Qatar).

En esta pequeña entrevista (obviamente que nos hubiera gustado hablar sobre muchas más cosas. Pero no quisimos usar más tiempo, del disponible por Paul, agradeciéndole por su generosidad. Es por eso que sólo fueron 5 preguntas las realizadas) entraremos en alguien que, con una humildad y sencillez admirable, ha llegado a la cima de nuestro deporte, luego de un arduo trabajo. Un trabajo que había comenzado gracias a un encuentro fortuito entre su padre (chofer de taxi) y Stewart Spence: dueño del lujoso «Marcliffe Hotel & Spa». Stewart, junto a Martin Gilbert (co-fundador y director de Aberdeen Asset Managment: una de las empresas más importantes del mundo, en materia de inversiones), iban a brindarle una ayuda muy importante para dar sus primeros pasos en el profesionalismo. Una ayuda que no sólo iba a traer uno de los Open Championship más recordados de este último tiempo (en 1999. Paul remontaría una ventaja de 10 golpes, ante el francés Jean Van de Velde. Este último tuvo la chance de llevarse el torneo, en el último hoyo, llevando 3 golpes de ventaja. Esa diferencia se esfumó, haciendo que nuestro amigo escocés y Justin Leonard entraran en un playoff con el francés. Como dijimos, Paul Lawrie se terminaría llevando la corona, en ese desempate). Una ayuda que, en 2012, le tenía preparado otro lugar histórico: ser partícipe del inolvidable equipo europeo, vencedor de la edición más emocionante de la Ryder Cup, en los últimos tiempos (disputada en el campo N°3 de Medinah Country Club).

Ese apoyo, de Stewart Spence y Martin Gilbert, iba a marcar el perfil de un jugador que vale la pena destacar. Un jugador que no se queda de brazos cruzados, disfrutando de sus logros. Un jugador que busca ayudar como lo ayudaron. Siempre vale la pena escucharlo y tener su palabra.

En esta foto vemos a Paul Lawrie, en el tee del hoyo 18 (último hoyo disputado en el European Tour), durante la segunda ronda del Aberdeen Standard Investments Scottish Open, disputado en The Renaissance Club (North Berwick, Escocia).

– Paul, hace poquito (y en el Abierto de tu Escocia natal) te has retirado formalmente del circuito europeo. ¿Te diste cuenta del legado que has dejado para nuestro deporte?  ¿Se dio todo como lo soñaste, luego de esas primeras ayudas de Stewart Spence y Martin Gilbert?

– No estoy seguro de estar de acuerdo con haber dejado un legado. Ahora bien, estoy orgulloso de mi carrera en el campo y (probablemente) más orgulloso de la misma, fuera del campo. En cuanto a Stewart Spence y Martin Gilbert, han sido brillantes para mí y todavía los veo a ambos, regularmente.

En esta foto tenemos a Paul Lawrie llegando al green del hoyo 18, junto a su caddie (Paddy Byrne), en el playoff del Open Championship 1999 (Carnoustie, Escocia).

– No fuiste un simple ganador más del Open Championship 1999. Viniste de 10 golpes de desventaja (mayor recuperación en la historia de un major), con una de las mejores rondas que vi en mi vida. A su vez, fuiste el último escocés en ganar The Open. Me gustaría que nos recuerdes las mejores sensaciones que te han quedado (desde que supiste que estaban las chances de poder disputar ese playoff, hasta el mítico hierro 4 que te permitió sellar la consagración). La idea del consejo que te dio tu caddie, Paddy Byrne (para quienes no lo saben, le pidió que mire a los ojos a sus contrincantes, ni bien los encuentre en el tee de salida), al arrancar ese playoff. ¿Es lo que se necesita para este tipo de eventos?

– Venir de 10 tiros atrás fue increíble. Ahora bien, el campo estuvo muy difícil, por lo que era seguro que un buen score iba a saltar bastantes lugares en el tablero. En relación a lo hecho por mi caddie, Paddy Byrne: hizo un gran trabajo, como lo puedes imaginar.

En esta imagen, vemos a los escoceses Colin Montgomerie y Paul Lawrie, caminando durante su partido de fourball y representando al equipo europeo en la Ryder Cup 1999, disputada en The Country Club (Brookline, Massachusetts).

