UN TEMPLO ABANDONADO Y PARA POCOS

El AT&T Pebble Beach Pro-Am: un torneo injustamente maltratado por el mundo del golf.

Tengo un amor especial por Pebble Beach (y por Cypress Point. Este club, a pesar de no estar en la rotación actual, es parte del alma del golf estadounidense, en esta parte de California). Hay que reconocerlo. Pero creo que no estoy diciendo algo muy loco, teniendo motivos más que justos. El viejo Crosby Clambake, gracias al talentoso Bing Crosby (cantante y actor estadounidense), empezó esta historia, en 1937. Allí, Sam Snead se llevó 500 dólares, ganando el torneo… ¡entre las mejores estrellas del mundo del espectáculo! El hecho de «crecer el juego» también venía dado por estas acciones: acciones que han generado lugares icónicos, como esta sede.

Fíjense que tan importante es la sede, que hablamos de Pebble Beach y el AT&T Pebble Beach Pro-Am no solamente tiene a los «links» de la histórica sede. El campo de Monterey Peninsula y el Spyglass Hill Golf Course son también parte de este evento, durante los primeros tres días. Tres de las más pintorescas instalaciones del mundo de nuestro deporte, al servicio de los mejores jugadores del mundo. Por eso es razonable cuando Jordan Spieth pide que esta competencia sea parte de un «evento elevado»: GRAN problema que se creó el PGA Tour.

Entiendo lo que significa el WM Phoenix Open. Personalmente, no es un torneo que sea de mi agrado. Es verdad que ese es el torneo que más se parece a lo que propondría LIV Golf, dentro del PGA Tour: bueno, ese aspecto es el que menos me gusta de LIV Golf. Por lo tanto, no me parece agradable ver a los mejores jugadores del mundo mostrando su torso (no damos nombres porque la intención es solamente desarrollar una idea), mientras personas van revoleando latas de cerveza a un green. Eso no es sinónimo de golf. Eso no es sinónimo de los mejores jugadores del mundo, peleando por 20 millones de dólares. Es verdad que es la semana de la final de la NFL, con lo que eso significa para Estados Unidos. Sin embargo, mi idea sigue siendo la misma. El torneo de Pebble Beach me representa más al concepto que yo tengo de este deporte. Y está siendo maltratado.

Encima, la competencia tuvo mucha mala suerte, con el tiempo azotando a los tres campos (hasta cayó granizo). Eso hizo que el final del torneo sea el lunes… ¡y que muchos abandonaran el evento, para disputar el Monday Qualifier de Phoenix! Obviamente que me pongo en la piel de los protagonistas y los entiendo. ¡Yo también haría lo mismo! Ahora bien, estas decisiones del PGA Tour hacen que el AT&T Pebble Beach Pro-Am pareciera una semana de paseo. Por suerte, hay gente que entiende estas circunstancias, dejando todo por una buena semana.

86 años pasaron desde el inicio. Bueno, aquí nunca triunfó un europeo. Y allí entraba en acción un Justin Rose que no ganaba… ¡desde 2019! Luego de la suspensión que obligó a tener un final para el lunes, el inglés recordó cómo era. Tal es así que lograba terminar el domingo, sacando 2 golpes de ventaja (el águila del 6 y el birdie del 7, en la última ronda, fueron claves). Obviamente que, al entrar a este día lunes (faltaban 9 hoyos para que el último grupo termine), el ex participante del equipo europeo de la Ryder Cup (fue parte de la hazaña de Medinah, en la edición del 2012. Ojo que el inglés no se vuelva a posicionarse, de cara a la cita de fines de septiembre, en el Marco Simone Golf & Country Club) supo cómo cerrar las acciones. Tal es así que la diferencia se amplió a 3 impactos.

«El formato de esta semana, al jugar con aficionados, me suavizó, hasta el punto en que dejé que las cosas fluyan. Dejé que mi buen golf salga adelante. Y es, obviamente, una lección de aprendizaje». Es verdad que tuvo un cambio de hierros y de varillas, de último minuto. Es verdad que también no tenía pensado jugar en Pebble Beach. Ahora, Justin Rose entiende la historia de este templo: UN TEMPLO ABANDONADO Y PARA POCOS.

Ojalá (salvando algunas excepciones), los jugadores dejen de esquivar al AT&T Pebble Beach Pro-Am. La historia de nuestra pasión no lo merece.

Matías Miguel Torge

Handicap 54

Latinos que pasaron el corte: Augusto Núñez quedó T-48, Tano Goya terminó T-55 y Fabián Gómez finalizó T-65.

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