SHAUN MICHEEL: EL GOLF ESTÁ EN EL AIRE

Apasionante charla con una de las trayectorias más intrigantes de los últimos 20 años. La importancia de no conformarse (ni dejarse obnubilar) por el éxito obtenido.

No hay una sensación más placentera que volar. De hecho, por razones que no voy a mencionar ahora, tengo grandes chances de realizar un viaje, prontamente. Y la ilusión no se pierde. Estar del lado de la ventanilla, viendo cómo pasas a ser parte del cielo, genera sensaciones indescriptibles e imponentes. Miren, mi último vuelo fue hacia Caracas, largos años atrás. Y les puedo asegurar que, en el momento del proceso de aterrizaje (quienes conocen la zona dicen que es uno de los aeropuertos más complicados de la región, entendiendo la complejidad de las maniobras de llegada), fui testigo de un espectáculo único, teniendo en cuenta el hecho de pasar del mar a la tierra, en un solo instante. No es un mal hobby la búsqueda de acumulación de millas.

Quizás, ese cariño por los aviones (un cariño que no implica el manejo de este tipo de vehículos. No me siento capacitado) vino por 2 razones: por un lado, la pasión de mi padrino, quien es piloto y disfruta cada momento, dentro de este ambiente. Por el otro, esa sensación de cruzar los límites de lo territorialmente posible. Esa sensación de conocer qué es lo que hay, del otro lado del océano. ¿No les parece que estos son pensamientos similares a los que vivimos dentro de un campo de golf? ¿No tenemos esa tendencia a mirar más allá, buscando la mejor manera (según el criterio de la inteligencia o de la audacia) de llegar a la bandera?

Nuestro protagonista del día entiende todo lo que hemos hablado. Y esto lo decimos porque tenemos el honor de poder presentar a un Shaun Micheel que ha dejado su huella en la historia. Y no es una frase hecha. Les puedo asegurar que él también representa lo que uno puede vivir, en nuestro deporte. Un Shaun Micheel que nació el 5 de enero de 1969, en Orlando. Un Shaun Micheel que, al poco tiempo, se estableció en Memphis, junto a su familia. ¿Las razones? De índole laboral. Su familia estuvo ligada a Federal Express (actualmente conocida como FedEx). Sí, las ironías del destino hacían que el actual sponsor principal del PGA Tour empezara a generar un cierto contacto entre su entorno y el golf.

Prepárense para una de las charlas más apasionantes que hemos tenido en nuestra corta trayectoria. Una charla que irá por el recordado PGA Championship 2003, pero no se quedará allí. Su paso por Asia, los primeros momentos en el PGA Tour (y los problemas para la adaptación), la importante influencia en la universidad, y su actual relación con Ben Curtis (ganador del The Open 2003, con quien comparten experiencias similares), entre otros temas. Ah: como «frutilla del postre», no hay que dejar pasar su experiencia en el HSBC World Match Play Championship 2006 (con triunfo sobre Tiger Woods, con lo que eso significa) y su relación con el legendario grupo Kiss. ¡Ajústense los cinturones! Estamos a punto de despegar.

– Shaun, tu historia es alucinante. Una historia que comenzó relacionada a la aviación. ¿Me equivoco? De estar en lo correcto, me gustaría que me relates lo que recuerdes de los inicios de tu papá en FedEx y la influencia de él, en los primeros contactos con nuestro deporte. Aprovecho el contexto para preguntarte si (actualmente) te has animado a perfeccionarte en este tema, realizando algunos vuelos.

– Mi difunto padre siempre quiso volar aviones. Creció en un gran rancho (en Nebraska) y su tío tenía un pequeño avión, que volaba entre granjas. Cuando mi papá cumplió 18 años, se alistó en la Fuerza Aérea, queriendo ingresar al programa de cadetes. Sin embargo, poco después de que se alistó, la Fuerza Aérea puso fin a ese programa.

A través de varias pruebas mentales y psicológicas, él se encontró en San Antonio (Texas), en la escuela de criptología. Después de unos meses, enviaron a mi padre a Darmstadt (Alemania), para comenzar su trabajo (de nivel Top Secret) con el Servicio de Seguridad de la Fuerza Aérea. Poseía una autorización criptográfica Top Secret e interceptaba y decodificaba mensajes de un país que no mencionaré. Al dejar la Fuerza Aérea, le ofrecieron un puesto en una agencia de inteligencia del gobierno, pero les dijo que quería volar.

Después de ser dado de baja con honores, comenzó su carrera en la aviación y voló para otra agencia de inteligencia, durante la Guerra de Vietnam.