– Fuiste testigo de 2 de las Ryder Cup más recordadas de la historia: “La Batalla de Brookline” (en 1999, ganada por el equipo estadounidense, con un polémico final. En el último punto, disputado entre Justin Leonard y José María Olazábal, el conjunto norteamericano festejó antes de tiempo, pisando la línea del putt que tenía la leyenda española, en el green del 17) y “Miracle of Medinah” (en 2012, inspirados en Seve Ballesteros y teniendo como capitán al nombrado Olazábal. Fue la remontada más histórica del equipo europeo. Posteriormente, el mismo se llevaría el triunfo). ¿Podríamos decir que lo que viviste en 1999 tuvo una motivación extra para ese gran logro? ¿Me podrías recordar los detalles post-evento de ambas ediciones, teniendo en cuenta el contexto descripto?

– Fue fantástico ser parte de la Ryder Cup. En la que jugué en 1999, estábamos 10-6 por delante y perdimos. A su vez, en 2012, estábamos 10-6 por detrás y ganamos, lo cual es increíble. La Ryder Cup es muy especial y me siento muy orgulloso de haber jugado dos veces en este evento.

El capitán del equipo europeo Jose Maria Olazabal, junto a Paul Lawrie, con el trofeo de la Ryder Cup 2012. En la misma, el equipo europeo derrotó al equipo estadounidense por 14.5 a 13.5. Esta edición se disputó en Medinah Country Club (Medinah, Illinois).

– Lamentablemente, has sufrido muchas lesiones en la espalda. Viendo, por ejemplo, lo que hace Bryson DeChambeau para incrementar su distancia desde el tee: ¿no crees que sienta un precedente complicado, para quienes lo intenten emular, con peligro de que haya mayor cantidad de lesiones de este tipo? De ser así, ¿considerás que Tiger Woods está sufriendo las consecuencias ahora, luego de sus movimientos agresivos, en el inicio de su carrera?

– Las lesiones de espalda son comunes en el golf, ya que giramos y regresamos (de ese giro) con mucha velocidad durante el swing. En lo personal, he tenido una mala racha de lesiones que proviene de haber pegado miles de bolas, cuando intentaba tener avances en mi juego.

En esta publicación, perteneciente al Instagram oficial del circuito «Tartan Pro Tour», vemos a Paul Lawrie practicando (en el hoyo 18 de Carnoustie), 2 días antes del evento inaugural de la gira (la misma ha comenzado el 5 de agosto del 2020).

– Recientemente, has sido partícipe de la fundación del “Tartan Pro Tour”, que les brinda una gran oportunidad a las futuras estrellas de tu región. Si bien el golf latinoamericano ha tenido su crecimiento, ¿crees que este tipo de medidas acelerarían el proceso? ¿o hay que trabajar con otras variantes? ¿Qué consejo nos darías al respecto?

– Lo que te puedo decir es que el Tartan Pro Tour ha sido muy divertido y muy importante para que despegue.

A Paul Lawrie no le gusta hacer alardes de sus logros. Y miren que tiene con qué. Por ejemplo, fue el último local que obtuvo la inigualable «Claret Jug» (premio histórico del Abierto Británico). Para colmo, no cualquiera obtiene la distinción de «Champion Golfer of The Year». Si a esto le sumamos que, en el año de ese triunfo, Carnoustie era «el patio de su casa» (su hogar tenía a este campo como sede mas cercana del evento. De hecho, ese año no se alquiló ningún hotel, prefiriendo permanecer con su familia), podemos estar seguros de la grandeza de este hombre.

Tratemos de hacer el ejercicio de ponernos en sus pies, durante esos instantes del emocionante domingo 18 de Julio de 1999. Agreguemos, a ese instante, a la gente que te vio nacer, esperando que le «pongas el moño» a una actuación monumental. A cualquiera de nosotros nos temblaría el pulso y el «Barry Burn» (nombre del arroyo que pasa en frente del green del hoyo 18 de Carnoustie Golf Links) se prepararía para recibir, con los brazos abiertos, a su nueva víctima. Nada de eso ocurrió. Desde ese momento, en adelante, nuestro amigo escocés nos enseñó cómo hacer historia.

Merece mayor reconocimiento del que tiene. No podemos dejarlo pasar. El golf es lo que es, gracias a nuestros héroes. Héroes que cumplen el concepto descripto al principio de esta nota. Entre ellos, sin lugar a dudas, está Paul Lawrie: UN HÉROE SILENCIOSO.

Matías Miguel Torge

Handicap 54

4 comentarios sobre “PAUL LAWRIE: UN HÉROE SILENCIOSO

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