El Real Club Valderrama como sede de aquellos golfistas subestimados por su forma de jugar.
Arte: manifestación de la capacidad humana, mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado, mediante recursos plásticos, lingüísticos o sonoros (segunda definición de la palabra, en la Real Academia Española). Es la mejor acepción posible para explicar sobre cómo manejarse en esta sede.
Ahora, entremos en detalle. Cuando hablamos de interpretar lo real o plasmar lo imaginado, con los recursos mencionados, ¿qué estilo implementamos? Ahí, el problema se amplía. No siempre hay que embellecer a nuestros sentidos para cumplir con el significado de la palabra. Por más que a nosotros nos parezca chocante, el hecho de pintar solo una línea (en medio de la nada) puede tranquilamente encajar con la famosa palabra del principio. ¿Y qué tiene que ver esto, con lo sucedido el día de hoy?
Señores, el Real Club Valderrama no puede faltar nunca. El golf está lleno de artistas que, por la corriente de hoy en día, quedan a un lado. Espero que me entienda la metáfora: pareciera que acertar fairways y greens ha quedado tirado, en el cajón de los recuerdos. Menciono un ejemplo: la ronda de 18 pares de Nick Faldo (en Muirfield 1987. Se llevaría el The Open de ese año) está existiendo solamente en los nostálgicos de nuestro deporte. Por lo tanto, en épocas de polémicas modificaciones sobre la longitud de los palos, el espectáculo visto es una bocanada de aire fresco.

Solo 14 jugadores han bajado el par del campo. Entre ellos, me gustaría tomarme un tiempo para destacar la gran labor del paraguayo Fabrizio Zanotti, quien entiende (a la perfección) lo que estamos hablando. T-4 y a pocos pasos de meterse en las finales de la Race To Dubai. De no ser por una primera vuelta un poco fallida (que tampoco fue terrible. Recordemos que, en estos niveles, los detalles importan mucho), estaríamos cambiando el protagonista del artículo. De cualquier manera, parece que el campo le queda pintado. Fue el que tuvo mayor porcentaje de greens acertados… ¡en el torneo! Sabe cómo defenderse.
Y si hablamos de maneras de defenderse, hay que ir hacia la performance del campeón del torneo. Un Matthew Fitzpatrick al que uno lo ve jugar y, de forma injusta, no «cae bien a los ojos». Decimos esto, refiriéndonos a lo que le sucedió en la Ryder Cup: tuvo 2 participaciones, sin haber sumado ningún punto. Ahora, el inglés ha cosechado 7 títulos, en tan solo 6 años. Entre su palmarés, figura el bicampeonato en el DP World Tour Championship (evento final del circuito), contra los mejores de la temporada. No es un improvisado. Su magia, en las adyacencias del green (y sobre el mismo), es digna de su puesto N°28 en el ranking mundial. Una magia que se apreció de gran manera, dentro de las sogas.
El primer adversario en caer fue su compatriota, Laurie Canter. Hace tiempo que coquetea con su primer triunfo. El año pasado, en Italia, se le escapó la corona por un golpe. A su vez, en la mencionada competencia de Dubai, también terminó a 3 de la punta. Aquí, parecía que estaba jugando otro campo… hasta el hoyo 6. Doble bogey consumado y la presión sucumbía en su juego. Las cámaras se iban para un Sebastian Söderberg que tuvo todo para llevarse su segunda victoria (ganó el tradicional Omega European Masters 2019. El triunfo se dio en un playoff en el que estaban Andrés Romero y Rory McIlroy, entre otros). Sin embargo, su salida en el «accesible» hoyo 17 (el único lugar en donde el recorrido te puede dar cierto respiro) quedó perdida en los arbustos de la derecha. El camino quedaba allanado.
Hasta el tee del hoyo 16, llevaba 15 pares (en total, realizó 16). Justamente, no hemos detallado nada de él por lo siguiente: hizo lo que tenía que hacer. A su vez, como si el libreto estuviera preestablecido (imagen totalmente opuesta a la realidad del mundo del golf), aceleró en el momento indicado. Desde el lugar mencionado, empezaba a hilvanar una mini-racha de 2 birdies consecutivos: suficiente para conseguir el séptimo título de su historia.
Insisto con la idea esbozaba al principio: el Real Club Valderrama debe ser un modelo a seguir, en el mundo de la construcción de campos de golf. Gracias a él, refrescamos la memoria, entendiendo por qué Matthew Fitzpatrick es uno de los mejores del mundo. Se llevó este Estrella Damm Andalucía Masters, haciendo un TRABAJO DE HORMIGA que merece ser copiado.
Matías Miguel Torge
Handicap 54
Pd: quisiera agradecer a Óscar Díaz García y a toda la gente de prensa del torneo. SIEMPRE se encargaron de facilitarnos la información correspondiente. Es un privilegio poder interactuar con ellos.