Hago un avance rápido hasta 1972, cuando comenzó Federal Express. Él estaba volando en Florida, cuando se enteró de esta nueva compañía. Viajó a Little Rock (Arkansas) para conocer al jefe de pilotos y comenzó a entrenar en un Falcon 20. En ese momento, creo que tenían 6 aviones. En febrero de 1973, fue contratado y voló para FedEx, hasta su jubilación (en 2001).

A medida que crecía, quería volar para FedEx. Por lo tanto, comencé a volar cuando tenía 17 años. Obtuve mi licencia y estaba en camino. Sin embargo, mi amor por el golf me llevó por otro camino y, como saben, me convertí en golfista profesional, en lugar de ser un aviador.

– Para algunos, la etapa universitaria marca un aprendizaje necesario, en ese camino al profesionalismo. En tu caso, ¿podríamos decir que este período definió tu horizonte, en el mundo del golf? ¿Cuáles son las enseñanzas que te quedaron de tu paso por la Universidad de Indiana?

– El entrenador que me reclutó para jugar en Indiana se retiró después de mi segundo año. Fue un momento difícil para mí porque no estaba seguro de si me iba a quedar o pasar para otra universidad. Supe que Sam Carmichael iba a ser mi nuevo entrenador, así que me quedé en IU (Indiana University).

Sam había jugado el PGA Tour, desde 1962 hasta 1969. Y sabía que él me haría un mejor jugador. Me llevó a 8 victorias, incluido el hecho de ganar el «Big Ten» (conferencia) por equipos y el campeonato individual, ser el jugador «Big Ten» del año y ser parte del primer equipo «All American» (jugadores destacados de las competencias universitarias), con David Duval y Phil Mickelson. Además, me enseñó a administrar mi tiempo, mientras me enfocaba en mejorar. El mismo Sam fue el que me dio la inspiración y el coraje para convertirme en golfista profesional.

Shaun Micheel, durante la Q-School del PGA Tour (edición del 2001), disputada en Bear Lakes CC (West Palm Beach, Florida. Créditos: Scott Halleran/ALLSPORT)

– Rápidamente, llegaste al profesionalismo. De hecho, luego de un año en Sudáfrica, hiciste el camino para disputar la vieja Q-School del PGA Tour, con la ayuda de tu padre. El tema es que, luego de superar esta competencia, la adaptación fue complicada. En entrevistas anteriores, has dicho que esto ha tenido que ver con tu personalidad. ¿Me podrías describir esto con ejemplos? ¿Cuánto de lo mencionado influyó en ir a buscar oportunidades en el Asian Tour?

– Como dijiste, en diciembre de 1993, llegué al PGA TOUR por primera vez, con mi papá como caddie. Y mi vida, en la gira, no fue lo que esperaba. Según tu pregunta, siempre he sido una persona muy tranquila (y, a veces, tímida). Me sentía incómodo jugando frente a mucha gente y tuve dificultades para adaptarme a esto. Me tomó muchos años poder jugar, sin preocuparme por todas las influencias externas.

Después de unos años pobres en el tour, me dirigí a Asia para probar algo completamente extraño. Y disculpe mi juego de palabras. Es que jugar en Asia me permitió dejar atrás a la gira por un tiempo, con la esperanza de encontrar mi juego competitivo. Funcionó: hice muchas amistades y gané mucho respeto por las diferentes culturas que existen en nuestro planeta.

– El Singapore Open es uno de los torneos más importantes del circuito asiático. De hecho, solo 3 jugadores (Sergio García, Adam Scott y Ángel Cabrera) comparten con vos el hecho de llevarse este trofeo y un major. De esa edición de 1998, ¿Cuáles son los primeros momentos se te vienen a la cabeza? ¿Puede ser que un inconveniente con uno de los premios de ese entonces (en un avión) te ayudó a “hacer un click” sobre lo que hablábamos en la anterior pregunta?

– Recuerdo el increíble calor que tenía Singapur. Estaba jugando muy bien al golf y algo hizo click, en esa semana. De hecho, solo hice 2 bogeys (en el torneo) y gané por 2.

Luego de la ceremonia de campeón, además de un hermoso trofeo, me otorgaron una botella muy grande de «Johnnie Walker Scotch» (reconocido whisky). Como quedó en un equipaje que iba a la bodega, cuando aterricé, la caja llegó rota a la cinta transportadora y el whisky goteaba por toda la zona de retiro del equipaje. Me regalaron otro, varios años después.

