Entrevista exclusiva con uno de los máximos referentes del golf italiano y europeo. Su enfoque sobrio y directo: herramienta principal para llegar a «momentos de oro», en nuestro deporte.
Clase de costos. Universidad de La Plata. Nuestro profesor, Roberto Ávila (en este caso, creo que vale la pena mencionarlo. Uno de los mejores formadores de Argentina), siempre buscaba inspirarnos. Era un par, sin dejar de lado su rol de enseñar. Desde su experiencia, buscaba la formación de buenos profesionales y (por sobre todas las cosas) buenas personas. Quería que manejemos el arte de comunicar. Tal es así que, en el trabajo grupal definitorio para la promoción de la asignatura, nos recomendaba que dejemos de lado ciertas estructuras, como el uso del proyector. Él iba a premiar la originalidad y la forma en la que llegábamos a nuestros compañeros.
No sé si fui el mejor o el peor, a la hora de exponer el tema. De hecho, decidimos con mi equipo que iba a ser el último orador, achicando riesgos. Ahora bien (por suerte), logré ser muy aplaudido. Todos destacaron el discurso. Un discurso que fue basado en un simple ejemplo: una persona italiana que venía en su barco, con su valijita, a desempeñar su oficio. Una persona que podría haber sido cualquiera de mis dos abuelos, con sus aptitudes para la albañilería (agrego que mi segundo nombre es en honor a mi abuelo paterno. Nunca lo pude conocer porque murió antes de que naciera. Ahora, calza perfecto en esta representación). Una persona que podría haber sido mi abuela, que no paraba de tejer para «llevar el pan» a la casa. Una persona que podría haber sido cualquiera de mis padres o mis tíos. Una persona que puede ser similar a nuestro protagonista del día de la fecha.
Otra vez, tenemos el privilegio de anunciar que uno de los mejores golfistas del mundo estará con nosotros. Es que es imposible no incluir allí a alguien que revolucionó su país, como lo hizo Francesco Molinari. Un Francesco Molinari que nació el 8 de noviembre de 1982, en la pintoresca ciudad italiana de Turín. Un Francesco Molinari que, a pesar de por momentos parecer una máquina golfística, siempre tuvo sus emociones a flor de piel. De hecho, ha llegado hasta donde llegó, con un esfuerzo y un sacrificio minucioso y bien diseñado. Su espectacularidad radica en su constancia. Cuando quiere, puede mostrarse como alguien indestructible. Sus resultados lo avalan. A su vez, la forma de llegar a ellos explican este tipo de frases: aspecto que trabajaremos en el día de la fecha.
Esos primeros pasos en nuestro querido deporte, la influencia de su padre, su hermano Eduardo (quien también ha hecho muchas cosas para que el golf de su país tome una gran dimensión) y de nuestro querido Costantino Rocca, sus acciones para el aumento de su distancia, el cariño por los Juegos Olímpicos, sus primeros éxitos en el PGA Tour, las notables actuaciones en la Ryder Cup (cómo olvidar lo que hizo en 2018, en el Albatros Course de Le Golf National, en compañía de Tommy Fleetwood), el destacado Masters 2019 (siendo testigo directo de la histórica consagración de Tiger Woods) y, como frutilla del postre, el inolvidable Open Championship 2018, en un Carnoustie que… ¿no le gustaba? No hay tiempo que perder, amigos. ¡A ponerse cómodos!

– Francesco, todos sabemos de tu idolatría por Costantino Rocca. En la entrevista que le hemos hecho anteriormente, Costantino nos describió su orgullo y su placer por tu reconocimiento (hacia él) y tus logros para el país. Además, él considera que fue clave el viaje que hiciste para el continente americano, a principios de 2015. Según su opinión, conseguiste la experiencia que necesitabas, en el juego corto y en el putt. ¿Coincidís con lo que piensa? Tu ronda de 75, en el sábado del Open Championship 2014 (saliendo en el último grupo, con Dustin Johnson y Rory McIlroy. El mismo McIlroy fue el ganador del evento), ¿fue la causa principal de esa decisión?
– Sin dudas, Constantino es un ejemplo para todos los jugadores italianos. Por otra parte, él nos enseñó que poder estar a primer nivel mundial era posible. Él abrió el camino y yo intento seguir ese legado. Ojalá, en un futuro, otros jugadores italianos puedan decir que mi carrera les animó y motivó a conseguir sus sueños.
El reto de competir en el PGA Tour fue un test para ver si mi juego, de verdad, estaba al nivel para competir con los mejores jugadores del mundo y (como dices) para estar más preparado, en los 3 majors que se juegan allí.
– Al venir de sangre italiana, entiendo la importancia que tiene (para nuestra cultura) el realizar un oficio y el estudio. Tal es así que, cuando reaccionabas mal con tus palos de golf, te “castigaba” con no jugar, ¿verdad? ¿Cuánto ha tenido que ver estas enseñanzas de tu padre, en tus inicios, para que estés donde estás ahora?
– Como no puede ser de otra manera, estoy donde estoy (y he conseguido lo que he conseguido) gracias a mis padres y los esfuerzos que hicieron durante muchos años. Si, es verdad que, en algún momento, recibí castigos. Pero me enseñaron a respetar el deporte y a mis competidores.

