El N°12 del mundo vuelve al circuito, con el estilo que lo caracteriza.
Hay algo que no le podemos negar a Brooks Koepka. Es un competidor nato. No busca «hacer amigos» en el PGA Tour. Y es válido. Muchas veces va al límite, es verdad. Sino pregúntenle a Bryson DeChambeau o al mismo Dustin Johnson. ¡Cómo olvidar sus recientes chicanas a DJ, en el PGA Championship 2020! El actual N°1 del mundo lideraba la tercera ronda y Brooks tuvo declaraciones picantes, haciendo referencia a lo difícil que es ganar un segundo major y su falta de concreción de chances, para tener más victorias en estos eventos. Si bien «ese juego psicológico» lo afectó en su rendimiento, asumió el desafío. Buscó una motivación. ¿Y quién de nosotros no lo hizo alguna vez? Eso si, nos desacostumbramos a este tipo de formas.

Actualmente, estamos en un ambiente mundial muy sensible. Si bien sostengo que los mejores jugadores del mundo deben «ser y parecer», hay que tener en cuenta que se multiplica la repercusión. Y por momentos es insoportable. Hay veces que habría que dejar de analizar «al extremo». No había escándalos cuando Tiger Woods decía que iba a ganar majors, cuando hacía su primera conferencia de prensa (en un evento de este tipo). Tampoco había que esperar otra respuesta, porque su éxito también fue parte de esto. Él cree en su excelso talento. E impone condiciones. Cuando en un torneo está Tiger, todos saben que tienen que dar el 110%, para robarle la corona. Y esto lo digo a pesar de las lesiones con las que está conviviendo. No regala nada. Un estilo que Koepka toma como modelo.

La respuesta a nuestro colega estadounidense, George Savaricas, dice mucho de él. «Una semana exitosa es ganar. No estoy aquí para terminar Top 20, aunque he escuchado que ese puesto entrega buen dinero». Esa última frase tuvo un destinatario: Kevin Kisner (había manifestado que hay campos en los que no puede ganar, por su estilo de juego. Por lo tanto, buscaba llegar a esos puestos, para obtener buenos premios). Está en todos los detalles. No pasa desapercibido. Ah, agreguémosle algo importante: está totalmente recuperado de su lesión en la rodilla. Está liberado de pensamientos negativos que le puedan venir. Y cuando este tipo de jugadores está concentrado sólo en su golf… Son de temer.
El golf también es un juego. Nunca nos olvidemos de eso. Dentro del marco del respeto, nunca está de más querer «marcar la cancha». No tenemos que asustarnos de los jugadores «sin cassette». Humanizan el deporte. Con lo bueno y lo malo. Le aportan esa cuota de show que siempre viene bien para la difusión del mismo. Generan esa magia única que, a pesar de la provocación de sentimientos contrapuestos, marcan una tendencia/estilo a seguir.
Brooks Koepka derrumba una «hipocresía» que abarca mayores ambientes deportivos. Obvio que es un orgullo ser parte de una de las mejores ligas golfísticas del mundo. Ahora, jugadores como él tiene un leitmotiv claro, que los distingue del resto. La frase es simple: GANAR, GANAR, GANAR.

Matías Miguel Torge
Handicap 54
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