Mike Weir, Jim Furyk, Ben Curtis y Shaun Micheel, posando con el trofeo del PGA Grand Slam of Golf, luego de la primera ronda del torneo, disputada en el Poipu Bay Golf Course (Poipu, Hawaii. Créditos: Scott Halleran/Getty Images)

– Ganaste en el actual Korn Ferry Tour (1999) y volviste a establecerte en el PGA Tour. De hecho, pasaron los años y llegó la famosa temporada 2003. Una temporada que tuvo un “antecedente” a tu logro más importante: nos estamos refiriendo al The Open Championship ganado por Ben Curtis, en Royal St. George’s. ¿Cómo está tu relación con él, actualmente? ¿Te ha servido como “fuente de inspiración” el hecho de verlo ganar, teniendo en cuenta todo lo que se esforzó en su carrera?

– Ben y yo hemos jugado bastantes veces, a lo largo de nuestra vida golfística. Sin embargo, solo he hablado con él en algunas ocasiones, desde que dejó el juego (hace 4 o 5 años). Su victoria fue definitivamente una inspiración. Y él y yo hemos compartido algunas palabras sobre este tema.

Shaun Micheel, reaccionando ante su putt embocado en el hoyo 9, finalizando su segunda ronda del 85th PGA Championship, disputado en el Oak Hill Country Club (Rochester, New York. Créditos: Scott Halleran/Getty Images).

– Cuando llego al PGA Championship 2003, en Oak Hill Country Club, no puedo dejar de describir las circunstancias que rodeaban al campo. A todo esto, hay que sumarle que tu esposa estaba embarazada de 6 meses y el rol de la prensa, generando más tensión en el ambiente. Ahora bien, al terminar los primeros 36 hoyos, tomaste el liderazgo y no lo soltaste más. Y ese viernes te costó dormir demasiado, según tengo entendido. ¿Cuáles fueron las claves para aislarte de todo esto? Me gustaría que me relates los detalles de lo que recuerdes, en esas jornadas previas a la ronda final.

– Sí, mi esposa estaba embarazada de 6 meses (de nuestro hijo) e iba a ser la última vez que viajaría para verme jugar. Era mi primer PGA Championship y ella y yo disfrutábamos estar juntos y compartir la dificultad que tiene un major.

En cuanto al torneo en sí, estaba jugando muy bien. Y, cuando hice un birdie en mi último hoyo del viernes, tenía la delantera. Debido a que era una cara nueva, los medios tenían muchas preguntas para mí y estaba feliz de complacerlos con mi historia. Y es verdad que me costó mucho dormir el viernes y el sábado por la noche. Sabía que estaba jugando bien y Stephanie y yo tratamos de concentrarnos en eso, haciendo que mis noches fueran un poco más relajadas. Pedimos servicio a la habitación (las últimas dos noches) porque habíamos pasado mucho tiempo en Oak Hill. Y quedarnos en la habitación nos dio la oportunidad de hablar sobre mi día y, por supuesto, cómo se sentía ella. Para que te des una idea, hacía mucho calor y no se sentía muy bien, como te puedes imaginar. A todo esto, creo que cuidarla hizo que mi mente tenga su descanso del golf.

– Por cuestiones lógicas, todos nos quedamos con el histórico hoyo 18. Ahora, ¿puede ser que el camino se empezó a liberar, luego del hoyo 14? ¿Es verdad que el público no se ha comportado bien contigo, en esa parte de la definición? ¿Sirvió el hecho de saber cómo distinguir a tu mujer entre la multitud, para no perder la concentración?

– Sí, Stephanie llevaba una blusa rosa que me permitió identificarla fácilmente. Cuando sentía un poco de presión, la buscaba entre la multitud para calmar mi mente. Cuando hice birdie en el hoyo 14, sabía (en mi corazón) que iba a ganar. Eso pasó hasta que Chad (Campbell. Su rival directo, en ese entonces) hizo un putt largo en el 15, mientras yo había hecho tres putts.

Después de hacer birdie en el 16, me dirigí al hoyo 17, cuando alguien me gritó. Básicamente, me dijeron que no me asustara. Me reí, pero también me enojó un poco.

– Te voy a confesar algo. Hasta que conocí la verdad, siempre pensé que el “Be Right”, en ese segundo tiro del último capítulo de la ronda, había venido de vos. Luego, los hechos (y tu testimonio) mostraron que esa frase vino de tu caddie. Sin lugar a dudas, considero que fue una de las mejores definiciones que vi en un major. Un tiro que fue similar al de tu día de práctica, ¿verdad? ¿Cuáles son tus sensaciones al ver de vuelta el lugar específico del mayor impacto de tu carrera?

