Las particulares que tuvo Riviera Country Club en su historia, con el playoff más numeroso de la historia (del PGA Tour) como protagonista principal.
Cerquita de Hollywood, se prenden las luces de una nueva función en el PGA Tour. Llega otra de mis semanas favoritas. La costa oeste (de los Estados Unidos) tiene un encanto único. Y Riviera Country Club no es la excepción. Un lugar inigualable, con historias propias de su cercanía con el mundo del espectáculo. Historias que generan una especie de realismo mágico.

El ejemplo más claro de lo descripto es el siguiente: fue el primer lugar en donde vimos a Tiger Woods (actual anfitrión del evento. Recordemos que, en esta edición, no lo tendremos presente ya que se está recuperando de la cirugía realizada en la espalda) disputando un torneo del PGA Tour. Paradójicamente, aparte de ser el campo que vio el inicio de su legendaria trayectoria, es el único torneo en el que no se llevó la corona, luego de haberlo disputado más de 10 veces. Lo más insólito de todo esto es que el mismo Jack Nicklaus tampoco pudo quedarse con el mismo. Increíble pero real.
Mi querido lector: sé que se encontrará ansioso porque no ve la hora de que arranquen las acciones de este evento. Ahora bien, la historia que resume la magia de Riviera Country Club es la ocurrida en la edición del año 2001. Un día final que quedará en la historia.

El guion parecía hecho a medida. Davis Love III, no le hacía honor a su apellido, destrozando sus chances para un nuevo título. Su ronda final fue de 75 golpes. Creo que no puedo agregar mucho más al respecto. Ahora bien, creo que nunca se imaginó la escena dantesca que generó. A raíz de esta situación, 6 jugadores disputarían el playoff con mayor cantidad de golfistas, en la historia del PGA Tour (empatando al actual AT&T Byron Nelson de 1994. Ese torneo se definió luego de 36 hoyos). Cuando escuchen los nombres de los integrantes de este desempate, se van a sorprender.

Toshimitsu Izawa: una de las sensaciones japonesas de ese momento, junto al querido Shigeki Maruyama (algún día, habría que hacer algún especial de él. Ambos ganaron la vieja World Cup 2002). Sus 7 victorias en Japón, hasta ese entonces, decían mucho de él. Todos los nipones depositaban su confianza, esperando que fuera el primero de su país en ganar en este circuito. Llegó a ser N°17 del mundo. Ah, después de este evento, salió cuarto en el Masters 2001 (momento de la segunda chaqueta verde de Tiger Woods).

Dennis Paulson: ya venía de ganar el Buick Classic 2000 (este torneo es el actual The Northern Trust), en Westchester. «Si no crees que puedes ganar, no lo harás y perderás tu carta. Básicamente, tengo la misma actitud que tiene Tiger Woods, cuando juego bien: creo que puedo ganar todos los torneos de golf»: un fragmento de sus declaraciones, luego de su primer triunfo. Llegó a ser N°26 del mundo. Su carrera siguió como comentarista en el SiriusXM PGA Tour Radio.

Bob Tway: cuando hablamos de él, no podemos dejar de lado su victoria en el PGA Championship 1986. El histórico Inverness Club sería testigo de uno de los momentos más «dolorosos» (deportivamente hablando) de la carrera de Greg Norman. Su ventaja de 4 golpes, al llegar al día domingo, se veía diluida. Y de una manera cruel. Al llegar al día final, Tway embocaba su tercer tiro, desde el bunker. Y había muy poco green para trabajar. No importó. «The Shark» debía aspirar al milagro, desde un rough espeso. La ventaja terminó siendo de dos golpes, al finalizar el evento. El daño estaba realizado. Luego de esto, llegó a ser el 5to del ranking mundial, en 1987.

Jeff Sluman: una carrera única, no sólo por su PGA Championship de 1988 (primera victoria como profesional y empatando la mejor ronda final para un ganador, en la historia del evento. En ese día domingo, hizo 65 golpes). Después de los 30 años (los tenía cumplidos cuando ganó su único major, en Oak Tree Golf Club), comenzó a demostrar su gran talento, siendo una máquina de ganar dinero. Lo más loco de todo esto es que, cercano a cumplir 40 años, empezó una racha de 5 victorias más (entre 1997 y 2002). Ah, es el único jugador (en la historia) que pudo hacer un «hoyo en uno», en el 4 del Masters. No era casualidad su presencia.

