DEJAR DE ROBAR POR DOS AÑOS

El mundo del golf profesional, hundiéndose en mezquindades. La lucha de poder constante, ¿que está fagocitando a nuestro deporte? La frustración de estar en medio de un ambiente tóxico.

Realmente es escandaloso lo que estamos viviendo. En estos últimos días, estamos superando el límite de lo racional, entrando en una “guerra” de unos pocos, cargada de actitudes repugnantes, cargada de hipocresía y cargada de violencia. Como dije por redes sociales, necesitaba calmarme un poco. Es que no podía creer lo que estaba viendo. Es muy frustrante ver que se dejó de lado el golf en sí, con la intención de meternos en una lucha de poder y egos, claramente desagradable.

El día de ayer, Rex Hoggard (corresponsal de Golf Channel) confirmó que hay una nueva «regla» (por llamarlo de alguna manera), en donde “cualquier jugador que haya participado en un torneo «NO AUTORIZADO» NO ES ELEGIBLE para competir en ningún evento sancionado por el PGA Tour, por un período de un año”. Los eventos «NO AUTORIZADOS», a su vez, son aquellas competencias en las que el comisionado ha negado el permiso para disputarlas o ha indicado que negaría todos los permisos para las mismas, porque se llevarían a cabo en América del Norte.

Esta nueva regulación se aplica a los eventos del PGA Tour, a los eventos clasificatorios (Monday Qualifiers), al Korn Ferry Tour y a la Q-School. A su vez, los jugadores afectados serían los no miembros de la gira estadounidense. Por lo tanto, si bien no hay mayores aclaraciones sobre el tema, esto significaría que jugadores como el español Eugenio López-Chacarra, el español David Puig, el joven tailandés Ratchanon Chantananuwat (amateur), el americano Andy Ogletree… ¡hasta el querido Pablo Larrazábal, compatriota de los dos primeros jugadores, entraría aquí! ¿Se dan cuenta de lo que estamos hablando?

Discriminatorio, desmedido e irresponsable. Por más que uno no esté de acuerdo, puedo llegar a entender la acción de sancionar a los golfistas que decidieron pegar el salto (siempre sostuve, desde un principio, que la mejor solución era permitir que los jugadores en cuestión puedan disputar otros torneos distintos a LIV Golf, solo por invitaciones y sin derecho pleno de la tarjeta correspondiente al tour en cuestión. Ahora bien, si ese golfista quería recuperar los derechos de la gira interesada, también considerábamos que el mismo debería pasar por una Q-School correspondiente, al terminar esa temporada). Por lo tanto, esto de «sancionar por empezar la carrera en un tour que no es el propio» o «buscar una experiencia individual, por el simple hecho de ver qué se trata» es lo mismo que sancionar por el simple hecho de no aceptar lo que ofrece el PATRÓN de estancia: como no lo quieren para iniciar la carrera o no lo ven con ojos de una deidad, el PATRÓN deniega la entrada a SU casa.

Esta medida cercana a lo dictatorial se asemeja a lo que pasa con el mundo de la posibilidad de informar sobre la gira, con absoluta claridad. Tal es así que un «medio» poco profesional, que se encarga de denigrar al que piensa distinto (lo hemos sufrido en carne propia), llamado «No Laying Up», tiene la posibilidad de tener notas privilegiadas con jugadores como Jordan Spieth y Justin Thomas. A su vez, ellos serán partícipes del icónico AT&T Pebble Beach Pro-Am, mientras que otros medios (como esta página) deben hacer un esfuerzo considerable para poder conseguir una credencial y hablar con el director de algún torneo, por el simple de hecho de que la gira busca asegurarse de que las críticas «sean favorables».

Hablamos del AT&T Pebble Beach Pro-Am y… ¿por qué no se planteó al torneo como un «Evento Elevado», si muchos esquivan la fecha? De por sí, eso sería preocupante. Pero es la única solución que le encuentro a una constante falta de respeto, con el evento. Todos se jactan de «hacer crecer el golf» y desmerecen a un torneo de los más tradicionales del PGA Tour, en un lugar imponente, edición tras edición. Salvando algunas pequeñas excepciones (por ejemplo, Matthew Fitzpatrick está aquí. El inglés también estará en la TGL League, desde 2024), el torneo no genera interés para la mayoría de las figuras más importantes. Y no hay nada mejor para hacer crecer nuestro deporte, ¡con las figuras destacadas del mundo y grandes celebridades, en una de las icónicas sedes del golf! ¡El mismo Jordan Spieth lo pidió, siendo un protagonista habitual de esta cita!