– Fue mi caddie, Bob Szczesny, quien dijo, «Be Right» («sé buena»). ¡Él estaba en lo correcto! En el día de práctica, el martes, estaba jugando desde el lado derecho del fairway y tenía la misma distancia. Había alrededor de 10 mph de viento (hacia mi cara) y mi hierro 7 salió al frente del green. Bob y yo hablamos de eso justo antes de que hiciera mi tiro, en ese domingo.

Pienso mucho en ese día. ¡Y, más aún, en el tiro que hice! Hubo bastantes rondas finales malas que me impidieron ganar. Por lo tanto, poder finalmente cerrar una buena vuelta, tiene un significado tremendo para mí.

Tiger Woods, felicitando a Shaun Micheel por su victoria sobre él, durante la primera ronda del HSBC World Match Play Championship, disputado en el The Wentworth Club (Virginia Water, Inglaterra. Créditos: Richard Heathcote/Getty Images).

– En esos años, Tiger Woods seguía con su protagonismo principal. Tal es así que lo escoltaste en su victoria del PGA Championship 2006, disputado en Medinah. Ahora, hablamos de Woods y no puedo dejar de recordar que vos fuiste uno de los pocos jugadores que le has ganado bajo el formato Match Play. Esto se dio en el HSBC World Match Play Championship 2006, disputado en el histórico Wentworth Club. Y tengo entendido que allí hay una anécdota particular, que involucra a tu esposa y un viaje en taxi. Si no me equivoqué, ¿cuáles fueron los detalles de ese momento, de ese partido y de la semana, allí?

– En el World Match Play (en Wentworth), me tocaba empezar enfrentándome a Tiger. Había ganado 5 torneos seguidos y era el gran favorito. Cuando Stephanie y yo fuimos recogidos en el aeropuerto, nuestro conductor le preguntó si iba a ir a Londres. Mi esposa dijo: «Shaun juega con Tiger el jueves, así que supongo que iremos a Londres el viernes». Estaba bromeando, ya que siempre ha sido mi mayor admiradora. Sin embargo, es algo de lo que me río hasta el día de hoy.

Jugué muy bien y creo que eso sorprendió un poco a Tiger. Los partidos eran de 36 hoyos y yo estaba 3 UP, después de los primeros 18. Él no estaba haciendo muchos putts. Y yo estaba haciendo la mayoría de los míos. Creo que pude haber estado entre -10 y -12, en los 33 hoyos que jugamos, así que fue un buen golf. Los espectadores me animaban, pero yo sabía que realmente querían que Tiger ganara. Eso me empujó más fuerte.

Al final, simplemente tuve mejor score. Sabía quién era el mejor jugador. No obstante, la modalidad «Match Play» requiere una mentalidad diferente.

En las siguientes instancias, le gané a Luke Donald y Robert Karlsson, antes de quedarme sin combustible y perder ante Paul Casey (en la final), por un amplio margen. Y ese último día fue el más difícil porque estaba en Inglaterra, jugando con un local. Nadie quería que ganara y no recibí muchos aplausos por los buenos tiros. Eso me afectó y esa frustración se notó en mi juego.

Shaun Micheel, en el green del hoyo 7, durante la segunda ronda del 110th U.S. Open, disputado en el Pebble Beach Golf Links (Pebble Beach, California. Créditos: Jeff Gross/Getty Images)

– Desde allí, lamentablemente, las lesiones han sido una constante en tu trayectoria. A esto debemos sumarle el fallecimiento de tu mamá. No obstante, pudiste ser el segundo jugador en hacer un albatros en un US Open (esto se dio en la edición del 2010, en Pebble Beach). A su vez, has tenido buenas actuaciones en el actual DP World Tour. Cuando volvemos a tu actualidad, relacionada al PGA Tour Champions, ¿podríamos decir que superar este período de adversidad te dio más fuerzas para seguir en contacto con el deporte? ¿Cuáles son tus objetivos futuros, en la actividad?

– La operación de hombro que tuve (en junio del 2008) me destruyó mentalmente. Estaba en el último de mis 5 años de exención (por haber ganado el mencionado PGA Championship 2003) y había estado jugando lesionado, durante la mayor parte de este tiempo. Seguí adelante porque quería jugar en el The Masters en 2008, para que mi hijo pudiera ser mi caddie en el campeonato de Par 3. Fue un poco más de un mes después cuando me derrumbé y opté por operarme mi hombro izquierdo, con la intención de recuperarme.