– No podemos dejar de lado el hecho que pudiste compartir esos primeros pasos con tu hermano Edoardo. Como los instantes más importantes, podemos mencionar el Masters 2006 (cuando fuiste su caddie y salieron con Tiger Woods. Edoardo había ganado el US Amateur 2005), la vieja Omega Mission Hills World Cup 2009 ganada y la recordada Ryder Cup 2010 (disputada en el campo escocés de Celtic Manor), en donde había una famosa canción cantada hasta por… ¡el príncipe Carlos de Inglaterra! Ante todo, ¿me podrías comentar la primera reacción de ambos, al escuchar (por semejante personalidad) el “Two Molinaris: there’s only two Molinaris”? Lo ocurrido en el último US Open (compitieron juntos, luego de no verse por la distancia geográfica y el COVID-19), ¿es el claro ejemplo de la “magnitud emocional” que tiene él, en tu carrera?
– Como Constantino con los italianos, mi hermano Edoardo ha sido un ejemplo para mí. Además, ha sido la razón para esforzarme cada vez más, en nuestros inicios. Los ejemplos que nombras quedarán para siempre en la memoria de ambos. Y eso es algo precioso. Como dices, últimamente nos vemos menos de lo que nos gustaría, pero aprovechamos (cuando coincidimos) a pasar el mayor tiempo posible juntos.
– Fuiste partícipe del histórico equipo europeo de la Ryder Cup 2012. A su vez, habían llegado mayor cantidad de triunfos, en el circuito europeo. Sin embargo, tiempo más adelante a tus principios en USA, buscaste “sacarle los frenos” al swing (como has dicho en entrevistas anteriores) para ganar más distancia. ¿Podríamos decir que fuiste el precursor de lo hecho por Bryson DeChambeau? ¿Qué consideras que hay que tener en cuenta, a la hora de buscar un equilibrio entre la potencia y la regularidad?
– El ganar distancia es algo que todos los jugadores buscamos. Yo no he sido nunca un pegador fuerte. Y mejorar en ese aspecto me iba a dar un plus en mi juego, si mantenía mi consistencia y regularidad. La distancia es importante en el golf moderno y los campos están cada vez más preparados para ello.

– En ese período, tuviste la posibilidad de ir a Río 2016, para pelear por una medalla olímpica. Sin embargo, decidiste bajarte de la competencia por razones familiares. Hace poquito, terminó Tokio 2021. Y tu espalda (que te ha tenido a maltraer, en el año pasado) no te dejó estar. Conociendo tu cariño al evento, ¿qué cambiarías (de tu carrera) por la posibilidad de obtener una medalla? A su vez, ¿qué le dirías a aquellos que no quisieron ir, por decisión propia?
– No soy nadie para decir a los demás lo que deben o no deben hacer. Lo que si puedo decirte es que, entre mis objetivos en los próximos años, no solo busco competir, sino luchar por una medalla en los Juegos Olímpicos. Por desgracia, las dos últimas ediciones (por diferentes motivos) no pude estar. Y fue una gran frustración.

