Rory McIlroy, Greg Norman, Jay Monahan y el interminable combate por ser el mayor generador de influencias, en el mundo del golf.
Las opiniones que pueden sumar, por más que traigan razones ciertas, deben contener la mayor claridad posible. Y esa claridad también depende del contexto. Por lo tanto, en situaciones tan complejas, cada palabra debe ser medida con absoluto cuidado. Por eso también me enojo cuando Rory McIlroy toma un camino combativo. Es que todos estamos cansados de esta división, que no sirve para nada. También estamos cansados de tener que explicar cada detalle de lo que se vive, en un ambiente fogoneado por cada uno de los protagonistas principales de este conflicto. Estamos cada vez más cerca de que el golf se coma a sí mismo. Y las palabras vacías de contenido no sirven.
Me molesta MUCHO cuando se usan argumentos verdaderos para generar cierta parcialidad. Y aclaro que entiendo (no la comparto) la bronca que tiene McIlroy sobre Greg Norman. Y también entiendo (en algunos casos, creo que tiene razón. En otros, no) la bronca que tiene Norman sobre McIlroy y sobre el PGA Tour. Con todo respeto, son 2 «patrones de estancia» a los que no le gustan ser expuestos. Y algunas rencillas fueron divertidas, cuando se hablaban sobre «las semanas como N°1 del mundo» y se generaban distintos tópicos de conversación al respecto. Ahora, esto fue más allá. Y cualquier grieta que se profundice pareciera que complica severamente a un retorno calmo. Es que es muy difícil lograr que un papel esté completamente liso, luego de que se arrugó como un bollo.
Greg Norman, por más que lo que diga sea cierto o no, no puede decir (sabiendo el momento particular que estamos viviendo), por ejemplo, que Rory, Tiger Woods y el PGA Tour deben estar agradecidos por lo que ha hecho LIV Golf. ¿Esperaba que McIlroy le responda con una alfombra roja? Fíjense cómo esto tapó, entre otras cosas, el hecho que se esté pensando en un Monday Qualifier para la nueva gira, como estuvo comentando Ryan French (de FirePit Collective). Y no se le puede vivir echando la culpa de todo a los medios y nunca mirar hacia el ombligo propio. La organización de LIV Golf tiene que hacerse responsable de que le encanta jugar a este juego, dando información parcial… ¡de manera constante! Por lo tanto, es lógico que se genere todo este ruido mediático. Ahora, si LIV Golf pasa a ser conocido por las polémicas y los dichos de unos contra otros, es muy difícil que este proyecto tenga seriedad. Y la seriedad (representada, entre otras cosas, por los puntos del OWGR) se gana con el tiempo y con un trabajo FIRME. Encima, si se analiza con todos los detalles (dentro de lo estrictamente golfístico), estamos hablando de un proyecto muy ambicioso e interesante. Un proyecto que puede ser global, si allí incluimos a las International Series (con un talento que va en ascenso, poco aprovechado) y a las Aramco Series (que han marcado un punto de inflexión, en el golf femenino). Un proyecto que se está estableciendo y tiene sus acciones positivas. Un proyecto que, por esa misma razón, necesita una comunicación TOTALMENTE enfocada a su contenido.
Si a esto le sumamos que Rory McIlroy (como muchos jugadores) es uno de los golfistas que más está ofendido por las demandas de LIV Golf contra el PGA Tour y el DP World Tour, es de manual que el norirlandés diga que el CEO australiano deba dejar la nueva gira y los litigios se terminen, para llegar a una «paz golfística». ¿Y saben qué? Algo de sentido común tiene… siempre y cuando también se tenga en cuenta que la partida de Jay Monahan debe entrar en esta ecuación. Es que su intransigencia fue otra de las razones por la que tenemos esta realidad. McIlroy dijo hoy que «hay muchas cosas por las que la gente juega golf y hace su trabajo. No se trata solo de dinero». Si verdaderamente siente eso (que no lo dudo), debería hacer todo lo posible para que esto de los «Elevated Events» sea la excusa perfecta para empezar a tener más torneos híbridos (entre el PGA Tour y el DP World Tour) y para que lo que importe sea «el honor» de ir por un evento nacional, por dar una razón. ¿Se dan cuenta cómo se señala con la mano izquierda y se saluda con la mano derecha?
Para ponerle un moño al día, McIlroy dijo que las enormes diferencias de la puntuación para cada evento del ranking mundial es justa, haciendo referencia a la limitación del field europeo (los mejores del año, en la gira), en comparación con el field completo del pobre RSM Classic. ¡Y es verdad que la posición de los jugadores determina la puntuación nombrada! El tema es que eso también determina el poco apoyo de los mejores golfistas del mundo al DP World Tour. ¿Por qué McIlroy no repasó la diferencia de puntos entre el Fortinet Championship y el Italian Open (eventos que se disputaban en la misma semana), que contaba con él y Matthew Fitzpatrick? Todo eso hace que las pocas ideas que comentó (y se pueden tener en cuenta) queden desdibujadas por la excesiva necesidad de darle un sentido binario a todo.
Si queremos un 2023 tranquilo, debe haber una URGENTE LIMPIEZA. Cada parte debe preocuparse de lo suyo. Sí: cada parte también puede hacer lo posible por negociar. Por ahora, pedimos lo más básico.
Matías Miguel Torge
Handicap 54
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