Recuerdos imborrables de la última victoria proveniente de Argentina, en el PGA Tour.
Estoy seguro que él está tan enojado como yo, luego de ver la derrota de nuestro querido Boca Juniors. El 3-0, que realizó el equipo brasilero de Santos, fue una «patada al hígado» por la forma en que se dio. Un atleta tiene que pelear hasta el final. Siempre.
No se asuste: no cambiamos de deporte. Espero que me entienda, mi querido lector, que es un ejemplo («salido del horno») para explicar la importancia de ciertos valores, inherentes a cualquier tipo de actividad. Y esto lo digo a pesar de que no tuve el gusto de conocerlo personalmente. Ahora, ¿por qué tanta certeza ante lo descripto? El oriundo de Resistencia sabe lo que es pelear, hasta que caiga la última gota de sudor. Un ejemplo claro fue el viejo FedEx St Jude Classic 2015, disputado en el tradicional TPC Southwind (ubicado en Memphis). Otro momento inolvidable fue el vivido en la sede de esta semana, correspondiente a un nuevo evento del PGA Tour.

El Wailalae Country Club, campo anfitrión del Sony Open in Hawaii, es una cancha que le sienta bien al juego de Fabián Gómez. El chaqueño, con su destacado juego de tee a green, podía darle sustos a más de uno. Ahora bien, teniendo en cuenta la calidad de nombres que peleaban el campeonato (los estadounidenses Kevin Kisner y Brandt Snedeker estaban en ese lote de punteros. No es necesario que les desarrolle mucho sobre ellos), ni el más optimista podía pensar que Fabián se podía llevar el evento. Obviamente que no se dudaba de su capacidad necesaria para hacerlo. Sin embargo, los jugadores de este calibre poseen mayor cantidad de recursos. Los mismos cuentan con otra seguridad, ante momentos de definición. Por lo tanto, la mente sería un factor primordial de defensa, ante estas circunstancias. Un factor que iba a estar a completa disposición del argentino. Miren, para describir la mente del chaqueño (en ese día), podríamos decir que la misma tuvo una iluminación mayor a la de la Avenida Corrientes (perteneciente a la Ciudad de Buenos Aires), en la noche de un sábado. Ese domingo 17 de Enero (del 2016) iba a ser mágico.

El dardo, en el segundo tiro del hoyo 10, era una alarma de aviso para sus rivales. Fabián Gómez se metía en la punta, a falta de 8 hoyos por jugar. Y fue por más: otros 2 birdies seguidos (la salida, en el par 3 del 11, fue una obra de arte) lo ponían como candidato a seguir. Sin embargo, bogeys consecutivos (en el hoyo 13 y en el hoyo 14) enfriaban el momento, haciendo que Snedeker empiece a mostrar sus credenciales. Se necesitaba un último esfuerzo. Es lo que te obligan esta clase de rivales. Fabián lo había entendido a la perfección.

Su contundente putt, en el hoyo 17, lo igualaba en la punta. A su vez, necesitaba poner presión, en el par 5 del hoyo 18. El mismo lo había tratado mal durante la semana. Y ese domingo no iba a ser la excepción, ya que le quedaba un putt para birdie, desde fuera del green. Sin embargo, como dijimos al comienzo del artículo, había que dejar todo: hasta la última gota de sudor. Cuarto tiro embocado, ronda de 62 golpes, -20 en total, puño cerrado, único líder y a esperar. Snedeker no se iba a quedar atrás y, en el último grupo, llegaba al mismo score. El playoff estaba en marcha.

El hoyo 18, lugar de la contienda del desempate, se tuvo que disputar en dos ocasiones. En la primera ocasión, ambos se llevaron el par, luego de soportar algunas dificultades lógicas del juego. En la segunda ocasión, Fabián Gómez hizo 2 putts de rutina para llevarse el birdie y pasar la presión a un Brandt Snedeker que no supo aguantar esto, a pesar de ser uno de los mejores jugadores, sobre el green, del PGA Tour. El logro estaba consumado.

Con su compañero de toda la vida, el gran Adrián «Coco» Monteros (a quien le había fallecido su papá, tiempo antes de que comience el torneo), Fabían (surgido en el Chaco Golf Club) volvía a generar ruido, en el mundo del golf. No me olvido más lo que grité en mi pieza (siguiendo el evento por Internet), al festejar esa noche. ¿Recordás qué hiciste vos, en ese día?
Fue la última victoria de un argentino, en el circuito. ¿Inspirará la sede tanto a él, como a Emiliano Grillo o Nelson Ledesma? Esta semana tendremos la respuesta. Ahora bien, Fabián Gómez nos demostró que, en gran cantidad de ocasiones, un salto de calidad ES SÓLO UNA CUESTIÓN DE ACTITUD.
¡Nuestros mejores deseos, tanto a los argentinos nombrados como al resto de los latinos! El chileno Joaquín Niemann, el colombiano Sebastián Muñoz, los mexicanos Carlos Ortíz y Abraham Ancer y el puertorriqueño Rafael Campos serán el resto de los representantes de una legión latinoamericana con «hambre de gloria».

Matías Miguel Torge
Handicap 54