Lo que más nos ha llamado la atención, en esta Q-Series del LPGA.
Como han estado informados, cuestiones personales me han obligado a demorar este artículo. Y digo esto porque la Q-Series del LPGA, compuesta de 8 rondas, es una de las competencias más apasionantes. Es más, si analizamos una de las pocas modificaciones positivas del PGA Tour, debemos hablar de la acción de rearmar una Q-School propia. Ahora, el drama que se vive es único, irrepetible e intrigante. No obstante, las Q-Series reflejan la realidad de muchas jugadoras, con una crudeza que intimida.
Y antes que nada, hay que hacer una aclaración no contemplada. Si bien las mejores 45 (y empates) entran a tener status del LPGA, el estado del puesto 1 al 20 no es el mismo que el de los puestos 21 al 45. De hecho, en el segundo de los casos, las jugadoras están obligadas a buenas actuaciones… ¡si es que no quieren transitar por los Monday Qualifiers! En conclusión, si el status es del puesto 21 al 45, lo que parece una buena noticia se puede transformar en una pesadilla. Una mala semana puede cambiar el esfuerzo de muchos años.

Dicho esto, me gustaría describir las historias que considero que merecen su desarrollo, sin desmerecer a ninguna de las 46 jugadoras clasificadas para el LPGA. Y me gustaría empezar por una Valery Plata que ha dado una muestra brutal de carácter. Ya no es más esa jugadora que llegó a semifinales del US Women’s Amateur 2020. Ya no es más esa jugadora que ganó el primer Women’s Amateur Latin America, con un perfil bajo y sereno. Ya no es más esa jugadora que vivía sus primeras experiencias en majors, bajo la atenta mirada (y la GRAN ayuda) de nuestra querida Mariajo Uribe. Ojo: no perdió su humildad. Tal es así que, en estos días, tenía que rendir exámenes de la universidad. ¡Y se pudo dividir sus tiempos, a la perfección! T-3 y el mejor status disponible.

Por otra parte, admiro la resiliencia de la querida Luna Sobrón Galmes. Más allá de su palmarés en el amateurismo, nunca dejó de luchar. Se la rebusca, sigue entrenando y sigue dejando todo de sí. Esos 8 hoyos de playoff en Lerma (en referencia a su tercera victoria en el LET Access, a fines del 2020) tienen el mismo ADN que su lucha por clasificar al US Women’s Open 2021. Es paciente. Una paciencia que aprendió a forjar, luego del crecimiento meteórico, en sus primeros años como profesional. Definitivamente, la mallorquina tiene un futuro interesante por delante, en estos próximos meses y con esta categoría al 100%.

Hablando de personas que dejan una huella, nos podemos dejar pasar de lado lo hecho por la querida Ines Laklalech. Ines Laklalech es oriunda de un Marruecos que está siendo famoso, por sus actuaciones en la FIFA World Cup 2022. De hecho, ella misma siente una inspiración allí y dijo que su selección «le dio un impulso adicional, en el campo». ¡Hasta se motivó con las palabras del entrenador del equipo, Walid Regragui, en la conferencia de prensa! Ahora, ella ha logrado también su parte.
En el Lacoste Ladies Open de France, perteneciente al circuito europeo, fue la primera golfista marroquí, árabe y oriunda de África del Norte en ganar en el Ladies European Tour. Esos mismos logros también contarán para el LPGA. Ines Laklalech emociona. También tendrá tarjeta completa.

Ahora, debemos entrar en terrenos de status parcial. Cabe remarcar que tan solo 2 golpes separaron a la querida Sofía García (quedó T-24) de esa conquista. De cualquier manera, tuvo una actuación sobresaliente y también tendrá su lugar, dentro del LPGA. Y la verdad que es admirable la ética de trabajo de esta chica. No descansa. Y tampoco alardea sobre eso. ¿Se acuerdan cuando la entrevistamos? Bueno, ella nos comentaba que «el sueño del profesionalismo pasaba a ser un plan/una estrategia». Es que sin la planificación, en este deporte, las cuestiones se hacen más difíciles (variable que destacaba la nombrada Mariajo Uribe, cuando también charlamos con ella). Era una cuestión de tiempo.

