Un nuevo testimonio de lo que significa la combinación de la pasión y una buena planificación de lo que uno quiere.
No puedo vivir sin una rutina y un estilo definido. Me cuesta desarrollarme muchísimo cuando no hay cierto orden en mi vida. Ahora, mi «alimento» principal es la motivación: cuando la pierdo, emigro del lugar donde estoy. Y esto, a pesar de ser un poco contradictorio con la frase inicial, no lo digo como una virtud o un defecto. Miren, les doy un ejemplo: teniendo un colegio en frente, sabía que debía hacer la secundaria en otro lado. Por lo tanto, la agenda personal cambiaba. De tener todo servido (y despertarme solo media hora antes del inicio de la jornada) a emprender un camino más largo, con el colectivo o una bicicleta. Como observarán, a pesar de que lo descripto podría definirse como una tontería para muchos (con argumentos razonables. Hay mucha gente que debe enfrentar situaciones de mayor complicación a la descripta), hay pequeños principios que pueden ayudar a llegar muy lejos. Principios que, en otro contexto totalmente distinto, podríamos ver reflejados en nuestro protagonista del día de la fecha.
¿Por qué presentamos tan rápidamente a Lucas Herbert, a diferencia de otras entrevistas? Simple. Este domingo, el oriundo de Bendigo (nacido el 5 de diciembre de 1995) mostró la foto «final» (por ahora) de un proceso vertiginoso, cargado de buenas decisiones que no se pueden apreciar a simple vista.
¿Hablamos de vértigo? Bueno, así también podríamos describir su estilo de juego, reflejado en el reciente domingo del Bermuda Championship. En condiciones extremas, conformadas por vientos cercanos a las 30 mph y lluvias persistentes, no se cansó de atacar banderas. Miren que, en este tipo de ambientes, no es fácil lograr 4 birdies de la manera en que lo hizo el australiano. A su vez, cuando la situación se hacía cuesta arriba, trabajó con mucha altura. Su gran sacada de bunker, en el difícil e icónico par 3 del hoyo 16, se suma a la inteligencia con la que disputó el par 5 del hoyo 17 y la audacia de su segundo tiro, en el 18. Solo los jugadores que marcan la diferencia pueden hacerle guardar los palos a golfistas como Patrick Reed, quien había quedado a un golpe por una arremetida bárbara (ese puesto lo compartió con un Danny Lee que volvió a los primeros planos, luego de lesiones y bajo rendimiento). Y esta historia recién comienza.
Lucas Herbert tiene tan solo 25 años y actúa sin tenerle miedo a nada. Además, exprime al máximo sus virtudes, justificando la posición de privilegio que ostenta en el ranking mundial (luego de este triunfo, pasa a ser el N°43 del planeta). Ojo, tampoco es un superhéroe (y el lo sabe). No obstante, define un horizonte y no para de trabajar hacia él. Además, tiene un entorno que se maneja con una eficacia cercana a la perfección. Ambas partes saben ceder diferencias, reflejando avances en los resultados y permitiendo que Lucas pueda saber hacer la transición entre los momentos en el campo de golf y fuera del mismo. Y estos avances datan desde aquellos World Team Amateur Championship, en donde se daba el gusto de pelear puestos de privilegio con un tal Jon Rahm. ¿Se dan cuenta de que todo tiene un «por qué» en la vida del australiano?
Bueno, no los hago esperar más tiempo, pasando a compartir esta charla realizada el viernes anterior a la semana del torneo. Nos vamos a dar la vuelta al mundo con un nombre que escucharemos mencionar más seguido. Solo recomiendo prestar especial atención a su espontaneidad. No necesita muchas palabras para explicar todas las razones que le permiten tener esta destacada actualidad.

– Lucas, peleaste muchísimo para estar como miembro del PGA Tour. Más allá de que ya habías jugado algunos torneos de la gira, el Fortinet Championship marcó el comienzo oficial de una historia que esperemos que sea duradera. ¿Qué notaste de distinto, en los primeros pasos en este circuito? A su vez, ¿cuándo surgió la idea de jugar las finales del Korn Ferry Tour, sabiendo la dificultad de estos eventos?
