JON RAHM: OTRA MUESTRA DE AUTORIDAD

El PGA Tour y un puntapié inicial interesante, de cara a lo que imaginamos en este año.

No estaba en los planes. Ahora, nuestro deporte vuelve a generar un caos, una vez más. El tema es que también tuvimos una pequeña foto de lo que nos espera en este 2023.

Era la primera prueba de fuego para el PGA Tour, en el debut de los «Eventos Elevados». Y la verdad es que fue una prueba pasada con éxito, más alla de la ausencia del N°1 del mundo (el norirlandés Rory McIlroy). Tal es así que, a pesar del field limitado (campeones del 2022 y aquellos que terminaron en los Top 30 de la FedEx Cup, participando del Tour Championship) y las facilidades que otorga la Plantation Couse del complejo hawaiano de Kapalua, tuvimos un gran nivel de golf. Y tuvimos emoción hasta el final. Esto, entre otros factores, también se pudo lograr por una buena transmisión. Es que hay que destacar que la transmisión estuvo medianamente acorde, teniendo en cuenta a las circunstancias vividas. Más allá de algunos errores, se aportaron buenas tomas panorámicas (en especial, con el uso de drones), que permitieron comprender mejor a la capacidad de los mejores jugadores del mundo. A su vez, el no tener cortes comerciales en la última hora fue clave para entender el contexto en el que estamos viviendo: un contexto que trabajó como un balde de agua fría… para Collin Morikawa.

No nos cansamos de elogiarlo, durante los primeros tres días. Es que el mismo lo reconocía. Consiguió sumar a Parker McLachin (profesor especialista de juego corto) y al destacado Stephen Sweeney (entrenador especializado en el putt), dentro de su equipo de trabajo. “Ahora sé lo que se está haciendo bien. Y ahora también sé cuál fue el error, en los momentos en que sucede. Eso es lo más grande”. La idea de lo que pasaba era clara. De hecho, se mantuvo sin bogeys, durante los primeros tres días. ¡Y eso terminó durando 67 hoyos! Creo que con lo dicho, es fácil darse cuenta de que, mas allá de algún que otro «accidente golfístico», estaba en completo control de sus emociones. Es que no había mucho más para decir. 6 impactos de ventaja, al empezar este día domingo, siendo la ventaja más amplia para este evento, desde que se juega en este campo. Una ventaja que llegó a ser de 7 impactos, al segundo lugar. Y una diferencia que, con el protagonista principal de esta historia, llegó a ¡9 golpes!

Encima, en caminos paralelos, teníamos a un Jon Rahm un poco contrariado. Al terminar el día viernes, se podía ver un fastidio lógico, porque las cosas no le salían como él quería. Encima, el torneo le venía jugando bromas de mal gusto. Esto lo decimos por su segundo lugar del año pasado (también tuvo uno en 2018), en donde hizo un score total de -33 y perdio por uno, contra el recordado Cameron Smith. Y esto también lo decimos por su comienzo aquí: su bogey inicial (hoyo 1) hacía que apareciera la mencionada ventaja de 9 golpes. Ahora, el peor error que cualquiera de sus rivales puede cometer es el dejarle una ventana abierta al oriundo de Barrika. En donde acelera la marcha, es una aplanadora.

«Si me hubieras dicho, luego de ese bogey inicial, que iba a llegar aquí, no sabía si te tenía que creer». Jon Rahm era consciente del largo tramo que debía recorrer. Para colmo, la factibilidad del campo hacía que las cosas se presentaran de otra manera para Collin Morikawa. El tema es que el N°11 del mundo empezó a sentir la responsabilidad, en el momento menos indicado. El legendario Peter Kostis (analista e instructor estadounidense. A su vez, fue uno de los comunicadores más famosos del mundo del golf, con sus opiniones sobre distintos movimientos de los jugadores, auspiciadas por «Konica Minolta») fue contundente, ayudándonos a entender lo que estaba pasando. «Los cambios de swing no están completos hasta que se vuelven instintivos. Y solo pueden ser instintivos cuando son naturales, bajo presión».

«Cuando fallé ese putt para par». Esa fue la respuesta de Morikawa, cuando respondió sobre cuándo había empezado a perder el torneo. Se refería al corto par 4 del hoyo 14, uno de los lugares más accesibles del campo. Su pelota había quedado en un bunker, a 25 yardas de la bandera. La pelota avanzó el doble y el bogey cayó por decantación. El tema es que también falló por el lado equivocado, en el par 5 del 15 (para colmo, su tercer tiro fue un chip mal ejecutado, entendiendo la situación psicológica que se vivía) y en el 16. Sus tres primeros bogeys, en el instante más inoportuno. Es lógico que el americano sienta que vivió «la mayor decepción, en su etapa como profesional».

«Después del bogey del 1, me concentré en hacer tiros de calidad. Y el putt del 4 fue muy importante para empezarme a poner en marcha. Obviamente, todo cambió cuando tuve esa seguidilla, con el 12, el 13, el 14 y el putt para águila, en el hoyo 15. Allí me metí en el núcleo de las cosas y nunca pensé en que, cuando tuve el tercer tiro del hoyo 17, iba a tener un golpe de ventaja. En ese momento, tuve que cambiar la mentalidad de perseguir y buscar birdies, pensando en el par y en un birdie, al hoyo 18, con la intención de tener la mejor oportunidad posible». Este fue el resumen de la ronda, según el mismo Jon Rahm. No hay necesidad de agregar mucho más. 63 golpes y 2 impactos de ventaja. Ha leído todo lo que fue pidiendo la situación, con el correr de los minutos.

«Si no hubieran cambiado los puntos del ranking mundial, habría estado bastante cerca de la cima del Ranking Mundial, en este momento. En este punto, estoy pensando: ¿pasaré a Patrick Cantlay? Porque, desde los playoffs, no me he perdido un top 7. He ganado tres veces y ni me acerco a él. Así que estoy tratando de entender lo que está pasando. Pero, en mi mente, siento que he sido el mejor jugador del mundo, desde agosto. Y siento (y creo) que muchos de nosotros deberíamos sentir que muchas veces somos los mejores». Aparte de su mensaje, inspirándose en el Ranking Mundial, hay una forma de encarar las cosas, que nos da razones para no subestimar nunca a Jon Rahm.

La mayor remontada de la historia del torneo (igualando a lo hecho por Gary Player, en 1978. Por otro lado, Collin Morikawa también igualó la mayor ventaja desperdiciada, luego de 54 hoyos y dentro de un torneo del PGA Tour), sin lugar a dudas. Recuerden que había arrancado a 7. Y, en un momento, llegó a estar a 9. No quedó afectado. Jon Rahm consiguió su octava victoria en el PGA Tour, igualando las que tiene en el circuito europeo. Dio OTRA MUESTRA DE AUTORIDAD. Nunca hay que sacarle la atención.

Matías Miguel Torge

Handicap 54

PD: agradecemos a la gente de prensa del PGA Tour, quienes nos ayudaron con el material. Foto de portada: Getty Images.

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