LIV Golf se impone cada vez más. ¿Aguantará esta arremetida, a largo plazo?
Más allá de algún pequeño problemita de salud personal (ya solucionado, nada grave), era necesario esperar unos días a ver cómo seguía esta novela eterna. Miren: para que no hablemos nada del regreso de Bryson DeChambeau, de los cambios que sufrirá «el campo par 3» del Augusta, de lo que significa el Memorial Tournament (entre otras cosas) y de la sanción que tuvo Hideki Matsuyama por tener un palo pintado (quedó descalificado del torneo del PGA Tour), tiene que haber un cimbronazo muy grande. Y eso es lo que está pasando. Les mentiría a ustedes si hago como si no pasara nada.

Tanto Rory McIlroy como Patrick Cantlay han abierto los paraguas. Por un lado, el norirlandés se ve envuelto en una encrucijada contundente. Si bien él ha mencionado (en el The Players Championship) que es hora de que el PGA Tour haga públicas sus sanciones, ha comentado (en esta semana) que hay que entender a aquellos colegas que están queriendo ir a LIV Golf. Ah, entre ellos, se encuentran varios de sus amigos. Por lo tanto, la clemencia tomó fuerza. Ahora, si el PGA Tour va por el camino que sugiere el ex N°1 del mundo, ¿no provocaría un éxodo aún más grande? Las reuniones van aumentando.
Por otro lado, el actual N°6 del mundo ha expresado su curiosidad por ver cómo se desarrolla todo. Y esta es la postura más peligrosa para la gira estadounidense. Amigos: no dejen de lado el cambio de panorama, provocado por el mismo Dustin Johnson. El mismo Bryson DeChambeau, en sus declaraciones luego de la primera ronda (no pasó el corte), reconoció que hay un antes y un después, con todo lo que estamos viviendo. Y no se arriesgará a ir para allá. Ahora, el ganador del US Open 2020 comentó que siempre estará donde quieran estar los mejores del mundo, porque quiere ser el mejor. Las pautas están claras.

Con el contexto explicado, no es sorpresivo que Rickie Fowler también «deje las cosas abiertas», como le avisó a «Morning Read». Tampoco hay que sorprenderse con lo dicho por Graeme McDowell, quien cree que (en comunicaciones al mismo medio) lo ofrecido por LIV Golf es «una oportunidad convincente» y que «tiene el derecho a aceptarla». También, el australiano Matt Jones y el americano Hudson Swafford priorizaron en que esto sería una decisión netamente comercial (no solo por el dinero. El formato por equipos es otra de las razones que motivaron a esta elección), beneficiándose ellos y sus respectivas familias. ¡Y como dejar de lado la historia que publicó Ian Poulter, practicando en el campo inglés! Todos se van animando, de a poco. Hasta Jerry Foltz, prestigioso comunicador de la LPGA, dio el salto al mundo árabe. Y, por si faltaba algo más, Darren Clarke rechazó una propuesta como comentarista del nuevo tour, aunque la propuesta era «considerable». Los bandos están conformados y las negociaciones están a la orden del día.

El barco del PGA Tour está haciendo agua por todos lados, ante el tema en cuestión. Y remarcamos esta problemática porque la única manera en la que puede evitar que LIV Golf se imponga es aplicando sanciones duras y terminantes, soportando no contar con varios de los jugadores que pueden mover la aguja. Cabe remarcar que es un error el hecho que varios sigan desvalorizando la situación, quedándose con la gran cantidad de jugadores amateurs/jugadores recién ingresados al profesionalismo, en el field (es más: como dijo Andy Ogletree, en Fairways of Life, se trata de «tener un lugar para jugar»). Nadie se pone a pensar que el formato por equipos hace que todo pase por la mirada de una docena de jugadores, capitanes de cada conjunto. La referencia de los Aramco Series es CLAVE para entender la lógica propuesta por la gira comandada por Greg Norman.
Insistimos con la siguiente idea. LIV Golf ya está instalado. Y su éxito dependerá de LAS PROHIBICIONES QUE PONGAN LOS MAJORS, LA RYDER CUP, LA PRESIDENTS CUP Y LOS PUNTOS DEL RANKING MUNDIAL. Prohibiciones que pueden ser un «arma de doble filo», por las razones explicadas al principio del artículo (imagínense si llega a una situación judicial, el tiempo se extiende y muchos golfistas quedan en un limbo).

También, las respuestas que pueda aportar el PGA Tour jugarán un papel preponderante. Y no solo hablamos de las respuestas relacionadas a las sanciones (allí, la gira estadounidense quiere que el DP World Tour lo copie en la dureza: algo que todavía no logró). Es que el lugar que se fue ganando LIV Golf está respaldado por un crecimiento del Asian Tour: socio directo de esta nueva liga. Por lo tanto, la gira del este puede recibir (con los brazos abiertos) a los exiliados y a las jóvenes promesas, que ven una alternativa viable y segura para su crecimiento. En conclusión, si no hay una pronta nueva «gira de otoño», un plan que le permita un mejor descanso a los mejores jugadores del mundo y propuestas con «una vuelta de tuerca», la reconfiguración tomará efecto.
Ahora, LIV Golf quiere seguir jugando con la incertidumbre. Tal es así que no hay respuestas para los medios acreditados allí, a días de que comience la fiesta. Además, hay jugadores a los que se les pide silencio, como comenta nuestro amigo Hugo Costa, en el diario «El Mundo». Por lo tanto, como podrán apreciar, los errores ajenos superan a los méritos propios. Y a raíz de esto, Jay Monahan debe agarrar la lapicera. Es que la realidad golfística establece que EL CAMBIO LLEGÓ… ¿PARA QUEDARSE?

Matías Miguel Torge
Handicap 54
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