Charlie Epps (histórico coach del argentino) mostrando la dificultad de convivir con el éxito repentino. Repaso de la historia del ganador del US Open 2007 y el Masters 2009, con fines descriptivos, entendiendo la problemática planteada.

Son de público conocimiento mis diferencias golfísticas con Francisco Alemán, reconocido comentarista de Golf Channel LA (y ex integrante de ESPN Deportes). Ahora, también no me olvido del pasado y soy agradecido a su gran trayectoria en los medios, junto a nuestra querida Silvia Bertolaccini. Ellos 2, por el año 2000, fueron las voces de mi primer contacto con el golf, cuando tenía 8 años. ¿El torneo? La vieja EMC World Cup, disputada en el Buenos Aires Golf Club. Un torneo cuyos aplausos se iban (en su gran mayoría) hacia 2 duplas: la estadounidense, conformada por Tiger Woods y David Duval (quien hoy cumple años), y la argentina, manejada por Eduardo «El Gato» Romero y Ángel «El Pato» Cabrera.
Pasaron los años y mi cariño por este deporte se iba extendiendo. Ahora, no se pueden imaginar la emoción que me generó ver esa entrevista (adjunto el link en esta oración), como argentino fanático del golf. 5 años habían pasado de esa memorable victoria en el US Open 2007. Era volver a parte de mi «infancia». Es que, así como millones de argentinos gritaron el gol de Jorge Burruchaga, que nos dio la Copa del Mundo de México 1986, me imagino que todos los que queremos este deporte nos sentimos parte de ese logro. Para colmo, era el primero de una serie de momentos inolvidables, dentro de la soga. Encima, esos instantes seguían creciendo a velocidades astronómicas. Les voy a dar 2 ejemplos. Y los mismos tienen que ver con el Masters.
Obviamente que el primero hace referencia a la edición del 2009. No me olvido más. Ese domingo fui a misa a la tarde, cometiendo la tonta acción de quedarme dormido por la mañana. La situación la estiré todo lo que pude. Llegué hasta empezar el hoyo 13, pensando que Kenny Perry seguía con su buen andar. Parecía indestructible. Ahora, en frente, estaba alguien que tenía la firme convicción de pelear hasta el final. ¡Y vaya que lo hizo!
Parecía que «el milagro» (aunque no fue tan así, teniendo en cuenta el espíritu competitivo de Cabrera) iba a suceder, con esa «inspiración religiosa». Ni bien regresé a mi casa, lo encontré justo entre los árboles del hoyo 18, a punto de generar ese escape magistral (en el primer hoyo del playoff). Mis padres, quienes no tienen idea de golf, se quedaron viendo por mí, entendiendo lo que estaba en juego. El resto es historia (incluye la cobertura de los medios de TV, en Villa Allende. La primera vez que tenía una gigante ansiedad por ver el noticiero).
Los años pasaron y la «electricidad» volvió, en la edición del 2013. Como siempre, Augusta genera una emoción inigualable, llegando a los últimos nueve hoyos del día domingo. Un domingo que lo seguí palmo a palmo. Miren, en este momento (mientras escribo), me doy vuelta y recuerdo a ese joven de 20 años que, mientras se echaba gotas en los ojos (por una conjuntivitis), apretaba el puño y gritaba un «vamos» por cada putt que nuestro compatriota realizaba. Encima, la escena era perfecta: Adam Scott, con su swing puro, versus un Ángel Cabrera que, junto a su hijo como caddie, iba por todo… de manera literal. El abrazo que se dio con él, luego de su birdie en el hoyo 18 (para ir a un desempate), fue conmovedor.
Después, ese playoff no lo miré: lo escuché. Era mi «costumbre» ante eventos deportivos de tal magnitud. Lamentablemente, el resultado fue adverso. De cualquier manera, la función golfística había sido notable. Lo que nunca me imaginé era que iba a ser una de las últimas. Me costaba creerlo, como buen fanático. Sin embargo, las señales se empezaban a notar.

Las dos imágenes que me llevaron a entender que Cabrera nunca más iba a volver a ese nivel excelso fueron las siguientes:
- Masters 2015: su 9, en el hoyo 15 del primer día, no me pareció propio de él. Sentía que algo se estaba empezando a perder. No me pregunten por qué: describo solo sensaciones.
- Su abandono en el AT&T Pebble Beach National Pro-Am 2018, luego de deambular por los bunkers del hoyo 1, en el primer día.
Parece broma lo que les estoy diciendo. Les puedo asegurar que fue así lo que sentí. Ahora, estoy seguro de que ustedes se preguntarán el por qué de todo este escrito. Bueno, Charlie Epps (histórico coach de él), mediante una entrevista con Adam Schupak (para Golfweek), me ayudó a explicar esa otra parte del «Pato». Una parte que no nos gusta, que hemos repudiado (teniendo en cuenta que ya hay una sentencia firme) y que nos ayuda a entender la dificultad de no saber convivir con el éxito, luego de saltos tan bruscos. ¿Esto lo exime de culpa y cargo a Cabrera? Para nada. Tendrá que cumplir con su condena. Ahora bien, que alguien tan cercano a él cuente las cosas que contó, nos ayuda a comprender por qué las cosas se dieron como se dieron, más allá de estar de acuerdo con lo que diga el estadounidense o no.

