La historia como mecanismo para mostrar que la situación de Phil Mickelson no es la primera, en el mundo del PGA Tour. Tiger Woods y su «adicción al sexo». Diferencias y similitudes, con actores particulares (repitiéndose algunos de ellos).

Farmers Insurance Open 2010.
«Estoy emocionado de comenzar el año. Estoy emocionado de comenzar el torneo aquí, en San Diego. Y estoy agradecido de que tengamos un patrocinador. Pero antes de hablar sobre eso y el torneo, hay algunas otras áreas que me gustaría discutir. El primero es, obviamente, Tiger (Woods). Ese es un tema común. El juego del golf necesita que regrese. Quiero decir, es importante que pueda regresar y ser parte del deporte. Ahora, en este momento, tiene cosas más importantes en su vida. Amy y yo somos buenos amigos, tanto de Tiger como de Elin (Nordegren). Y nos preocupamos profundamente por cómo resulta esto. Pero voy a optar por no hablar más del tema, públicamente. Y agradezco su comprensión al respecto».
Ese 27 de enero del 2010, Phil Mickelson también comentaba que reprogramaba su calendario para acompañar a su mujer y el cáncer que venía soportando (que por suerte, fue curado). Obviamente que las preguntas sobre Tiger seguían llegando y se negaba a hablar: «somos amigos, tenemos una relación personal y siento que, si respondo, es una violación de nuestra confianza y esa relación».
Ese mismo día, del otro lado del mundo (en Qatar), nuestro querido Camilo Villegas deseaba que mejoren las cosas de Tiger y Elin pronto, sabiendo que el ex N°1 del mundo es ideal para el golf.

Sigamos repasando y vamos al Omega Dubai Desert Classic 2010, posterior a lo dicho por «Lefty». En este caso, el 3 de Febrero, Tom Watson decía lo siguiente: «Tiger Woods tiene que hacerse cargo de lo que ha hecho. Debe poner en orden su vida personal». Por otra parte, la leyenda estadounidense también manifestaba esto, ante otra pregunta: «Será interesante ver cómo maneja su regreso a la vida pública. Se equivocó. Sabe que se equivocó. El mundo sabe que se equivocó. Y ya sabes. Él se tiene que hacer cargo de eso».
Los días seguían pasando y seguían los rumores de que Tiger aparecería. Y Woods puso una fecha extraña para hablar: viernes 19 de Febrero del 2010, en Florida. Esto se daba el viernes anterior al WGC-Accenture (sponsor de él, hasta este escándalo) Match Play Championship, disputado en Arizona. Y nuestro querido Ernie Els (a quien hemos entrevistado) puso el grito en el cielo. Las críticas venían estando, pero esto había sido «la gota que rebalsó el vaso». «Es egoísta», le comentó a GolfWeek. «Los lunes son días para hacer declaraciones, no el viernes. Esto le quita mucho al torneo de golf». ¿Saben qué otro jugador se molestó? Rory McIlroy. El norirlandés, en su descargo por sentir que «el Tigre» robó protagonismo, dijo lo siguiente: «Supongo que podría querer recuperar algo contra el patrocinador que lo dejó». Muy picante. No perdió el estilo.
Mark Steinberg, histórico representante de Woods, le respondió a Els, diciendo que es una estricta cuestión de tiempo y que es bueno tener la información correcta, antes de hablar. Por otro lado, el australiano Geoff Ogilvy, seguía echando «más leña al fuego», diciendo: «tal vez podamos poner todo el torneo en espera, durante 10 minutos, para verlo. Si responde algunas preguntas, eso lo haría real porque no estaría trabajando en un guion. Pero es un comienzo, y tiene que comenzar en alguna parte». Sí, Woods no iba a aceptar preguntas, en ese día.

¿Y qué había pasado con Woods? En el día de «Acción de Gracias» del 2009 (27/11), tuvo un accidente automovilístico. Su camioneta había chocado, en el patio de un vecino. Sus heridas (de carácter grave, según el informe policial) se dieron luego de una conducción negligente, ayudada por el consumo de Vicodin (medicamento de carácter adictivo, para aliviar dolores). Se hablaba de violencia doméstica, pero Tiger Woods desmintió todo, con una frase que le causó el efecto contrario: «Este es un asunto privado y quiero que siga siendo así». Fue el comienzo de la pesadilla.
Ese mismo día, US Weekly publicó un informe, en donde comentaba que Woods había tenido una aventura con otra mujer. Se planteaban dos posibles nombres: Rachel Uchitel (gerente de un club nocturno) y Jaimee Grubbs, una camarera. Las 2 habían sido amantes de él. Y, a pesar de que la primera fuera la que desató la separación entre Nordegren y Woods (de hecho, en la noche del accidente, su ex-esposa sueca descubre esto), no fueron las únicas. Estrellas pornográficas, más camareras, modelos…