Por último, obviamente no puedo dejar de hablar de una Magdalena Simmermacher que se ha transformado en un enigma, para mí. Sería hipócrita si no le diría que me puso muy feliz verla lograr su sueño de estar en el LPGA, habiendo seguido toda su carrera y dándole su importancia, desde ese entonces. Ahora, su actualidad me desorienta, enormemente. Y creemos que esa actualidad tan irregular está ligada, entre otras cosas, a las consecuencias que trajo la separación con su caddie: Santiago Simmermacher (su hermano). Y no se crean que para este medio es grato decir esto. Ahora, no buscamos la popularidad fácil, por más que nos pudiera convenir. Buscamos la credibilidad y el análisis riguroso de las cosas, para una mejor información. De hecho, muchos confunden que la separación caddie/jugador es un tema personal y no se debería hablar: frase con la que no estoy de acuerdo. Si uno no toca temas de relaciones internas (algo que nosotros no hicimos, cuando dimos esta información) la separación caddie/jugador es un tema netamente golfístico, que permite explicar lo que está pasando con la/el protagonista en cuestión (Will Zalatoris fue el ejemplo más reciente, en este asunto. Lydia Ko, en sus primeros años, es otro caso claro). Es más, propongo que veamos lo que ha pasado en el 2022, con la argentina:
Antes del Estrella Damm Ladies Open 2022 (torneo en donde empieza a surgir la separación comentada):
- 14 torneos disputados (solo contando la modalidad individual, en los Aramco Series).
- 6 «Top 10» (5 de ellos, de manera consecutiva).
- Solo 2 cortes fallados.
Desde ese Estrella Damm Ladies Open 2022:
- 12 torneos disputados.
- 2 «Top 10» (uno de ellos: el mismo Estrella Damm Ladies Open. El otro fue un décimo puesto, en el Lacoste Ladies Open de France).
- 4 cortes fallados (de manera consecutiva, luego del torneo español mencionado).
En el Andalucía Open de España (torneo final de la gira del Ladies European Tour, en 2022), Simmermacher quedó en la posición N°70, entre las 75 jugadoras que disputaron el evento. No llegaba bien. Y se notó. Tal es así que, en el primer corte de la Q-Series (70 mejores y empates), clasificó gracias a una buena actuación… en el día final. Luego, en esta semana que pasó, ese T-38 vino también por un último día productivo. Todo costó mucho más de lo pensado.

Ahora, de más está decir que Magdalena Simmermacher ha conseguido su objetivo. Eso está en su patrimonio, siendo meritorio. Si a todos nos hubieran dicho que pasaría esto, antes de que comience el 2022, hubiéramos firmado. Por fin vemos a otra argentina en el LPGA, luego de las experiencias de la querida Victoria Tanco. Ahora, las formas también son importantes. Y creemos que la argentina está aquí por esa primera parte de la gira europea. Por lo tanto, si no fuera por este ciclotímico proceso, las garantías sobre su futuro serían otras. Por eso, la exigencia de buenos resultados será primordial, sabiendo que deberá ir creciendo su status parcial: «un arma de doble filo». Por lo tanto, deseamos que ojalá tampoco deje de lado el Ladies European Tour, corriendo riesgos innecesarios. ¿Y esto será un punto de inflexión? El tiempo lo dirá. Dependerá de qué versión de esta Magdalena Simmermacher camaleónica nos encontraremos. Para colmo, es cada vez más difícil acceder a su entorno, para encontrar tendencias. Ojalá, pueda realizar un necesario «viaje al pasado» y encuentre lo indispensable para seguir creciendo. Lo deseo, de todo corazón.
Esta Q-Series dejó PURA PASIÓN, PURAS COSECHAS Y PURAS INCÓGNITAS. Veremos cómo seguirá todo, en el 2023.

Matías Miguel Torge
Handicap 54
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