El PNC Championship y un grupo de pinceladas que nos ilusionan.
Es un pequeño resumen de una serie que pareciera no tener fin. Una serie que quisiéramos que dure para siempre. Es que está a la vista todo lo que han generado nuestros personajes principales. ¡Hasta fuimos parte de un montón de detalles del Pro-Am! Ahora bien, insisto con la idea de que hay que ir despacio, dejando que todo fluya. Parece contradictorio, lo sé. Sin embargo, hoy presenciamos una nueva lucha entre el corazón y la razón. Y, desde nuestro humilde lugar, tenemos que hacer todo lo posible porque la segunda opción prime… aunque nos cueste.
Más allá de la ronda de 57 golpes, de las facilidades del formato (aparte de poder ir en carrito, Tiger Woods tenía la chance de no ejecutar algunos tiros. En el formato scramble, cada golpe se hace desde el mejor lugar elegido por el equipo. Por lo tanto, el ex N°1 del mundo podía obviar turnos, si consideraba que la pelota de su hijo quedaba en buena posición) y de las informalidades del ambiente, «El Tigre» mostró un nivel que dejó a todos con la boca abierta. Y no exagero. Llegar a la velocidad de pelota que promedia el tour, luego de aproximadamente cinco rondas disputadas (esta fue la práctica que confesó el propio Woods, luego de su accidente) y con una pierna que estuvo al borde de la amputación, es asombroso y digno de aplaudir. Piensen que, a pesar de que siempre Woods se las ingenia para este tipo de desafíos, el riesgo era el más grande que le haya tocado enfrentar. Y lo hizo, superando una vez más a la adversidad.

Ah, y lo más importante es lo siguiente: aquí asumió ese riesgo para compartir momentos con su hijo, dentro de un campo de golf. Sabiendo que el triunfo fue para el Team Daly, todo salió muy parecido a lo soñado.
La situación fue tan ideal que «la pregunta del millón» volvió al escenario. Y volvió al escenario porque, desde nuestra humilde mirada (y creo que, por esta vez, va a haber mucha gente que coincida conmigo. De hecho, el mismo Matt Kuchar lo planteó hoy, luego de verlo jugar), Tiger Woods puede volver ya al PGA Tour, si es que así lo desea. Con un poco más de resistencia (el aspecto en el que más habría que trabajar), le puede jugar «de igual a igual» a cualquiera. Sin embargo, él dejó en claro que, a pesar de llevar ese espíritu competitivo en la sangre, va a volver cuando sepa que tenga las condiciones para competir en el PGA Tour. Todavía, Tiger Woods siente que le falta mucho para estar en un torneo del circuito. Y no está dispuesto a jugar con un carrito, si es que la gira se lo autoriza. Está perfecto. Hay que respetarlo. No tenemos que pedirle más a todo lo que hizo por nuestro querido deporte. Además, ya sabemos lo que puede hacer. Es hora de que piense en él. Para nosotros, esta es la mejor forma de comunicar lo que provoca nuestra apreciada actividad: verlo feliz y disfrutando cada paso que da, dentro de su «hábitat natural».
Y mientras bajamos nuestra ansiedad, dejando de imaginarnos la foto en el The Masters 2022 (entiendan que esto es una apreciación personal, esperando equivocarme. Ya hemos comentado por redes que, en nuestro análisis, lo vemos más para The Open 2022, entendiendo la facilidad para caminar el campo de St. Andrews y todo lo que implica la edición N°150 del torneo más antiguo del mundo), apareció un Charlie Woods que nuevamente nos da argumentos para pensar en la continuidad de una dinastía. Más allá de algún swing o algún putt fallado, el pequeño Woods ha respondido en momentos de presión, teniendo en cuenta lo que significa perder las pocas cuotas de «anonimato» que le quedaban al niño de 12 años. Solamente voy a nombrar una serie de acciones consecutivas del día de hoy, pensando que sería más que suficiente para justificar lo mencionado: su putt del hoyo 15, su segundo tiro del hoyo 16 y un nuevo hierro quirúrgico, en el hoyo 17. Gracias a ese sprint final, la pareja logró la racha más larga de birdies consecutivos, en la historia del torneo: ¡con 11! Nuestra joven estrella sabía que Tiger Woods debía dosificar sus esfuerzos. Dependía de su aporte, si ambos querían el trofeo. Y ha respondido con creces. Junto a su padre, no se han podido llevar el campeonato porque el Team Daly ha jugado con una solvencia que hace rato no se veía (y tampoco hay que dejarle de prestar atención a John Daly II, quien se encuentra en la universidad de Arkansas). No obstante, buscaron ir al límite, en todo momento. Y esto se dio por el mismo Charlie, en este tramo del evento. Porque «con el hambre de gloria» se nace, mis queridos amigos.
Así, por ahora, hemos concluido este 2021. Digo por ahora porque, como todo buen hijo de italianos, no puedo estar sin hacer nada, «descansando». De hecho, estoy esperando cerrar algunas gestiones que, de concretarse (alguna de ellas) antes de fin de año, serían una revolución para nuestro país y un «moño» a un año de tanto sacrificio y esfuerzo. No quiero adelantar nada más porque no me gustan anticipar estas acciones antes de que se terminen de materializar. Solo lo menciono para que entiendan el por qué no me animo a ponerle un fin a esta temporada, de manera determinante. Como siempre, la sinceridad ante todo. De cualquier manera, si para nosotros este terminará siendo el último hecho del 2021, es un punto de llegada cercano a la perfección. Somos agradecidos a este «regalo de navidad» de la familia Woods.
Finalizamos este artículo con un consejo que el ganador de 15 majors le dio a su hijo, mereciendo su destaque. El mismo proviene de Earl Woods y consiste en entender que no importa si uno no tiene ninguna persona alrededor o hay millones de seguidores cerca de uno: es el mismo tiro. Con esta idea, me arriesgo a decir que todo lo que vivimos aquí ES SOLO UN AVANCE de un futuro fructífero para nuestro golf. Lo deseo con todo mi corazón.
Matías Miguel Torge
Handicap 54
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Comparto todo! Excelente nota
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Muchas gracias Guille querido =)
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