APELANDO A UN TOQUE PRIMITIVO

Un The 150th Open que nos llevó a las bases, tanto dentro como fuera del campo.

¡Qué día tuvimos hoy! Un día que nos ha llevado a las raíces de nuestro deporte. No se necesita mucho más que coherencia (como dijo nuestro querido amigo, Hugo Costa) y sentido común.

El texto lo debemos dividir en dos ejes. En primer lugar, hemos quedado helados (aunque lo veíamos como algo previsible) cuando Sergio García mencionó que probablemente dejará de lado el DP World Tour y la Ryder Cup, ante su decisión de ir a LIV Golf.

«Yo quiero jugar donde me quieren. Y, en este momento, no me siento querido en el DP World Tour. Cuando Thomas Bjorn viene, en el BMW International, y nos dice (no específicamente a Sergio. El danés nos desmintió que ha hablado con el español, ante un tweet mal expresado por nosotros) que aquí no queremos a ninguno, no es bonito. Yo ya tengo una edad para tener que estar aguantando tonterías así. Tengo lo que tengo, estoy muy contento de ello y trataré de disfrutarlo al máximo. Jugaré menos, estaré más en casa. Si no jugaré majors, no jugaré majors. Sinceramente, no me importa mucho. Me da un poco de pena por la Ryder Cup, aunque no estoy jugando como para estar allí. Tenemos lo que tenemos y jugaremos donde nos quieren. Y los demás: que hagan lo que deseen».

Ante esto, Jon Rahm volvió a actuar con sensatez, como nos tiene acostumbrados, desde que asumió los puestos de vanguardia del golf mundial.

«Entiendo las razones por la cual hay golfistas que van a LIV Golf. Y es una pena que tengan que renunciar a sus estados del PGA Tour y el DP World Tour. Cuando Sergio (García) sabe muy bien que le ha dedicado su vida al DP World Tour, con 25 años de profesional, no me parece bien que le den la espalda. Y es lo que hay. Pero no es decisión mía. Ahora, me duele que él tenga que tomar esta decisión. Y también me da pena porque sé que él quería jugar en España, con el Open de nuestro país y en Valderrama. Es que, con esto, no podrá. Y que no pueda disputar la Ryder Cup, me jode. Es que el evento que da mayor publicidad al golf, por todo el mundo, es la misma Ryder Cup. Que por esta tontería haya jugadores como él, que no puedan jugar, me enfada un poco más. La Ryder Cup es la razón por la cual mi familia y yo empezaron a jugar al golf. Y es la razón por la cual muchos empezaron a jugar al golf. Y que, por lo que estamos pasando, el mejor jugador que ha tenido Europa no pueda jugar, me parece difícil de entender y procesar. Ahora, él hace lo que es lo mejor para él. Y si los demás tours no cooperan, es lo que hay».

Además, Rahm agregó que «los jugadores que van a LIV Golf no están dando la espalda. Están yendo a otra oportunidad, porque hay más dinero. Pero es otra oportunidad. Por lo tanto, me encantaría que Monahan, Pelley, Norman y quien sea se sentasen y, de alguna manera, encuentren un modelo de golf en el que puedan coexistir. Es que, por mucho que la gente piense, LIV Golf no se va a ir a ningún lado. Esto acaba de empezar. Espero que no haya más peleas».

¿Por qué copiamos todo textualmente? Es que las cosas están más que claras. El sueco Henrik Stenson, uno de los capitanes del icónico evento bienal, pareciera ser el próximo jugador que dará el salto, según nuestra información (sería confirmado esta semana). Si a lo que sabemos le sumamos que el ganador del último major del año también está entre los convocados para ser parte de LIV Golf, ¿no es ya necesario un verdadero consenso, de manera urgente? ¿Qué están esperando? Queda a la vista que, por la soberbia de los principales organismos mundiales (PGA Tour/DP World Tour y R&A, entre otros), las competencias golfísticas se están desvirtuando. De hecho, tuvimos que mencionar esto porque no lo podemos dejar de incluir en el análisis.

Amigos: como lo dicho anteriormente salió en el medio de la última ronda, pareciera que lo que hizo Cameron Smith ha perdido valor. Y, la verdad, fue el mejor de todos. Sí: también mejor que un Rory McIlroy que realmente no hizo lo que tenía que hacer, al llegar a la ronda final. Y hay que reconocerlo, porque esa fue la realidad. Si bien conozco el gran fanatismo que hay por el norirlandés, creería que lo subestimaría como lector, si no digo esto.

Es que el ex N°1 contó con 2 golpes de ventaja, quedando 8 hoyos por jugar. Encima no erró ningún green. ¡Y no hizo ningún bogey! Ahora, sus ¡36 putts! son la principal causa de su tercer puesto, en este evento. Se dejó estar. Subestimó al destino de nuestra actividad: pecado imperdonable para alguien que era «el gran candidato» a llevarse el torneo. «Tendré otras oportunidades de ganar majors», declaró al finalizar el día. No obstante, lo que pasó hoy es algo que él podría haber evitado. Fíjense que el video compartido anteriormente es el único de los highlights que podemos rescatar. Nunca entendió que la configuración del campo obligaba a concretar la mayor cantidad de situaciones posibles.

Por lo tanto, Cameron Smith pudo demostrar por qué es uno de los mejores jugadores del año y del mundo. No pegó todo lo bien que él consideraba. Ahora, confió en su mejor arma: el putter. Es que era lo que necesitaba. Y lo exprimió al máximo. Sus 5 birdies consecutivos, entre el 10 y el 14, hablan por sí solos. Además, cuando se comprometió en el mítico Road Hole (Hoyo 17), supo salir de la misma manera, siendo creativo con su varita mágica.

No podemos agregar mucho más, debido a la contundencia de sus acciones: 64 golpes (ronda más baja del torneo, en esta sede), 30 en la vuelta y menor cantidad de impactos para un The Open, en St. Andrews. A su vez, pasa a ser el cuarto jugador en llegar a -20, en un major (el último en hacerlo: el Masters 2020, ganado por Dustin Johnson). Y su proeza nos permite tener 4 ganadores de los reconocidos torneos grandes, por debajo de los 30 años: primera vez en la historia. Los libros merecen tener su nombre.

¿Por qué no dijimos nada de Cameron Young y Viktor Hovland? Si McIlroy estuvo apagado, podríamos comentar que el noruego fue una sombra de lo que vimos en los primeros 3 días, haciendo 74 golpes. Por el lado del americano, tuvo errores típicos de su falta de experiencia, con ese corto putt errado, en el hoyo 1. Si bien tuvo un gran final (terminó con un águila), quedó a 1 golpe de disputar un playoff. De cualquier manera, demostró que está para grandes cosas.

Espero que, luego de todo lo que hemos contado, nos demos cuenta que no tiene sentido dar muchas vueltas ante una realidad tan transparente. Tal es así que la actualidad, APELANDO A UN TOQUE PRIMITIVO, nos desnuda nuestras deficiencias, mostrando que los dioses del golf saben cuándo hablar. Y de qué manera.

Matías Miguel Torge

Handicap 54

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