ABRAHAM ANCER: LA NEBLINA SE FUE

La regularidad tiene premio, sin importar el tiempo que pase.

¿Saben qué se me vino a la cabeza, luego de verlo ganar? Una frase de Lionel Messi hoy, luego de su despedida del Barcelona. No es broma. Entre sus lágrimas, luego del shock que le generó esta situación, comentó no estar preparado para lo que pasó. Lo más loco de todo esto: el argentino había manifestado que, si todo esto hubiera ocurrido en la temporada pasada, el proceso de asimilación era distinto. El destino no discrimina.

Si empezamos a repasar los momentos en donde el oriundo de Reynosa estuvo cerca, sabíamos que su primera victoria estaba al caer. El tema es que, si hacíamos memoria, esta era la oportunidad menos imaginada. Repasemos un poco.

Por un lado, hay que hacer una mención especial a Si Woo Kim, quien hizo ¡13 golpes! en el fatídico par 3 del 11. Es el score más alto de la historia del PGA Tour (desde 1983. No incluimos majors), en un hoyo de estas características. En la foto, se lo puede ver con el amigo Kevin Na, quien tiene una situación similar, en los «par 4». Su 16, en el TPC San Antonio (año 2011), quedará en la memoria de todos. Comparten el sentimiento.

Yendo (específicamente) a los momentos definitorios, hay que describir lo que pasaba en el último grupo de este torneo. Teníamos a dos protagonistas claves. Voy a empezar por un Bryson DeChambeau que tuvo un regreso polémico. Luego de superar el COVID-19, declaró que (aparte de perder unos cinco kilos, junto a un poco de velocidad de swing) no quería vacunarse, al ser lo suficientemente joven. El N°7 del mundo cree que, si se inocula, le estaría sacando un lugar a quien verdaderamente lo necesita. En este caso, me voy a reservar la opinión porque me es muy difícil analizar una situación tan espinosa, por donde se la mire. Obviamente que entiendo la importancia de la vacunación (sino, ni lo hubiera hecho. De hecho, esta semana estuve mal de salud, por los efectos que genera el proceso) y, desde este humilde lugar (si usted está dudando en hacerlo) recomendamos que opte por inocularse. No obstante, consideramos que no corresponde meternos en las creencias de cada uno. ¿Estamos de acuerdo con su decisión? Para nada. Ahora, no lo voy a «señalar con el dedo». Son sus argumentos. Eso sí, hay que permanecer atentos a las consecuencias de esta decisión… para la Copa Ryder.

En lo estrictamente golfístico, Bryson se descalabró luego de terminar sus primeros nueve hoyos. El triple bogey, en el mencionado hoyo 11, fue fatal para sus aspiraciones. Ah: volvió a soportar algunos «Brooksy». Además, también fue criticado por no avisar cuando desviaba sus tiros (de manera accidental) al público. Menos mal que ya terminó todo.

El segundo protagonista en cuestión, integrante del último grupo, fue el destacado Harris English. Un Harris English que, al llegar al tee del 11, parecía tener el torneo definido. Llegó a sacar cuatro golpes de ventaja. El par 3 nombrado, junto al corto hoyo 14, diluyeron sus chances de ser el único golfista en ganar tres veces, dentro de esta temporada. Solo dos swings bastaron para derribarlo. Así de cruel es esto.

Mientras English se desmoronaba, Hideki Matsuyama (quien se quería tomar revancha, luego de lo ocurrido en los Juegos Olímpicos) y Sam Burns arremetían una hora más adelante, con sendas rondas de 63 y 64 golpes, respectivamente. Tengan en cuenta que no hemos descripto mucho de ellos, debido a que sus nombres no estaban en los planes. Es que todos los ojos estaban puestos en Cameron Smith, quien ya había empatado la cantidad más baja de putts, en una ronda (18, en la segunda jornada). El australiano, en el hoyo 18, se encargó de arriesgar de más. Sin necesidad, perdió un golpe en el monte. Quedaba él.

Abraham Ancer tiene esa virtud. No hace mucho ruido. Ahora, de cualquier manera, SIEMPRE está. Su ronda, de 68 golpes, fue una de las más fáciles de los últimos tiempos. Sin problemas, consiguió entrar a un playoff con Matsuyama y Burns. Todo se podría haber definido antes, si entraban mayor cantidad de putts. No importa. Él estaba peleando el torneo. Y sus rivales (de manera inconsciente) lo subestimaron. Es que, a alguien que falla poco y sabe salvarse, no se le puede dejar ninguna hendija. ¿La mayor demostración de lo que digo? Tiger Woods, en la Presidents Cup 2019. Es que no hay que permitir que trabaje. El mexicano cuenta con un conjunto de recursos inagotables. El número de ellos es similar al catálogo de una concesionaria.

El desempate duró dos capítulos. Ancer, en la segunda parte del playoff, estableció un segundo tiro espectacular. Sam Burns lo igualó en la presión (con Hideki Matsuyama perdiendo posibilidades, al quedar lejos de la bandera), copiando sus pasos. Sin embargo, erró un putt más corto que el del mexicano. La espera se había terminado.

El «turco» (su apodo característico) ya no está perdido. Las injusticias del destino lo habían alejado de ese ansiado primer triunfo. Hoy, con esta victoria en este WGC-FedEx St. Jude Championship, se suma a la lista que conforman Cesar Samudio, Víctor Regalado y Carlos Ortiz. Por suerte, LA NEBLINA SE FUE.

Matías Miguel Torge

Handicap 54

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