Un PGA Championship histórico, que tocó de cerca a la región.
Y sí: todavía estoy un poco shockeado. Estoy seguro que a nuestros amigos chilenos les está pasando lo mismo, acompañándolos desde lo más profundo de mi corazón. Y no quiero caer en el populismo berreta de hablar bien porque sí, aprovechando el «dolor deportivo» para una visita más y una buena reacción del público. Ahora bien, espero que me entiendan. Les puedo asegurar que el sentimiento surge al tener la suerte de conocer esta historia. Una historia cuya primera visión tuve en el principio del 2020, pudiendo hablar con él. Allí, a pesar del comienzo de la pandemia, las cosas empezaban a explotar para este Mito Pereira, del cual nos sentimos orgullosos.
No me pregunten por qué. Tampoco lo quise compartir mucho porque sentía que iba a ser demasiado injusto con el resto de nuestros representantes, que engalanan a nuestro deporte, día tras día. Sacando el caso particular de Emiliano Grillo (más allá de las diferencias que tenga con él, me duele su mal momento golfístico), todos tenían/tienen y tendrán latente la chance que Mito Pereira tuvo hoy. Ahora, siempre creí que nuestro protagonista de la fecha iba a ser el que más rápido pasara por esta situación. Fíjense que su mentalidad ganadora fue similar al de ese Roberto de Vicenzo Punta del Este Open Copa NEC 2016 (primera victoria como profesional, en el PGA Tour Latinoamérica), salvando las distancias. Solo hay que repasar el testimonio del chileno, en esa mencionada entrevista de un par de años atrás. Por lo tanto, podemos decir que su tranquilidad y su determinación para los momentos importantes son 2 valores que no surgieron por casualidad. Y si: digo esto, a pesar de su final del día de hoy. Amigos, podemos tomar el hoyo 9, el hoyo 10, el 13 y el 16 como ejemplos. Constantemente, Mito Pereira convivió con la presión, comandando el torneo como si fuera un veterano y sin importar que era la primera vez que se encontraba en estas circunstancias. Ahora, en el final, apareció un cisne negro: algo muy habitual, en este tipo de eventos.
Justamente, a los 4 torneos más importantes del año se los reconoce por generar situaciones que traspasan la semana en sí. Situaciones que derriban la barrera de la lógica pura y situaciones que humanizan, en el mismo ambiente. Es por eso que para este tipo de torneos se requiere un plus. Un plus que solo se adquiere con el tiempo y que, en gran cantidad de ocasiones, requiere de tan solo tener las estrellas alineadas. ¿No me creen? Bueno, sería lindo preguntarle a John Mahaffey, gran amigo de Tom Watson, sobre lo que pasó en 1978 (también sería lindo preguntarle a Phil Mickelson, en el US Open 2006. Pero elegimos el ejemplo anterior solo por ser el mismo evento de análisis). En esa edición del PGA Championship (disputada en Oakmont), Mahaffey llegó a un playoff con nuestra conocida leyenda y otro jugador con mucho talento, como lo fue Jerry Pate. En el segundo hoyo del desempate, el tejano embocó un putt (para birdie) que le cambiaría la historia. Una historia que lo haría ganador de su primer y único major. Una historia que condenó a Watson, sacándole la posibilidad de completar el ansiado «Grand Slam» (ganar cada una de las 4 competencias de mayor importancia, dentro del mundo del golf).
Con todo esto, no podemos decir mucho más sobre el fatídico hoyo 18 del chileno. Es verdad: su mala decisión de la salida podría haber cambiado las cosas. También el caddie pudo realizar una advertencia sobre ese momento. Ahora bien, el contexto podría haber cambiado si el putt del hoyo 17 avanzaba unos milímetros más. Con esto, lo que les quiero decir es que nuestro deporte es el más propenso a las acciones imponderables. Y las mismas solo se pueden superar mediante repeticiones. No hay otra manera. Por eso, destacamos tanto a un Tiger Woods que ha hecho un arte, en este tipo de circunstancias. Y esa es la mayor enseñanza que se tiene que llevar Mito Pereira. La misma se adquiere mediante un proceso largo. Y ese proceso tuvo su primer paso, en este día domingo: cuando el «dolor» de la competencia lo aquejaba, dio cada respuesta que necesitaba la prensa. La grandeza de las victorias empieza con la caballerosidad que uno tenga en las derrotas.

Ahora, nombramos a John Mahaffey y allí entra un Justin Thomas que repitió su hazaña. Un Justin Thomas que, con las condiciones difíciles de la semana, mostró el esplendor de su golf cercano a «la vieja escuela», aplicando lo que el momento pedía y sin estridencias. Y esta hazaña la concretó, habiéndole ganado un playoff magistral a Will Zalatoris: otro chico que también demostró su categoría, igualando a Ernie Els en la mayor cantidad de Top 10 conseguidos en majors, luego de sus primeras 8 presentaciones (5). Ahora, ¿por qué no describimos casi nada de ninguno de los 2 golfistas mencionados? Simple: el mismo Mito Pereira se había encargado de disminuir cualquier tipo de asomo en ambos jugadores, a pesar de que la diferencia no era deslumbrante (allí tenemos que sumar a un Cameron Young, que también se quedó corto del playoff, por 1 golpe).
Por el lado de Zalatoris, sus birdies del hoyo 4 y del 5 fueron contrarrestados con 2 bogeys subsiguientes. El birdie del 17 y el par del capítulo final generaron otro ambiente, que no parecía suficiente. Y tampoco parecía suficiente el esfuerzo final de Justin Thomas. De hecho, el shank del hoyo 6 generaba más dudas que certezas. Ahora, tuvo un final muy similar a la de la joven sensación norteamericana. El desempate fue sorpresivo, pero merecido para ambos. Nunca dejaron de intentarlo.
Como dije cuando entrevisté al legendario Paul Lawrie, sería injusto si no destaco el oportunismo de Thomas, ante la actualidad que se le presentaba. Y capitalizó todo, gracias a un gran swing, en el hoyo 17 (los desempates, en el PGA Championship, se juegan a la suma del score de 3 hoyos. En el caso persistir la igualdad, se pasa al sistema de «muerte súbita», ganando el que haga el menor número, en los hoyos siguientes a los primeros 3): 2do de ese playoff. Por algo, Jim «Bones» Mackay (lo que son las casualidades de la vida: el ex caddie de Phil Mickelson vuelve a ganar el PGA Championship que debía defender «Lefty») sabía que esto se iba a repetir. Thomas simplificó una situación que tenía una carga emocional considerable, entendiendo lo que se había vivido minutos atrás.
Justin Thomas es un justo campeón y Mito Pereira, a pesar de no pasar a la historia como él hubiera querido, se ganó muchísimos más adeptos, de manera merecida. Segundo major (y segundo PGA Championship) para el americano. Cabe remarcar que el mismo Thomas dijo que Pereira jugó un golf increíble, en esta semana. Por lo tanto, no tiene motivos para agachar la cabeza. En fin, todo esto forma parte del material que genera LA LOCURA DE UN MAJOR. Veremos qué pasa en el próximo capítulo, al llegar a Brookline.
Matías Miguel Torge
Handicap 54
PD: si le gustaría ayudarnos a seguir creciendo como medio, tiene la posibilidad de realizar donaciones, sin ningún tipo de compromiso y haciendo click sobre la imagen que estará a continuación.
