LIV Golf Portland: una experiencia que toma identidad propia.
¿Hay cosas por mejorar? Hay cosas por mejorar. Creemos que el anunciar un jugador nuevo, en el medio del último día de competencia, es un claro error: se desvía el foco, de manera inconsciente. Por otro lado, si bien se mejoró en el hecho de imponer un leaderboard en la página, habría que hacerle ciertos ajustes a la manera de presentar el score (consideramos que sería ideal que el marcador de cada jugador se muestre de manera acumulativa). Y hay ciertas preguntas que fueron hechas con la intención de generar un momento ridículo, por cómicos (me refiero a la conferencia de prensa de Johnson, Grace y Ortiz, el día viernes). Ahora, son detalles de los primeros 2 torneos. Sí: los primeros 2 torneos.
Realmente hay una energía distinta. No creo que esa energía sea como la Ryder Cup y la Presidents Cup, como dijo Talor Gooch (en las entrevistas post-torneo). No obstante, es otro ambiente. Es único e irrepetible. Y todos tienen su rol. Por un lado, Greg Norman (como CEO) tirando cervezas gratis a los fanáticos. Por otro lado, contamos con el robotito que tiene las bebidas hidratantes. Además, los caddies se divierten y los jugadores se sienten tratados como reyes, mostrando una soltura y un color distinto al que vemos día a día, en el PGA Tour. Y no dejemos de lado la zona de chipping y de mini putt, entre otras cosas. Es un entretenimiento en sí mismo. No digo que sea mejor/peor. Es algo original. Y las ideas originales merecen respeto. Cabe remarcar que, dentro de esa idea origina, hubo golf: golf de primer nivel.
El australiano Steve Elkington (ganador del PGA Championship de 1995 y uno de los grandes jugadores de la historia del golf) lo dijo claramente. «No se siente una exhibición». Y es lógico, lamentando que nuestra celebridad oceánica lo deba aclarar, sabiendo los comentarios que rondan a esta nueva gira. Es más: con un ambiente así, los jugadores sacaron lo mejor de sí. Y lo digo porque nunca vi a un Carlos Ortiz como el que jugó en esta semana.
Obviamente que el mexicano es capaz de estar a la altura de los mejores jugadores del mundo. De hecho, en el PGA Tour, lo ha demostrado (entre otras actuaciones) con su gran Houston Open 2020, logrando el campeonato. Sin embargo, aquí hubo otra motivación, sabiendo que no jugaba solo por él. Hubo otra motivación, sabiendo que los perjudicados eran 3 más (Ancer, García y López-Chacarra), ante cualquier paso en falso. El formato te obliga a estar al 100%, todo el tiempo. Y lo hizo.
En un momento, llegó a sacar 4 golpes de ventaja. Su arranque furioso, con 3 birdies en sus primeros cuatro hoyos, le daba un colchón que parecía necesario. Por lo tanto, era de esperar que Ortiz siga jugando con paciencia, presionando a que el resto se despierte. El tema es que eso pasó, reafirmando el nivel de competitividad del lugar: en un field destacado, como el que tenemos, nunca te podés descuidar. Muchas veces, uno deja todo lo que tiene. Aún así, consiguen superarte.
Branden Grace quería motivarse con algo. Más allá de su buena actuación en el Centurion Club (tercero en la parte individual y uno de los ganadores de la parte grupal), no le podía encontrar la vuelta a la jornada. Sin embargo, llegó al green, en el corto par 4 del 8. Desde allí, todo se fue dando vuelta.
Al birdie del hoyo 10 había que sumarle el del 13. Mientras Ortiz cuidaba los pares como si fueran oro, Grace iba envalentonado, sabiendo que Dustin Johnson no podía terminar de encontrar la chispa de esos primeros 2 días. Y el seguía y seguía, a pesar de la fuerza de sus adversarios.
Parecía que Patrick Reed se asomaba, logrando un claro birdie al 18. Es que encima le quedaba el par 5 del hoyo 1, mostrando los beneficios de las salidas simultáneas. Por suerte, para Branden Grace, eso solo ayudó para que el 4 ACES GC (compuesto por Perez, Gooch y los nombrados Johnson y Reed) se quedara con la competencia grupal. El festejo del video es entendible. Ahora, ¿por qué dijimos la palabra «parecía»?
En el hoyo 15, Grace consigue un respiro crucial. Ahora bien, empezó a cerrar puertas con un magistral chip, en el hoyo 16: uno de esos chips que se pueden ver en cualquier torneo importante del PGA Tour. Un chip que lo sintió, festejando como se debe. A todo esto le siguió un birdie en el 17, empezando a cerrar las acciones, por la parte individual.
Más allá de los 3 impactos de ventaja, Ortiz tenía una misión. Con un birdie, su equipo quedaba en tercer lugar, logrando entrar en la parte de los premios (segundo quedó el equipo que integra Branden Grace: STINGER GC. Este equipo fue campeón en Londres). Obviamente que lo pudo hacer, desatando la alegría de un Eugenio López-Chacarra eufórico, un Abraham Ancer relajado y un Sergio García contento por su equipo reformado.
Amigos: para terminar, quiero hacer referencia a los dichos de un Padraig Harrington que entendió todo lo que estamos viviendo en estos días. Más allá de no estar de acuerdo con aquellos que se fueron a LIV Golf, no tiene ningún problema en que LIV Golf exista. Y lo considera un acierto, siempre y cuando no impacte en los majors: variables en las que coincidimos y en las que la gira ya ha comentado que no incidirá. Entonces, ¿por qué no empezamos a ver que los jugadores han aportado lo mejor de sí, teniendo todas las garantías de no estar solos, disfrutando en paralelo? ¿Por qué los tratamos como algo distinto a lo que son: seres humanos que buscan ser felices, haciendo lo que les gusta? De hecho, el irlandés resume todo esto cuando se pregunta quiénes somos nosotros para juzgar la moral de los demás.
A LIV Golf NO LE FALTA NADA. Si verdaderamente uno quiere al golf, es hora de dejar los egoísmos de lado y entender que es otra alternativa para que los jugadores puedan demostrar su máximo nivel. Espero que aquellos caprichosos (que buscan generar terrenos sombríos) entiendan que así son los que más perjudican al mundo del golf. Deseo que reaccionen ante la evidente realidad.
Matías Miguel Torge
Handicap 54
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