– Con las restricciones que se impusieron por el COVID-19 (cada vez que volvía a mi país, tenía que hacer cuarentena en un hotel), decidí hacer mi propia base en Orlando, al empezar el año. Sabía que podría jugar algunos torneos del PGA Tour, debido a mi buena situación en la Race to Dubai 2020. A su vez, el plan era intentar ganar los suficientes puntos de la FedEx Cup para asegurarme la Membresia Temporal del circuito o ir a las finales del Korn Ferry Tour. Fui afortunado en recibir algunas invitaciones, en clasificar tres veces por los «Monday Qualifiers» y en administrar esto para ir a las finales mencionadas del Korn Ferry Tour.
– Entrando en detalle, el Albertsons Boise Open fue el torneo que te dio el pasaje a la máxima categoría estadounidense (el primero de los 3 que componen las mencionadas finales del Korn Ferry Tour). 4 birdies, en los últimos 6 hoyos del día domingo, te aseguraron la tarjeta. Además, todo se dio un día después de lo que sería el cumpleaños N°40 de Jarrod Lyle (compatriota tuyo y gran golfista. Para quienes no saben, falleció por una leucemia, en agosto del 2018). Antes que nada, sabiendo tu admiración por Jarrod, me gustaría saber las cosas que te gustaría “copiar” de él. ¿Cuánto de todo lo descripto se pasó por tu cabeza, en ese hoyo 18?
– Jarrod era una persona muy divertida y siempre era positivo, a pesar de su situación. Nunca nadie dijo nada malo sobre él. Era una gran persona. Es lamentable que no esté más con nosotros, pero su recuerdo estará siempre y estoy orgulloso de haber sido su amigo.
En relación al Alberstons Boise Open, solo recuerdo tener un putt de 6 pies, en el hoyo 18. Además, ¡vi que obtendría la tarjeta del PGA Tour, si lo embocaba!
– Después de ese torneo, tuviste una situación que se recuerda con gracia, teniendo en cuenta que el objetivo ya estaba cumplido. Tu viaje a Columbus, Georgia (cuando debías a ir a la ciudad homónima, en Ohio), quedará como uno de los hechos más pintorescos de la historia del tour (risas). Fuera de toda broma, me gustaría que nos detalles los momentos de esa travesía, para quien no conoce la historia. ¿En algún momento pensaste sobre qué hubiera pasado si esto te ocurría con un resultado distinto al que obtuviste?
– Había reservado el vuelo para mi preparador físico y para mí. A su vez, le di los detalles a Pughy (en referencia a Nick Pugh, su experimentado caddie) y él reservó su lugar en el mismo vuelo. Cuando fuimos a buscar el auto rentado, comprendimos que estábamos en el estado equivocado. Posiblemente, no hubiera tomado esto bien si hubiera errado ese putt. Ahora, fue un error mío y todos nos hemos reído por esto.

– Cambiando de tema, todo esto no hubiera pasado si tu abuelo te ayudara a iniciarte en este deporte. ¿Me equivoco? ¿Me podrías relatar lo que recuerdes de esos primeros pasos, en Neangar Park Golf Club? ¿Cuál era tu primer referente (o “modelo a seguir”), en ese entonces?
– Al nacer, había recibido un set de palos de plástico de mi primo. Cuando cumplí un año, empecé a jugar con ellos y una bola de plástico, en el jardín de mi casa. A los 3, mi abuelo me llevó al Surfers Paradise Golf Club y me compró un set de palos Young Gun (marca famosa de palos de golf para juniors). ¡Y me entusiasmé! Luego, a los 5 años, empecé a practicar con los sub-juniors en el Neangar Park Golf Club. Mi papá me dejaba allí, al amanecer, en cada domingo (sin importar que llueva, granice, o truene).
En referencia a los «modelos a seguir», Tiger Woods y Greg Norman cumplieron eso, en mis inicios. Pero, un poco más tarde, hubo un jugador (en Neangar Park) que se parecía a Robert Rock, por lo que «Rocky» también se convirtió en un verdadero favorito.
– Tuviste una gran carrera amateur. Aparte de estar cerca de ganar el Heritage Classic 2013 (perdiste en un playoff. El evento es perteneciente al PGA Tour of Australasia), tuviste una actuación destacada en el World Team Amateur Championship 2014 (disputado en Japón). En los scores individuales del evento, quedaste segundo y a 3 golpes del actual N°1 del mundo: Jon Rahm. Ante todo, ¿se veía venir la realidad del español, en ese entonces? A su vez, ¿podríamos decir que ese torneo fue una de las grandes causas de tu salto al profesionalismo?