Hay otra cuestión que no quiero dejar pasar, en este pésimo ambiente golfístico. Y la misma hace referencia a la actualidad del golf latino. Siguiendo lo mencionado por Telegraph Sport (y el querido James Corrigan), el colombiano Sebastián Muñoz estará en LIV Golf. Obviamente que respetamos su decisión. Ahora, lo que nos molesta es lo que rodea a esta legítima decisión.

Cabe remarcar que el caddie del colombiano es un gran amigo de los principales comunicadores latinoamericanos. Y la mayoría de estos comunicadores tienden a tener una postura «pro PGA Tour», lo cual me parece perfecto: cada uno es libre de pensar como quiera. Lo que no me parece bien es usar el poder que te da el micrófono para buscar repudiar al que piensa distinto, adaptando las opiniones a los beneficios personales. Si hay comunicadores que expresan una postura «pro PGA Tour» (queriendo tratar de tonta la gente, manifestando solo una imparcialidad desde la palabra), hay que tener el mismo coraje para mantener esa idea (E INFORMAR), con jugadores como Sebastián Muñoz, Abraham Ancer y Mito Pereira, por ejemplo. Y nombré a estos tres jugadores, por lo siguiente: es injusto que sean expuestos y «llevados al matadero», gracias a la doble moral de aquellos que expresan su fanatismo por la gira estadounidense y, en paralelo, buscan preservar negocios propios/de familiares (Ancer y Pereira participaron en la serie de Netflix, que saldrá en unos días), mirando a su propio bolsillo. ESO NO SE HACE. No se puede usar a los medios para hacer un marketing propio. Y ya tuvimos casos similares, con otros representantes latinos. Por un lado, mientras se comparten bautismos y comidas, hay jugador que es aislado del público, generando más rechazo del mismo. Por el otro, en el lado amateur, hay jugadores que tienen una cobertura especial, por «pertenecer a». En conclusión, se tratan a los representantes latinoamericanos como trofeos, por el simple beneficio de unos pocos.

¿Y LIV Golf está eximido de esta crítica? NO. Hay una clara y exasperante burocracia organizativa, en pos de alimentar cuentas que fomentan la división con el PGA Tour y el DP World Tour. Directivos importantes de la nueva serie de torneos NO ESTÁN preocupados para que el golf progrese en la región, brindando likes a usuarios violentos de Twitter. Es que, por lo menos, eso es lo que están demostrando. Miren: la plaza latinoamericana es una plaza que prioriza el golf, por sobre todas las cosas. No obstante, si nadie hace nada para que los interesados en la región tengan la información (en tiempo y forma), la difusión de lo que hacen nuestros representantes se transforma en una quimera. ¿Cómo puede ser que, a 25 días de comenzar la primera temporada completa de LIV Golf, no sepamos por dónde se transmitirá para nuestra zona? Los jugadores quedan en el medio de un show lisérgico.

Mientras tanto, el Ladies European Tour está arrancado su temporada en Kenia. El exótico Vipingo Ridge tendrá a la australiana Gabi Ruffels, la italiana Alessandra Fanali y la alemana Esther Henseleit (campeona defensora), entre otras. Por otra parte, el Augusta National Women’s Amateur ya tiene su field confirmado (atención a la italiana Carolina Melgratti, la española Cayetana Fernández y la colombiana Maria José Marín) y tendrá televisación, en todo el torneo. Como podrán ver, el talento también está por otras partes del mundo y merece su difusión. Por todo esto, es lógico que Harold Varner III (en la conferencia de prensa previa al Saudi International: torneo en el que defenderá su condición de campeón) diga que «toda esta situación se está yendo por el inodoro».

Me acordé de un sindicalista argentino, llamado Luis Barrionuevo, quien expresó una utopía. Él buscaba que la República Argentina mejore, con la siguiente frase y con mucha crudeza: «hay que DEJAR DE ROBAR POR DOS AÑOS». Aquí pedimos lo mismo, a los principales protagonistas del mundo del golf. Nos tienen que dejar de robar las ilusiones de seguir disfrutando competencias de primer nivel, con espejitos mágicos y decisiones sin sentido.

Matías Miguel Torge

Handicap 54

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