El LIV Golf Boston y un futuro que ilusiona, siempre y cuando se logre detectar los puntos claves de evolución.
He estado unos días alejado de todo, por razones de público conocimiento. Pero nos imaginábamos que lo que ha pasado tenía MUCHAS chances de que ocurriese, tarde o temprano. De a poquito, algunas cosas empiezan a tomar su rumbo habitual.
Ganó Dustin Johnson, en el primer playoff de la historia de esta serie de eventos. Ahora bien, para llegar ahí, tuvimos que convivir con un proceso que va tomando forma. Un proceso que ha dejado conclusiones muy interesantes. Veamos:
1- No hay que tener miedo al golf que representa distintos sectores mundiales: fíjense cómo los jugadores internacionales han tenido un nivel respetable, al entrar a LIV Golf. Por un lado, contamos con un Anirban Lahiri que hizo gala de su pegada y sus habilidades para salir de situaciones complicadas (pocos putts, siendo el tercero de la lista).
Por otra parte, Joaquín Niemann estuvo a la altura de lo que se esperaba de él. Fue el que más greens acertó, durante toda la semana. ¡Y les puedo asegurar que el seguimiento de ambos, en cada país, ha sido el adecuado! Es cuestión de animarse a continuar destacando este aspecto, desde la parte organizativa.
2- La competencia es constante: el americano Sihwan Kim, con sus 87 golpes, parecía perdido. El olvidable día viernes lo podía haber forzado a retirarse, si contamos un día normal. Sin embargo, con el formato por equipos, el americano supo salir con total soltura: 63 golpes, logrando que su conjunto (los Iron Heads GC) quede cuarto, sumando puntos importantes para la final, en el Trump Doral.
Ah, y me gustaría destacar la irrupción del jordano Shergo Kurdi, quien no tiene nada que envidiarle al resto de sus contrincantes. El representante de Oriente Medio (primero en pasar un corte del DP World Tour) terminó en el puesto N°35, con una gran ronda final de 66 golpes. Nada para reprocharle.
3- El nivel es de excelencia: nadie se guardó nada. Cameron Smith no se relajó en la ronda final, haciendo 63 golpes y pegándole sustos a más de uno. Otro que no se vio perdido fue un Lee Westwood que mostró que su talento sigue siendo el mismo de siempre, más allá de su edad: 62 impactos y también quedó a uno. Ambos no pudieron ante el coraje de un Dustin Johnson que sigue teniendo un pulso abrumador, cuando «las papas queman». Su putt, en el único capítulo del desempate, habló por sí solo. Y el dato de color fue un Matthew Wolff que hizo el primer «hoyo en uno» de la historia del torneo.
Lo que vimos este año va en tendencia hacia lo creciente. El próximo paso para LIV Golf será el hecho de realizar los ajustes necesarios, buscando la mayor excelencia posible. Como todo proyecto con gran potencial y crecimiento, siempre hay cosas para ir puliendo e ir mejorando. Por lo tanto, si los equipos pasan a tener mayor cantidad de aspectos en común (ejemplo: agrupados por nacionalidad/región), quizás se logra que el dominio de los 4 Aces (que ganaron el evento por tercera semana consecutiva) sea más difícil de mantener, consiguiendo aún más emoción. A su vez, lo relacionado a los puntos del ranking mundial es el eje central para que esta nueva serie de torneos perdure en el tiempo: algo que no depende de ellos y un trámite que se puede «agilizar», con medidas como la ampliación de participantes y la posibilidad de un corte clasificatorio, en medio de los torneos. Para eso, no dejemos de tomar como referencia (y esto NO QUIERE DECIR que se copie al 100%) a las Aramco Series. Tal es así que son lo que son por, entre otras cosas, ordenar la competencia grupal para los primeros dos días (con más cantidad de participantes) y dejar un field final, en la última jornada. Como podrán apreciar, el debate es amplio y duradero, entendiendo la complejidad del tema y los distintos actores intervinientes.
LIV Golf, si sigue en este camino, puede llegar muy lejos. ¡MÚSICA, MAESTRO! El show continúa.
Desde Alicante, en una cobertura especial.
Matías Miguel Torge
Handicap 54
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