– Es verdad que tuve una buena carrera, a nivel amateur. Llegué a ser el N°3 del World Amateur Golf Ranking. Siempre quise ser profesional. Agregando a lo que mencionaste, llegué a liderar el Australian Masters 2014 (en el The Metropolitan Golf Club). Para que te des una idea, pude liderar el torneo, luego de los primeros nueve hoyos de la última ronda. Aunque no tuve un buen back nine, esto me agregó confianza para saber que podía competir.

En el Australian Open, la semana siguiente a ese Australian Masters, tuve la posibilidad de jugar la clasificación de los lunes. No había vuelos para esa noche. Por lo tanto, mi papá manejó 1000 kilómetros a la madrugada, desde Melbourne hasta Sydney. Dormí en los asientos traseros y, cuando llegué a la competencia, hice 65 golpes. Clasifiqué al evento y también pude terminar como mejor amateur allí.
– Algunas temporadas después, arribaste al European Tour, sin tenerlo en los planes. Ya habías participado en un par de majors. No obstante, el histórico Portugal Masters 2018 (torneo que estuviste liderando, siendo la última invitación que tenías. Quedaste en el segundo lugar, a 3 golpes del inglés Tom Lewis. Allí se vio la primera ronda de 59 golpes, hecha por el inglés Oliver Fisher), ¿fue un punto de inflexión? ¿Qué ventajas y qué desventajas te trajo obtener buenos resultados tan rápidamente?
– Yo sabía que podía jugar un puñado de torneos del European Tour, gracias a mi status del PGA Tour de Australasia. Por lo tanto, decidí respaldarme, teniendo la membresía del European Tour. En ese momento, le dije a mi manager que intente obtener la mayor cantidad de invitaciones que podíamos tener y que estaba dispuesto a viajar donde sea. El European Tour fue realmente bueno como ayuda para mi proceso. Allí, tuve 5 «Top 5» y 7 «Top 10» (en mi año de novato), finalizando en la posición N°46 de la Race To Dubai de ese año.
– Hay un aspecto que empezó a tomar protagonismo, en el mundo del golf: la parte mental. En nuestro deporte, hemos escuchado declaraciones al respecto, como las de Bubba Watson y Nelly Korda. Dicho esto, tengo entendido que, en el Irish Open 2019, estuviste a punto de seguir por otros caminos. ¿Cómo fueron esos días en Lahinch Golf Club? ¿Cuánto tiempo te llevó trabajar este aspecto? ¿Podríamos mencionar que, en algunas ocasiones, la gente no “humaniza” el golf, perdiendo la noción de la importancia que tiene la variable descripta?
– Allí llegué al punto más bajo de mi carrera, con total seguridad. Es duro permanecer tanto tiempo lejos de mis amigos y mi familia. Fueron unos meses muy difíciles, pero tengo un grupo de grandes personas al lado mío, en el que incluyo a mi coach (Dominic Azzopardi) y mi «coach mental» (Jamie Glazier), que me ayudó a través de este proceso. Me las arreglé para retener mi tarjeta e ir al 2020 con una mejor perspectiva.
– En la temporada siguiente, tuviste una notable actuación en el Omega Dubai Desert Classic 2020. Conseguiste tu primer título aquí, sumándote a un listado prestigioso de ganadores (Tiger Woods, Henrik Stenson, Rory McIlroy y Bryson DeChambeau, por mencionar algunos de ellos). Esto se dio en un playoff, contra el talentoso sudafricano Christiaan Bezuidenhout. Lo más loco de todo esto es que estuviste a punto de perderlo todo, luego de irte al agua con tu segundo tiro, en el primer capítulo del desempate (par 5 del hoyo 18). Sin embargo, te salvarías de la derrota con un excepcional cuarto tiro… ¿el tiro de tu carrera? ¿Cómo enfrentaste este momento de extrema tensión, sabiendo lo que estaba en juego?