En el medio, acuerdos de NDA (confidencialidad), sponsors que se iban en estampidas, una internación por «adicción al sexo» y una carrera que parecía imposible de recuperar. De hecho, desde ese escándalo, Tiger nunca volvió a ser el de antes (más allá que después vinieron las lesiones y toda la historia que conocemos).

Encima, el contexto no lo ayudaba a Woods. En el 2009 (antes del problema en cuestión), se hablaba de que iba a crear un campo de golf, en Dubai. La recesión económica de ese entonces lo obligó a cerrar el proyecto. Un proyecto que había recibido sus críticas, por la violación a los derechos humanos que existía en la zona. Cualquier similitud con la realidad es absolutamente casual.

Volviendo a este 2022, Phil Mickelson se encuentra ante su mayor desafío: revivir una carrera que pareciera estar cercana a terminarse, más allá de la edad en sí. Y justamente esa es su gran desventaja con lo comentado, pensando en un posible final. Un Phil Mickelson que cometió el error de exponerse, de manera innecesaria, contra un «monopolio»: palabra que utiliza Alan Shipnuck para definir al PGA Tour (basta repasar su descargó contra él, cuando «Lefty» lo acusó de difundir un «off the récord» que no fue). Un Phil Mickelson que parecería tener a muchos colegas mirándolo de reojo, molestos por tener que responder sobre situaciones fogoneadas por él. Ni propios (prometiendo un «si», cancelado por las circunstancias) ni extraños (muchos se apoltronaron con Tiger, en ese 2009) lo ayudaron a salir de esto y a ponerse a pensar por qué dijo lo que dijo. Les pongo un ejemplo: no suscribo para nada cuando Mickelson compara al PGA Tour con una «dictadura». Ahora bien, ¿por qué, en la reunión de jugadores de este martes, se prohibió (no fue una sugerencia, como muchos lo quieren hacer ver) hablar de la Super Golf League?

¿Los jugadores están lo suficientemente enojados, sabiendo de que «Lefty» les hizo ganar más de 100 millones de dólares (aumento de premios del PGA tour), en este año y con esta movida? A todo esto, Zach Johnson es seleccionado nuevo capitán de la Ryder Cup 2023 (a disputarse en Italia) y el ex campeón del PGA Championship 2021 se ve cada vez más lejos de este rol, en la siguiente edición de este querido evento bienal. Además, aparte de la baja de KPMG (principal sponsor del zurdo), se presume que el resto de los sponsors darán un portazo cuanto antes. Espero que estén repasando la historia, como intentamos hacer, en este artículo. Los libros (y la computadora) no muerden. Sino, pregúntenle a Nike.

Amigos, este escrito no tiene la intención de generar partido por alguien. Aquí, la comparación es odiosa, pero inevitable. Algunos me podrán decir (y tienen sus argumentos respetables) que lo de Woods era un problema personal. El tema es que Woods era (y sigue siendo, en menor medida) la cara del golf, en ese entonces. TODO circulaba alrededor de él. Y él hizo que las bolsas crecieran, como hizo Mickelson, con estas «particulares» y polémicas declaraciones. De hecho, voy más allá: según lo dicho por Daniel Rapaport (corresponsal de Golf Digest), en la reunión que los jugadores tuvieron en el Honda Classic, se planteó (entre otras cosas) mayor transparencia y un descanso en la temporada baja, introduciendo cambios en el otoño y su famosa Fall Series…
Ojalá, el tiempo vuelva a poner a Phil Mickelson en el lugar en el que corresponde. A la historia hay que respetarla. Sería injusto (e ingrato) que quede en el ostracismo. No lo justifico: estuvo MAL en exponerse. Ahora, también hasta el mismo Tiger estuvo mal en manejarse como se manejó, en ese entonces. De hecho, la mayoría de los grandes jugadores suelen tener estas historias que coquetean con el abismo. Pero siempre hay que destacar lo que hicieron para que el deporte esté donde esté.
NADIE ES PERFECTO. Sí: ni el mismo PGA Tour.
Matías Miguel Torge
Handicap 54
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