«El chico era más pobre que los pobres. Nació sin una madre que lo criara y un padre que lo amara. A los 8 años dejó la escuela y adquirió muchos malos hábitos. Era un chico de la calle. Encima, empezó a beber demasiado pronto. Uno de sus enemigos era el alcohol. Nunca escucharía a nadie». Esto era lo que comentaba el presidente de la Spirit Golf Association. A su vez, entre otras cosas, mencionó que lo iba a respaldar financieramente en 1993… pero desistió de esto. ¿Motivos? Simple. «Su enojo estaba completamente fuera de lugar. Además, fue grosero con todos. No tenía modales». Si bien tuvo revancha (dentro del deporte), estos fragmentos de la nota nos permite «correr la cortina» y conocer el contexto detrás del ámbito triunfalista.
¿Qué era lo que había hacer en ese momento, cuando nuestro compatriota mostraba esta faceta? Ninguno tiene el manual. Tampoco sabemos si los que estaban alrededor de él trataron de hacer todo lo posible para que Ángel Cabrera no entre en este ambiente oscuro (ni nos interesa). Ahora, no es la primera vez que la cuestión personal y la trayectoria va por lugares separados, mezclados por la opinión popular. Solo agrego dos nombres al oriundo de Villa Allende: Diego Armando Maradona y Charly García. No es necesario que agregue mucho más sobre ellos. Algunos recuerdan los jueguitos con «Live Is Life» de fondo y las obras de arte de «Sui Generis». Otros miran con desprecio el paso por la droga y el salto del séptimo piso a una pileta. Es que los argentinos estamos acostumbrados a no realizar un análisis crítico de nuestros representantes. Y me incluyo. Y trato de trabajar sobre esto. Por ejemplo, les comento lo siguiente: a pesar de haya cosas que no me gusten de Emiliano Grillo, no desconozco su buena trayectoria dentro de nuestro país. Ambas son caras de la misma moneda.

Este artículo no tuvo la intención de atacar o defender a «El Pato» Cabrera (y espero que se haya entendido así). Este artículo fue hecho con un espíritu descriptivo para tratar de reflexionar sobre la importancia de convivir bien con el éxito, cuando toque. Por otra parte, Epps deja la pregunta abierta, en cuanto al regreso de Cabrera y la posibilidad que pueda volver a jugar el Masters, luego de salir de la prisión (manifestó que no cree que le saquen la exención, teniendo en cuenta los problemas personales que tuvo Tiger Woods. El tema es ver que política toma el PGA Tour con esta situación. Lo paradójico). Es que a todos nos cuesta caer que alguien que abrió puertas para el golf latinoamericano haya quedado en el lugar en el que quedó.
Un gran amigo, que tuvo que ver mucho con la creación de este blog, me dijo una frase que me quedó grabada: «tenés que tener una visión menos enamoradiza de las cosas». Creo que calza perfecto con esta historia. Cabrera fue uno de los pioneros de la actual realidad del golf latino. Ahora, también Cabrera deberá cumplir con la pena establecida, por sus acciones repudiables. Nos gustaría escribir otras palabras y que esto nunca haya sucedido. No obstante (como se dice frecuentemente en Argentina), LA ÚNICA VERDAD ES LA REALIDAD, por más dura que sea.

