SCOTTIE SCHEFFLER: MUCHO RUIDO Y MUCHAS NUECES

El triunfo más esperado, en el momento menos imaginado.

Se va una de las semanas más particulares del PGA Tour, en muchos aspectos. Y esto lo decimos tanto por la actualidad como por la sede en sí.

Empecemos por el lugar distintivo del TPC Scottsdale: el par 3 del hoyo 16 y sus tribunas alrededor del lugar. Recordemos que el Waste Managment Phoenix Open se celebra en la semana del Super Bowl: trofeo que se da al campeón de la NFL, liga más popular de Estados Unidos (de fútbol americano). Litros y litros de cerveza (y demás tragos) circulan para los fanáticos, quienes usan ese «combustible» para generar un descontrol inusual para nuestro deporte. Un descontrol manifestado en distintos ejemplos.

  • Los 2 «hoyos en uno» y la lluvia de latas al green. Bueno, en primer lugar, hay que decir que es la primera vez que vemos este fenómeno en el torneo, luego de 25 años. En 1997, los protagonistas fueron Steve Stricker y (como no podía ser de otra manera) Tiger Woods. En este caso, Sam Ryder y nuestro querido Carlos Ortiz hicieron lo suyo, en días consecutivos (en el último caso, el mexicano también hizo un águila, en el hoyo 17. Primero que realiza 2 águilas consecutivos, en la temporada). Una costumbre que toma su peligro, al mencionar los siguientes ejemplos.
  • Las «chombas afuera» para Harry Higgs y Joel Dahmen. Se veía venir. Ambos tienden a realizar este tipo de «maldades». Y el lugar era propicio para hacerlo. No obstante, aquí empezó un cierto exceso, bordeando un límite. Entiendo que es una semana al año. Ahora, también llovieron las latas de cerveza, demorando el juego. A su vez, la etiqueta brilló por su ausencia.
  • El vuelo de las cervezas por la nada misma. El calor y el alcohol hacían su efecto, luego de un chip embocado por Justin Thomas. El americano pidió ruido y las cervezas volvieron a decir presente, con un nuevo vuelo hacia la zona.

Como conclusión, creo que deberíamos definir los límites de una frase muy conocida por esos tiempos: «hacer crecer el juego».

Ahora bien, vamos a lo estrictamente relacionado al torneo. Y en el mismo, podemos ver a 2 protagonistas claramente definidos. Empecemos por un Sahith Theegala que se ha robado todas las miradas. Y no es para menos. Lideró durante 54 hoyos. Es verdad que ya ha pasado por esta situación, en el Sanderson Farms Championship 2021. Ahora bien, lo de esta semana fue especial.

Para que se den una idea, Koepka, Schauffele y Cantlay (por solo nombrar algunos) lo molestaron constantemente, en búsqueda de ese primer lugar. Y el pequeño joven, de descendencia hindú, seguía mostrando una actitud encantadora por donde se la mire.

Piensen que todavía vive con sus padres. Los mismos, junto a sus 11 tíos, su hermano y sus cuatro primos (entre otros), seguían cada instante de lo que hacía el novato de la gira.

Un pique maldito, en la salida del corto par 4 del 17 (se fue al agua), derrumbó parte de sus aspiraciones. Posteriormente, luego de errar el chip que lo metía en un posible desempate, las lágrimas invadieron su cuerpo. Su espíritu competitivo hizo que se ganara otra invitación para el actual The Genesis Invitational, en su estado natal. ¿Nace una nueva estrella?

Y mientras todo esto pasaba, Scottie Scheffler encontró una ventana abierta. Piensen que, en los primeros dos días, jugó muy mal (según sus declaraciones). Pasó el corte de milagro y necesitaba algo espectacular, en el fin de semana. Y eso que todos sabíamos que iba a llegar esa primera victoria. El tema es que, dado el contexto descripto del torneo, nadie pensaba que sucedería aquí. Los dioses del golf vuelven a entrar en acción.

Patrick Cantlay, como dijimos, siempre estuvo en la pelea. De hecho, su score de -16 levantaba la vara de la exigencia que requería el campeonato. ¿Cómo lo hizo? Con la facilidad que nos tiene acostumbrados. El tema es que Scheffler venía pidiendo permiso, con 4 birdies en los últimos 5 hoyos. Y en el 18, contó con su chance de quedarse con todo. Se acordó de lo que había en juego, provocando un cantado desempate.

La definición se extendió por 3 hoyos más (disputaron nuevamente el 18, en cada una de las ocasiones mencionadas). Antes de finalizar esta contienda, Scheffler tenía un putt de 25 pies. Junto a su caddie, Ted Scott (el ex compañero de Bubba Watson), se habían dado cuenta que, por alguna razón, los putts suelen trasladarse hacia la derecha del hoyo. Si bien el ángulo era distinto, pareciera que ese dato fue clave. Y el festejo fue merecido.

Hace largo tiempo que imaginaba escribir estas palabras. Scottie Scheffler cambió el paradigma de una frase que tiene su público conocimiento. Con esta actuación, podemos decir que es un golfista que genera MUCHO RUIDO Y MUCHAS NUECES.

Matías Miguel Torge

Handicap 54

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