A LA GILADA NI CABIDA

Pequeña carta abierta para todos los grandes representantes argentinos.

Es doloroso que Virginia Bardach tenga que publicar lo que publicó. Es doloroso que Delfina Pignatiello tenga que declarar lo que declaró. Es doloroso que el equipo de Los Pumas (correspondiente al rugaby, bajo la modalidad de «seven». Por cuestiones de tiempo, no pudimos felicitarlos por Es doloroso que el querido Emmanuel Lucenti tenga que decir lo que dice. Es doloroso que Fernanda Russo tenga que comentar lo que comenta. Ahora, es mucho más doloroso cuando uno de nosotros critica (de manera maliciosa) a todos estos héroes, que se rompieron el alma para estar en Tokio. No obstante, el dolor no importa cuando la cruda verdad es necesaria.

¿Acaso se olvidaron de que muchos de ellos tuvieron que sufrir como perros, cuando esta estúpida cuarentena los privó de hacer su vocación? ¿Acaso se olvidaron el sacrificio que hacen durante 4 años, para un par de minutos que los separan de su pasaje a la gloria? No puedo creer que muchos de nosotros se animen a desprestigiarlos. Y me importa un carajo (perdón por el vocabulario, pero estoy re caliente. Desde Sydney 2000, cuando tenía 8 años, que veo lo mismo. Puede ser en mayor o menor medida. Pero veo lo mismo) si los instantes nombrados son 3 minutos, 30, 4 días, etc. Ese tiempo, en la cúspide del deporte, es el fiel reflejo de la importancia que tienen estas personas. Personas que sacrificaron muchas cosas (reuniones familiares y logros personales, entre otras cosas). Personas que deberían ser una referencia para nuestros chicos. En su gran mayoría, se arriesgaron a viajar (sabiendo los riesgos que corrían), por el simple hecho de cumplir su sueño.

Por momentos, somos cínicos e hipócritas. Y esquivamos «el detrás de escena». Les pongo el ejemplo del deporte que más quiero (sin desmerecer al resto de las actividades): el golf. Es fácil decir ahora «Vamos Maggie Simmermacher», cuando antes no hacíamos nada y dejamos de poner el grito en el cielo. Ella (mientras tanto) tenía que practicar con un colchón y una frazada, desde su casa. Y, en el mundo, se demostraba que el golf no tenía riesgos grandes de contagio. Sin embargo, tuvo que soportar las adversidades innecesarias. Nosotros no hicimos nada al respecto. ¿Cómo no me voy a enojar cuando muchos, en el ambiente, intentaron desvalorizar a los Juegos Olímpicos?

Volviendo a la natación, tanto Virginia Bardach como Georgina Bardach (su hermana, quien haya ganado una medalla de bronce, en Atenas 2004) deberían ser respetadas como se debe. Georgina, en una nota a Infobae, reveló que una de las razones de su retiro fue la desgastante situación de tener que saber que no había nada ordenado en la organización dirigencial. ¡Y Georgina escribió una de las páginas doradas del deporte de nuestro país! Como dijimos, la trayectoria de nuestras queridas hermanas deberían ser comentadas en cada rincón de los colegios argentinos. El deporte dignifica. El deporte enseña la importancia del mérito. El deporte te enseña la importancia de avanzar, aprendiendo. ¿Le tenemos miedo a eso, que no lo difundimos? ¿Por eso somos tan conformistas?

Cuando lleguemos al día que empecemos a valorar a los atletas argentinos que verdaderamente quieren a nuestro país, estoy seguro que nuestro país tendrá un cambio. Por lo tanto, si tengo el privilegio de que alguno de nuestros atletas vea la nota, me gustaría que no se olvide de esta frase tan típica del argentino: A LA GILADA NI CABIDA. Sigan por este camino. Estamos orgullosos de ustedes.

Matías Miguel Torge

Handicap 54

2 comentarios sobre “A LA GILADA NI CABIDA

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s