Pequeño editorial acerca de nuestra visión sobre cómo tratar el futuro de Tiger Woods.
En este corto período que llevo en el medio, es la primera vez que me toca cubrir (desde mi humilde lugar) una noticia de este calibre. No será ni la primera ni la última, lógicamente. Ahora bien, era una prueba de fuego que había que pasarla de la mejor manera posible. Espero, por ahora, haber cumplido sus expectativas. Para todo esto, hay que elegir un camino. Me gustaría explicarlo.
Tiger Woods acaba de comenzar un proceso largo de recuperación. Hoy fue visitado por Érica Herman (su novia) y por Rob McNamara (su gran amigo y vicepresidente de TGR Ventures). Es imposible, al escuchar todas estas noticias (por más rutinarias que sean, dentro de todo este proceso), no conmoverse.
Gracias a charlas con los que verdaderamente saben de esto, sumado a los principios que uno cree haber aprendido, he llegado a la siguiente conclusión: Tiger nos dio muchas alegrías y nos acompañó en muchos momentos de nuestras vidas (sin saberlo). Por lo tanto, ES EL MOMENTO PARA QUE NOSOTROS LO ACOMPAÑEMOS A ÉL (y a su familia), respetando su privacidad y pensando en que no es Superman, como bien dijo Rory McIlroy hoy. Por lo tanto, su relación con la actividad golfística pasará a un segundo plano, a excepción de (para mí) un solo aspecto: su fortaleza mental ante este peligro. Es lo único que me preocupa de su contacto con el deporte (tratando de ponerme en el lugar de él), teniendo en cuenta que este lugar ha sido (y sigue siendo) su hábitat natural. ¿Cómo reaccionaríamos nosotros cuando nos sacan de un lugar habitual, al que le dedicamos gran parte de nuestra vida, por una situación distinta a la de la decisión propia? Sería un shock duro que costaría asimilarlo rápidamente. Para cualquier persona. En Argentina, tuvimos el ejemplo reciente (con un desenlace trágico, lamentablemente) de Diego Armando Maradona. No es una situación fácil. Aunque la vida (y la calidad de la misma) está por encima de todo. Bueno, podríamos decir que el aspecto que quiero marcar no desentona de esta idea.
Todd Lewis ha informado que no nos deberíamos sorprender si aparecen muchos jugadores con la famosa combinación de la remera roja y el pantalón negro, emulándolo. Son gestos que deben abundar, desde ahora en más. Me parece que esa es la mejor manera de seguir con este tema, sin dejar de lado la actualidad correspondiente y teniendo en cuenta lo explicado.
¿Nombramos a Diego Armando Maradona? Bueno, Daniel Arcucci (su biógrafo e histórico periodista deportivo argentino) ha comentado que el astro argentino le ha manifestado (en una entrevista) que le gustaría «que lo quieran más». Imagino que a Tiger Woods le pasaría lo mismo, en este momento tan difícil. Un momento en donde, sabiendo que muchos aprovecharán para hacer su show, no hay que perder la empatía y ser agradecidos con lo que nos dio. Un momento en donde, como ese mítico momento del The Players Championship 2001, hay que ser «BETTER THAN MOST».
Matías Miguel Torge
Handicap 54
(La foto de portada fue el homenaje que le hicieron hoy, en la playa que rodea el «Old Course» de St. Andrews).