Contra todos y contra él mismo: la actitud es innegociable.
La última parada anterior a Tokio. No quedó nada deslucida. Obviamente que, ante la actualidad del deporte, no tuvo demasiadas prioridades. Sin embargo, el PGA Tour parece que siempre se las ingenia para dejarnos tela para cortar.
¿Por dónde empezamos? Por un Jhonattan Vegas que está intratable. Y nos alegra porque sabemos del esfuerzo constante y del cariño por su bandera. Irá a los Juegos Olímpicos, sabiendo que puede. Por momentos, piensen que estuvo liderando el evento. Otra vez quedó en las puertas del triunfo. Junto a su caddie, el querido Ruben Yorio, transmiten una soltura similar a lo que vimos en el RBC Canadian Open 2016 y 2017. Cuando el surgido en Maturín está así, no hay con qué darle. Ah, ¿saben qué más valoro? Sabiendo que consiguió un gran posicionamiento en la FedEx Cup (y teniendo en cuenta lo difícil que es terminar entre los primeros 30, para disputar todos los majors), decide arriesgarlo todo, en búsqueda de la gloria. Otro atleta de élite. Merece nuestro respeto.
Hay otro latino que no podemos dejar de nombrar. Y es nuestro querido Mito Pereira. Segundo «Top 10» consecutivo, teniendo en cuenta que son sus primeras armas en el PGA Tour. Un Mito Pereira que, de a poquito, impone respeto. De a poco, va haciéndose su lugar. El chileno está dejando buenas señales, sabiendo lo que viene. También viajará a Tokio y, si nos guiamos por la lógica, será una experiencia para disfrutar y aprender. No obstante, le encanta sorprendernos. Actitud no le va a faltar. Es su carta de presentación.
¿Hablamos de actitud? Bueno, es la palabra perfecta para definir la actuación de Cameron Champ. Un Cameron Champ que supo ver cómo Cameron Tringale (un caso increíble de nuestro deporte. Sigue sin poder ganar, en más de 300 presentaciones) se caía de la punta. Un Cameron Champ que aguantó los embates de los sudafricanos Louis Oosthuizen y Charl Schwartzel, con lo que eso signfica. Un Cameron Champ que ¡también aguantó la deshidratación! Sí tuvo una ronda de 66 golpes, sin bogeys y con lo que hemos descripto. Increíble pero real.
A todo esto, hay que sumarle «la frutilla del postre». En el complicado par 5 final, se había complicado seriamente. Potenció el peligro del lago que bordea al hoyo (y al green del mismo). Sin embargo, sabiendo que con un bogey ganaba, se dejó un cuarto tiro de 127 yardas. El mismo fue resuelto a la perfección, sellando su tercer victoria en la gira.
Para finalizar, Champ reconoció que está tratando de no darle el 100% de la importancia al golf, relajando sus emociones. Teniendo en cuenta la importancia que está tomando el tema (en el deporte), es el mejor camino que pudo elegir. Talento (y potencia) le sobra. Cameron Champ es MÁS QUE UN APELLIDO.
Matías Miguel Torge
Handicap 54
handicap54.golf 