Brandel Chamblee: No vamos a hablar de sus «discusiones pintorescas» con Brooks Koepka. Nuestro amigo de St. Louis llegó a ser N°58 en el ranking mundial. Sólo una victoria en el tour, ante el gran Payne Stewart (en 1998). Estaba ante la chance de consolidarse en el circuito. Actualmente, disfrutamos de sus grandes análisis en Golf Channel.
Dijimos 6 golfistas… y nos falta uno. Alguien de quien se ha olvidado que era un rival de temer.

Cuando hablamos de Robert Allenby, las últimas cosas que «se nos vienen a la cabeza» son sus polémicas fuera del campo. Peleas con sus caddies (por ejemplo, despidió a quien le llevaba los palos, en medio de la primera ronda del RBC Canadian Open 2015), con sus colegas (en la Presidents Cup de 2011, declaró que su mal rendimiento fue por culpa de sus compañeros. A la semana siguiente, estuvo a punto de irse a las trompadas con su compatriota Geoff Ogilvy) … Hasta vivió una noche de terror, en el Sony Open de 2015. Lo drogaron (en un bar) para secuestrarlo, golpearlo y robarle sus tarjetas de crédito. Ahora bien, en ese entonces, el australiano empezaba a demostrar por qué tuvo un éxito tan repentino.
Sus 2 victorias, a fines del año 2000, marcaban los argumentos principales por los cuales Robert Allenby se merecía estar en el circuito. Para colmo, esos dos triunfos se habían dado en desempate, llevando un récord de 6 victorias y ninguna derrota, hasta ese momento. Ese domingo de Riviera CC no sería la excepción.
La presión, en un playoff de 2, es extrema. Imagínense esto en 6 jugadores. «Siempre hay que esperar lo inesperado», había declarado el australiano. Había entendido la importancia del contexto. El día era lluvioso, la pelota avanzaba poco y sólo Doug Barron pudo hacer birdie en el fatal hoyo 18. Las 451 yardas eran eternas. Pero no imposibles.
Robert Allenby dijo que fue «la mejor madera 3 de su vida». Y no es para menos. Si no fuera por el «Better Than Most» de Tiger Woods (su famoso putt, en el The Players Championship de ese mismo año), hubiera sido el tiro de la temporada. 225 yardas, en subida, y con el agua salpicando. La pelota había quedado a unos 5 pies. En un hoyo, pudo liquidar todo. La sangre fría invadió sus venas. Y esto ocurrió en el momento indicado.
Si hablamos de Hollywood, no podemos dejar de lado al mítico Humprey Bogart. El árbol del hoyo 12 tiene su nombre debido a que pasaba su tiempo allí, viendo el mejor golf del club. Un Humprey Bogart que nos permitiría modificar su histórica frase (dicha en la película llamada «Casablanca»), para explicar la importancia de Riviera CC, en el calendario del PGA Tour: «SIEMPRE TENDREMOS A LOS ÁNGELES».

Matías Miguel Torge
Handicap 54
Latinos:
- El colombiano Camilo Villegas saldrá con el estadounidense James Hahn y el chino Xinjun Zhang, a las 12:02 PM (hora de ARG) y por el tee del hoyo 1.
- El chileno Joaquín Niemann saldrá con los estadounidenses Tyler Duncan y Scott Piercy, a las 12:35 PM (hora de ARG) y por el tee del hoyo 1.
- El argentino Emiliano Grillo saldrá con el australiano Matt Jones y el estadounidense Talor Gooch, a la 1:19 PM (hora de ARG) y por el tee del hoyo 10.
- El mexicano Abraham Ancer saldrá con el canadiense Adam Hadwin y el estadounidense Robby Shelton, a las 4:10 PM (hora de ARG) y por el tee del hoyo 10.
- El colombiano Sebastián Muñoz saldrá con los estadounidenses Matt Kuchar y Jordan Spieth, a las 5:05 PM (hora de ARG) y por el tee del hoyo 1.
- El mexicano Carlos Ortíz saldrá con los estadounidenses Brian Gay y Wesley Bryan, a las 5:27 PM (hora de ARG) y por el tee del hoyo 10.