– En 2018, llegaba tu temporada de ensueño. Un mes después de tu gran victoria en el tradicional BMW PGA Championship (disputado en Wenthworth), arribaste al TPC Potomac y diste una exhibición, ganando (por 8 golpes) el Quicken Loans National: torneo que tenía a Tiger Woods como anfitrión. Al Tigre le dijiste que la pasta era el gran secreto para este triunfo (risas). Fuera de la broma comentada, ¿estaría mal si digo que esa charla, de igual a igual, marcó el punto de inflexión de esa temporada?
– La primera victoria en el PGA Tour, sin dudas, me dio la confianza necesaria para el resto de la temporada. Había ganado otros torneos antes, incluyendo el WGC de Shanghai (Francesco se había llevado el nombrado WGC-HSBC Champions 2010, por 1 golpe de ventaja sobre Lee Westwood). Pero ganar en Estados Unidos es diferente. Y el triunfo en Wentworth también fue importantísimo. En definitiva, mi confianza fue creciendo con todos esos éxitos.
– El Open Championship 2018 tuvo todos los condimentos necesarios. El fin de semana sin bogeys, acompañado de Tiger en la ronda final (otra vez) y con una clase de juego corto y putt, aplicando todo lo trabajado anteriormente. Lo más loco de todo esto es que Carnoustie Golf Club era el campo que más dolores de cabeza te trajo, teniendo en cuenta la rotación de sedes del Abierto Británico. ¿Qué cambió el día sábado, antes de empezar semejante proeza? En el día domingo, ¿te dijo algo Tiger, luego de terminar todo? ¿Recordás el momento exacto en que te empezaste a dar cuenta que eras el “Champion Golfer of The Year”, más allá de la coronación en sí?
– Ya no puedo decir que Carnoustie no es uno de mis campos preferidos. En eso si ha cambiado mi opinión.
En cuanto al torneo en sí, te comento que el sábado decidimos atacar y las cosas salieron bien. Pero aun así no estaba en el liderato. Y mi estrategia del domingo tenía que ser la misma.
Jugar con Tiger lo hizo aún más especial. Tiger me felicitó, en el green del 18. Con el paso de los días es cuando vas comprendiendo lo conseguido. Y, como siempre ocurre luego de un triunfo, uno queda satisfecho de todos los esfuerzos deportivos y familiares que se tuvieron que hacer para conseguirlos.
– La “frutilla del postre” fue esa memorable Ryder Cup 2018, en el Albatros Course (del complejo francés “Le Golf National”). Fuiste el primer europeo en ganar los 5 puntos que te tocó jugar. A su vez, formaste una histórica pareja, con el inglés Tommy Fleetwood, que revolucionó las redes sociales. Lo más cómico de todo esto es que el sueco Robert Karlsson evitó que el Danés Thomas Bjorn (capitán de su equipo) los separara, luego del primer match. A su vez, al comenzar el segundo día, estuviste con molestias en la espalda. ¿Cómo hiciste para abstraerte de todo esto, sabiendo lo que se vivía? ¿Se pueden saber quién tuvo la idea del video posterior con el inglés (en donde los dos se despiertan con el trofeo), luego de ganar el evento? ¿Cambiarías esa Ryder por una victoria en la edición italiana del 2023, con Costantino Rocca como capitán?
– La Ryder se vive con tal intensidad que uno es capaz de superar problemas físicos, debido a la adrenalina que uno siente. Es uno de los motivos por los que la semana siguiente estaba muerto de cansancio y sin pilas.
En cuanto al video, la idea fue del Circuito Europeo. Nos lo propusieron en la misma fiesta de celebración en el hotel y obviamente fue más fácil convencernos en ese momento. Fue divertido, pero te diré que tardamos un poco en conseguir la toma buena.

– Para terminar, agradeciéndote por tu enorme predisposición, voy con el siguiente tema. Luego de tu gran victoria en el Arnold Palmer Invitational 2019, llegó ese inigualable Masters (para la historia de nuestro deporte). Para vos, todo iba bien hasta llegar al tee del hoyo 12 y transitar el hoyo 15. Has hablado de tu pérdida de confianza en el juego, luego de esa situación. No obstante, este torneo significó la última victoria de Tiger Woods en majors, con lo que eso implica. Recuerdo que has dicho, al terminar el torneo, que pudiste hacer nuevos fans (por lo contado). Más allá de este comentario gracioso, ¿te sentís tranquilo, sabiendo quién ganó esta competencia? ¿Se podría decir que “quedaron a mano”, luego del Open Championship nombrado?
– Si, posiblemente esa derrota me afectó más de lo que yo mismo imaginé. Pero ya pasó tiempo de eso. No puedo decir que esté contento con el desenlace, pero admiro a Tiger por lo que ha significado y sigue significando en el golf. Así que esa vez me tocó felicitarlo.
En este comienzo de una nueva temporada, no dudo que estará de vuelta en los primeros planos. Francesco se ha ganado nuestro respeto y el respeto de sus pares. Y estoy seguro de que esto lo vive como algo normal. No necesita grandes palabras para demostrar lo que siente, ni grandes acciones para seguir en lo más alto de nuestro deporte. Cuando cree que hay que tomar una decisión importante para mejorar, va y lo hace. Ya ha pasado por un montón de situaciones que no sabemos si otro golfista las podría resistir (haciendo referencia a lo estrictamente deportivo). Sin embargo, siguió adelante, haciendo que la bandera de su país siga en lo más alto y, por consiguiente, logrando que la historia golfística de allí continúe su camino, de generación en generación.
Permítanme cerrar este gran lujo que nos dimos, con una anécdota personal. La misma se dirige a ese The Open 2018 y transcurre en un almuerzo familiar, en donde estaban mis padres, la prima de mi papá y quien les habla. En ese instante, como en cada major, los volví locos a mis padres, con tal de ver el torneo. Les puedo asegurar que fue la primera vez que lo vivieron con más pasión que yo (y ustedes ya conocen lo que amo este deporte). Es que Francesco, para quienes saben la importancia del sacrificio constante, te lleva a tus orígenes. Te hace valorar la importancia de pelear por tus logros, con todo lo que tengas disponible. Francesco Molinari es SINÓNIMO DE TRABAJO: un trabajo que quedará en las páginas más importantes de nuestro deporte.

Matías Miguel Torge
Handicap 54
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