– Fue un poco surrealista. Literalmente, realicé uno de los peores tiros de mi carrera, en referencia a ese segundo tiro del hoyo 18. Luego, de manera consecutiva, hice uno de los mejores tiros de mi vida, para extender ese playoff. Fue alucinante el hecho de ver mi nombre en el trofeo, junto a varios de los mejores jugadores de nuestro deporte.
– Poco tiempo después, el COVID-19 hizo lo suyo y empezaron a surgir las interrupciones en el mundo. Sabiendo que vos estabas en Estados Unidos y tu entrenador en tu Australia natal, ¿cómo pudieron sobrellevar todo este tipo de adversidades? ¿Qué pudiste aprender en esa pausa, sabiendo que pasabas por uno de los mejores momentos de tu carrera?
– Obviamente, esta es una pandemia que ocurre una vez cada 100 años y ha costado muchas vidas. A su vez, ha afectado la forma en que hacemos las cosas. No obstante, hemos sido muy afortunados porque los Tours han hecho un trabajo increíble para proteger las oportunidades de juego y nuestra seguridad.
Dom siempre me ha enseñado a entender en qué estamos trabajando para que pueda ser más autosuficiente, pero hicimos muchas llamadas por ZOOM mientras él no podía viajar.
– Llegó este 2021 y (esta vez) un Irish Open inolvidable. Te llevaste el torneo «de punta a punta», en el prestigioso Mount Juliet Golf Club. A pesar de unos contratiempos en el domingo, conseguiste tu segunda victoria en el tour y la clasificación para el Open Championship. Podríamos definir este triunfo como una revancha, ¿verdad? ¿En qué cambia (para tu carrera) una victoria de este estilo, sabiendo la descripción realizada?
– Fue una gran semana. Arranqué muy fuerte y llevé ese ritmo durante el resto de la semana. Afortunadamente, fui capaz de realizar un birdie, en el hoyo 17 del domingo. Esto hizo que disfrutara la caminata en el 18, un poco más. A su vez, te agrego que fue genial tener mi primera victoria con Pughy en la bolsa.

– Para finalizar, agradeciéndote tu enorme predisposición, podríamos decir que se vislumbra un futuro de grandes acontecimientos. Entre otras cosas, tendremos el 150° Open Championship, en St. Andrews. A su vez, el 2022 marcará una nueva edición de la Presidents Cup, con muchos latinos en la pelea por entrar al equipo. ¿Las podría considerar como tus prioridades? En el caso de la destacada competición por equipos, ¿cómo describirías la relación que tienes con los representantes de nuestra región?
– He jugado con Abraham Ancer, en la ronda final del Travelers Championship. Es un gran muchacho y un fantástico jugador.
En términos de prioridades para el año que viene, obvio que me encantaría participar del equipo de la Presidents Cup. Ahora, esta sería mi primera temporada como miembro del PGA Tour. Por lo tanto, necesito trabajar duro y ser fiel con mis procesos, viendo cómo se desarrollan las cosas.
Respetamos los tiempos verbales de la nota, con el siguiente fin: fíjense la madurez con la que define sus objetivos, en contraposición con la pasión y la preocupación por lograrlos. Si nos ponemos a ver lo que reflejan sus redes sociales, hay una satisfacción enorme por el éxito del domingo. Ustedes me preguntarán por qué destaco algo que podría ser de rutina: disfruta cada momento del famoso «proceso» que le toca afrontar. ¿Se dan cuenta que, en todas las entrevistas que nos ha tocado realizar en la página, predominan las planificaciones a largo plazo? Nuestro querido australiano ha demostrado ir por más, en los momentos indicados. También supo apoyarse en su equipo, cuando las cosas no salían. Más allá de ciertas situaciones propias de cada momento golfístico, hay una idea por avanzar lo más que se pueda, reconociendo las limitaciones existentes.
Les pido perdón por ser tan repetitivo con este aspecto. Ahora, espero que me sepan entender que, si queremos que nuestro deporte crezca en la región (y por el mundo), no hay que descuidar ningún detalle que pertenezca a este medio. Hay que tener humildad para saber qué se necesita y cómo lo debemos aplicar. Lucas Herbert lo dejó más que claro. Es por eso que, en este último tiempo, su trayectoria se caracteriza por mostrar SALTO TRAS SALTO. Y el ritmo de esto se acrecienta.

Matías Miguel Torge
Handicap 54
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