Sus primeras palabras, luego de nueve meses. Un manto necesario de realismo.
Me ha pasado, en pocos casos, encontrarme a varios de «mis ídolos». Con algunos me he decepcionado y con otros reafirmé mis pensamientos. Ahora, todo cambió cuando entendí que todos somos humanos, con nuestros defectos y nuestras virtudes.

– ¿Tienes algún dolor ahora, sentado allí?
– Sí.
– Sin entrar en cuestiones personales, ¿cuál es tu experiencia en este momento, sentado allí?
– Me duele la espalda y la pierna.
Así, Tiger Woods comentaba sus sensaciones físicas, durante la conferencia de prensa que se ha realizado hoy, en Bahamas. El anfitrión del torneo, en su versión más clara (la misma arrancó luego de sus lesiones de espalda), vuelve a mostrar su humanidad. Una humanidad que nos sigue generando cuestionamientos sobre las evaluaciones golfísticas que realizamos sobre él. Perdón, me corrijo. ¿Debemos seguir evaluándolo? Él mismo se ha sacado de ese examen.
«En relación a volver a jugar al nivel del PGA Tour, no sé cuándo ocurrirá. Ahora, puedo jugar una ronda aquí o allá, un pequeño golpe y una risa. Puedo hacer algo así». A su vez, uno de los 2 máximos ganadores del PGA Tour (junto a Sam Snead, con 82 victorias), ya le había declarado a Golf Digest (ayer, con la destacada Henni Koyack) que no será nunca más un jugador «a tiempo completo» en el circuito. La intención de nuestro querido ex N°1 del mundo será imitar lo que hizo el legendario Ben Hogan, luego de un accidente automovilístico similar (en relación a los daños sufridos). Para que se den una idea, posteriormente a esa situación fatídica, Hogan nunca compitió en más de 10 torneos por temporada, siendo varios de ellos extraoficiales. Solo hay que agregar un detalle, considerando la diferencia de épocas: en ese período, ganó 6 majors.
Más allá de todo esto, Tiger Woods ha reconocido que estuvo cerca de que le amputaran la pierna. Como dijimos en el momento de su accidente, todos firmábamos esta situación, si nos decían que el futuro sería tal cual lo estamos viviendo. Gracias a Dios, ha recuperado su calidad de vida. Y ESO DEBE SER LO MÁS IMPORTANTE. Encima puede jugar cierto golf, de manera limitada (de hecho, reconoció que ha jugado algunos hoyos, desde tees adelantados). Ojo: entendemos el optimismo que hasta el mismo Woods expresa. Un optimismo que lo hizo manifestar su deseo por estar en St. Andrews, siendo parte del The Open N°150, con lo que eso significa. Ahora, Tiger también sabe que hay un largo camino por recorrer todavía.
No creo que sea atinado preguntar si volverá a ganar un major o cuando volverá a jugar, entendiendo por qué se hace y sin querer hacer ningún juicio de valor. No obstante, creo que en esta parte aprenderemos mucho más de las acciones de Tiger Woods «fuera de las sogas». Y eso es válido también, ayudando a una apreciación mayor de todo lo que hizo por nuestro deporte. Aparte de esa típica mentalidad competitiva que lo lleva a un nuevo proceso de recuperación, demuestra su respeto por la tradición del PGA Tour: un lugar que lo llevó a ser lo que es. «Va a ser su decisión (en cuanto a si un jugador le pediría un consejo sobre jugar los torneos asiáticos que comandará Greg Norman, junto al apoyo de capitales saudíes), punto. Yo he decidido por mí mismo que seguiré apoyando al PGA Tour. Ahí es donde está mi legado». Principios por donde se los mire.

Amigos, podría seguirme extendiendo. Con esto, creo que ha quedado todo claro. Tiger Woods nos recordó que DE CARNE SOMOS. Ya hizo mucho por nosotros. De aquí en más, que pase lo que tenga que pasar. Lo importante es que él esté bien.
Matías Miguel Torge
Handicap 54
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