Cuando regresé, me tomó un tiempo recuperar la velocidad. Y recién en 2010 recuperé mi forma anterior. Ahora, en abril de 2009 me enteré que mi mamá tenía cáncer de pulmón. Eso me puso las cosas en perspectiva y supe que a mi mamá solo le quedaban un par de años. Entonces, me concentré en ella y jugué muy bien. En el US Open 2010 estuve jugando con Graeme McDowell, quien ganó. Estaba empatado en el liderato, después de la primera ronda. Y eso se mantuvo hasta el hoyo 10 del viernes. Terminé T-22.

En ese US Open, mientras jugaba con Vijay Singh (en la ronda final), hice un doble águila ,en el hoyo 6 y desde 239 yardas, con un hierro 3. Cuando regresé a casa, le di la pelota a mi mamá y ella falleció unos meses después.

Luego de eso, perdí a mi padre por cáncer cerebral, en diciembre de 2016. Y me operaron del corazón, en 2014. Por lo tanto, han sido momentos muy desafiantes, en los últimos años.

No estoy exento en el Champions Tour. Sin embargo, puedo jugar el PGA Championship, el Senior PGA Championship y el The Senior Open. Igualmente, pregunto por exenciones y hago los Monday Qualifiers, pero me estoy cansando de hacer eso. Y todavía me encanta competir, así que estoy trabajando duro para mejorar mi situación.

Loren Roberts, Justin Thomas y Shaun Micheel, en la presentación del World Golf Championships-FedEx St. Jude Invitational 2018 (Memphis, Tennessee. Créditos: Chris Condon/PGA TOUR).

– Para terminar, agradeciéndote por tu enorme predisposición y gentileza, quisiera saber tu opinión sobre la actualidad del PGA Tour, entendiendo que tenés el deseo de que el Tour Championship esté en Memphis. Ah, en tierras de Elvis Presley, ¿cómo surgió tu amistad con el reconocido grupo “Kiss”?

– El PGA Tour ha sido un gran éxito “post” Tiger. La nueva generación de jugadores es emocionante de ver y ha demostrado su valía. Hay mucha discusión sobre la Liga Saudí (ahora llamada LIV Golf Invitational), pero creo que el PGA Tour tendrá aún más éxito, una vez que los rumores disminuyan un poco. Y, en mi opinión, el Campeón de la Copa FedEx debería ser coronado aquí en Memphis. Es el hogar de FedEx, después de todo.

Y sí, he sido fanático de KISS, desde que obtuve mi primer álbum (en 1978 o 1979). Los encontré en varias ocasiones. Ahora bien, me hice muy amigo de Tommy Thayer (el guitarrista de la banda), en 2003. Tommy se hizo cargo de Ace (otro grupo musical), a principios de la década de 2000, y es un gran fanático del golf. Nos llevamos bien y se ha quedado en mi casa, un par de veces. He viajado con ellos varias veces y es notable cómo operan su negocio. ¡Verdadero profesionalismo!

Pasamos por una montaña rusa de emociones. Y con todo lo vivido, Shaun Micheel quiere seguir compitiendo. ¡Y está perfecto que piense así! Eso habla muy bien de él. Busca el otro lado del horizonte. No le preocupa la fama. Él es un competidor nato, que ama lo que hace, sin pensar en algún beneficio fuera de la gloria en sí. Nada hizo que Shaun Micheel deje de ser quien es. Y eso es para copiar. Además, es un gran embajador de nuestro deporte. Aparte del continente asiático, visitó Sudamérica y Europa, en búsqueda de una sencilla razón: demostrar que puede seguir estando a la altura de las circunstancias. Su espíritu se refleja con una claridad asombrosa. ¿Se dan cuenta de que no es casualidad que haya sido el protagonista de unos de los finales de majors más emocionantes que tuvimos, en las últimas temporadas?

En los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, escuché (por primera vez) la famosa canción de Tom Jones. Lo más loco es que no la estaba cantando él, sino el destacado John Paul Young. Alrededor, se desplegaba un espectáculo mucho más grande que el histórico evento deportivo en cuestión, haciendo que solo nos concentremos en ese momento. Eso hizo Shaun Micheel, en cada momento de su carrera, consiguiendo un magnetismo que todavía persiste. A aquellos que somos pasionales con nuestro deporte, nos demostró que también EL GOLF ESTÁ EN EL AIRE.

¡Nuestro vuelo ha llegado a destino! Espero que hayan disfrutado este viaje.

Matías Miguel Torge

Handicap 54

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