MIREMOS LA ESENCIA

El mundo del golf femenino y otra semana en donde la calidad golfística nos obliga a que nuestras mentes se abran.

Quizás, estoy diciendo una serie de obviedades. Ahora, teniendo en cuenta el ambiente caótico e insoportable en el que vivimos (dentro del mundo del golf), es necesario ahondar en estas cuestiones. Es que, de repente, aparecen «moralistas part-time», que se indignan… ¡porque las jugadoras no fueron a la cena del sponsor final del año! Un error corregible y que no merecía más trato que lo que era. ¿Se dan cuenta hasta qué límite llegamos? ¿No es hora de tratar de dar a conocer (aún más) la calidad de jugadoras con las que contamos, dentro del mundo del golf?

Gaby López y su caddie, en el hoyo 3, durante la primera ronda del CME Group Tour Championship. El evento fue disputado en el Tiburon Golf Club (Naples, Florida. Foto de Michael Reaves/Getty Images).

En primer lugar, había 2 millones de dólares en juego: el cheque más alto para el golf femenino, detrás de los majors. Por otro lado, estaba el honor de terminar como la mejor golfista de la temporada. Por lo tanto, cada una de sus integrantes logró llevar la competencia al máximo nivel. Y allí, entre otras jugadoras, contamos con nuestra querida Gaby López. Más allá de un fallido final (terminó en la posición N°58), nuestra representante tuvo un año que lo sacó adelante, superando lesiones y con un nuevo caddie, entendiendo lo difícil que es ese proceso. Derribó sus adversidades, con una nueva victoria más (Dana Open 2022) y 2 «Top 5», por nombrar sus logros más destacados. Estoy seguro que todo se valorará, cuando empiece la etapa de los balances. ¡Y ganar, más en esta gira, no es cosa de todos los días! El mejor ejemplo es la protagonista principal de este evento.

El nombre de Lydia Ko es uno de los más habituales de escuchar, cuando entramos al LPGA. Antes, obviamente, surgía por todos los récords que alcanzaba, gracias a su juventud y su talento. Ahora, aparte de ser una pequeña leyenda consagrada, también se la reconoce por su ética laboral. Y esta virtud, sabiendo el descarnizado nivel del tour, hace que una victoria así cuente con más brillo. Esto se destaca mayormente, si tenemos en cuenta que la neozelandesa tiene pensado jugar hasta los 30 años. ¡Y podría achicar el plazo, si consigue los puntos que le faltan para llegar al Salón de la Fama de la LPGA! Para que no se asusten, esto no implica dejar como prioridad a los Juegos Olímpicos de París 2024. Ahora, faltan 2 puntos para llegar a esos 27: la llave para alcanzar la «tierra prometida». Y esas 2 unidades pueden venir con 2 triunfos más o un major. Hay que disfrutar el espectáculo que nos brinda, día tras día.

Lo más loco es que se habían complicado las cosas, luego de los primeros dos días. La irlandesa Leona Maguire (figura de la última Solheim Cup. Seguramente, también hablaremos más de ella, con el correr del tiempo) la había igualado en la punta, con 18 hoyos por jugar. Sin embargo, Lydia Ko resolvió todo con absoluta sencillez. Las condiciones eran ventosas y lluviosas (esto último, por momentos). Tal es así que la neozelandesa sufrió durante los primeros 7 hoyos. Sin embargo, el birdie del 8 le daba un cierto aire. Luego, a pesar del bogey del 14, sacó 2 birdies claves, de manera consecutiva y en los hoyos 16 y 17. Pegó, en el momento justo. Nada para objetarle. Se llevó el CME Group Tour Championship, con todos los honores.

Las mencionadas condiciones ventosas y lluviosas también estuvieron en la segunda etapa de la Q-School. Cabe remarcar que solo 11 jugadoras bajaron el par… ¡de 170! Y el caso más doloroso es el de nuestra querida Fernanda Lira. La mexicana cometió 2 bogeys, en los últimos 3 hoyos. Más allá de eso, hay que reconocer el ENORME esfuerzo que hizo en este año. Un esfuerzo que también me constó que estuvo en María Balcazar, Regina Plasencia, Ingrid Gutiérrez Núñez, Ana Paula Valdés (mexicanas), Laura Restrepo (Panamá) y María Bohorquez (Colombia). Un esfuerzo que también generó la querida Alessandra Fanali: la italiana es una chica que no para de trabajar y generarse oportunidades, más allá de este resultado. Un esfuerzo que dio sus frutos, en el caso de la colombiana Valery Plata, la mexicana Isabella Fierro y la española Luna Sobrón. ¿Se dan cuenta de las enormes historias que tenemos en una de las series clasificatorias más duras de nuestro planeta?

El día que MIREMOS LA ESENCIA, en el mundo del golf femenino, nos vamos a dar cuenta el tiempo que perdimos en tonterías (como la que salió en Golf Digest, el día de hoy y luego de haber escrito este artículo. No la comparto por una cuestión de buen gusto). Cada una de estas chicas se ganó su lugar. Merecen nuestro respeto y nuestra atención. La mayoría de ellas son ejemplos de inspiración. No se cansan de demostrarlo.

Matías Miguel Torge

Handicap 54

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