Matías Miguel Torge
Handicap 54
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Me quedo con lo que realizó en un campo de golf. Su vida personal, un desastre, que el tendrá que resolver con la justicia y con el mismo.
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Muchas gracias Christian por seguir la página y por tu opinión =). Abrazo grande.
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Su carrera fue increíble, y nos influencio a todos los q amamos el golf -tengo el mismo driver Ping Rapture de sus grandes actuaciones… – Se porto mas que pesimo pero ojala pueda lograr solucionar sus temas de fondo, ser perdonado por los q lastimo y volver a disfrutar del golf.
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Muchas gracias Gastón por seguir la página y por tu opinión. Gran abrazo =)
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Lo conocí personalmente cuando fue a inaugurar la cancha de Frutillar(Chile), y jugó 9 hoyos contra otros 2 profesionales chilenos cuyo nombre no recuerdo. Nadie discute su talento en el deporte, pero -realmente- un asco de persona…maleducado, malhumorado, ordinario, etc. Por ello no me extraña que también sea un maltratador de mujeres. Espero que en la cárcel reflexione, pero lo dudo.-
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Francisco, lamento que todo se haya dado así. Te agradezco por compartir tu opinión y seguir nuestra página. Abrazo grande =)
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Como deportista un fenómeno. Como persona fue juzgado y deberá cumplir su condena Una lástima.
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Y, además, gracias por compartir tu opinión al respecto. Abrazo grande =).
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como enamorado del golf trate de jugar pro am para estar mas cerca de los idolos,logre anotarme en playa grande en el grupo del pato,jugue los 18 hoyos sin que me mirara ,ignorandome totalmente ,lo que me causo una gran decepcion,por eso coincido con las descalificaciones de ustedes
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Muchas gracias Ricardo por compartir tu opinión al respecto y por seguirme. Un abrazo grande =)
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A diferencia de los países que tienen golfistas de primer nivel, los argentinos generalmente surgen porque son caddy y en su gran mayoría no todos les falta educación mientras en EEUU van a la universidad aquí muchos solo tienen el colegio primario. Estaría bueno que las entidades que los representa hicieran más por educarlos u prepararlos para enfrentar una vida distinta.Tuve la suerte de ser caddy y había en ese entonces una cantidad importante de socios que se ocupaban de darnos la herramientas y ayuda para poder estudiar Club CUBA
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Alberto, muchísimas gracias por aportarme tu opinión y seguir la página. Se valora mucho, de corazón. Gran abrazo =)
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El golf lo amamos su exelecia es lo se demuestra en cancha ……lo que sucedió es parte de su vida cualquiera en su andar le pueden suceder cosas lindas como feas.fui Cadde del Ranelagh y se cómo es este juego Roberto de Vicenzo nos enseño .pero lo Ángel Cabrera el su golf es lo más Dios mediante pueda volver sanando su vida también .
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Amigo! Muchas gracias por compartir tu visión al respecto y por seguir la página. Gran abrazo =)
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No es mi intención hacer la apología del delito ni defender lo indefendible.
Es probable que el golfista Angel (Pato) Cabrera haya cometido excesos violentos contra sus ex parejas (amenazas y lesiones leves), hechos repudiables y punibles. Pero el “Pato” Cabrera -a quien conozco personalmente- no es un asesino o un delincuente como lo quieren mostrar algunos sectores de la prensa y me llama la atención el trasfondo político que subyace atrás de estos hechos.
El Pato es una persona de origen muy humilde que llegó a la cima del golf internacional como pocos logran hacerlo, sus méritos deportivos son una hazaña nacional que tardará muchos años en ser superada y creo que merecería un tratamiento judicial que separe la paja del trigo, es decir: los hechos probados por un lado y la determinación de una pena justa, sin influencias externas.
Sinceramente, creo que se equivocó, que no debería haber actuado como lo hizo; pero verlo esposado y custodiado al bajar del avión, como si fuera Robledo Puch, no creo que sea justo ni necesario.
Se nota el ensañamiento mediático, la demonización de su figura y el resentimiento social con que se pretende estigmatizar a este noble deporte. También, la aviesa intención de algunos oportunistas que acechan la abultada billetera de esta codiciada presa.
Tomás Juárez Beltrán
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Amigo: muchas gracias por compartir tu visión al respecto y por seguir la página. Permitime aclarar algo: este artículo fue escrito hace algunos meses, con motivo de los dichos de Charlie Epps, los cuales me parecieron reveladores, pensando que podrían explicar un montón de cosas de Cabrera, tanto buenas como no tan buenas. El artículo no tuvo la intención ni de atacar, ni de defender a Cabrera. Solo fue con fines descriptivos, entendiendo lo primero que te planteé. Busqué hacer una descripción de mis sensaciones al respecto, sabiendo que hace más de 20 años que sigo a este deporte (y su trayectoria). En cuanto al hecho en sí, obviamente que estuve al tanto de todo y es por eso que me mantuve en silencio, hasta que se dio la sentencia. Las versiones que me llegaban de ambos lados eran demasiado fuertes y me parecía irresponsable hacer un juicio de valor, sin estar correctamente informado.
En cuanto al «ensañamiento mediático» y a la «demonización de su figura», te aporto mi visión personal. La sentencia determinó que Cabrera cometió un delito y no puedo obviar eso. Ahora, tampoco puedo obviar que fue el mejor jugador de la región, en cuanto a resultados. Es por eso que traté de describir estas 2 variables por carriles separados. Y eso es lo que creo que nos falta a los argentinos en sí. Perdimos la capacidad de una visión integral. Yo no sé si estoy errado o no, con lo que digo. Justamente es una opinión y la opinión no es única. Ahora, para hacer una opinión, hay que tratar de informarse con todo. Y te puedo asegurar que, más allá de que podamos estar de acuerdo con todo (o no), ese es el proceso que hago con cada uno de mis artículos, antes de escribirlos.
Gran abrazo y espero que te guste mi espacio, más allá de no coincidir en todo. Es hecho con mucha dedicación y cariño a este deporte que tanto amo.
Matías Miguel Torge
Handicap 54
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