Una realidad latente. La posible explicación de una de las situaciones más naturales, en esta actualidad golfística.
– «Ostias. Lo que ha hecho este muchacho, por favor».
Las frases eran similares a estas. Sé que algo he comentado, cuando estuve en el Acciona Open de España 2022. Ahora bien, vale la pena volver a recordar esos días. En especial, necesito volver a recordar dos momentos:
– La salida del green del hoyo 9, en el Club de Campo Villa de Madrid y el día domingo. Una caldera, con sus tribunas naturales y las zonas de Palcos VIP. Hacia el tee del 10, todo el mundo fue a buscar los sombreros de uno de los sponsors, con la intención de protegerse del sol y seguirlo a él. Los mismos se terminaron, en un abrir y cerrar de ojos.
– Lo que ha pasado 5 hoyos después, en el par 5 del 14. Entre las cabezas, mientras iba ganando terreno y llegando al green, se veía cómo volaba la pelota y coquetaba con el hoyo, asegurando el águila. En ese momento, todo estaba completamente definido. Y la euforia era inmensa, generando un espectáculo único e irrepetible.
Después de lo que he visto en esa semana, me imaginaba que todo era una cuestión de tiempo. Y si no fuera por todos los problemas que enfrenta el ranking mundial, en un proceso de transición entre dos sistemas, la cima la hubiera alcanzado anteriormente. Es que cuando Jon Rahm siente que tiene una chance, se despierta un huracán. Y si esto pasa en situaciones cercanas a lo lógico, imagínense cómo se eleva todo a la enésima potencia… ¡cuando se pierde una ventaja de 3 golpes, la punta cambia de manos y hay que pasar de perseguido a perseguidor!
A todo esto, hay que agregar un adicional. El rival directo era un Max Homa que no solamente era de temer, al ser un ex campeón aquí (2021). Max Homa ha demostrado ser un jugador de temer, teniendo en cuenta su constancia para salir de situaciones complicadas. Un Max Homa que pareciera que nunca se despega, si te está tratando de seguir el ritmo. Un Max Homa con el que nunca vas a saber si va triunfando por 15 golpes o está sin posibilidades de pasar el corte. Encima, en este torneo, su juego sobre el green fue el mejor de la semana. No daba margen a nada. Por algo llegó al N°8 del mundo y por algo es cada vez más respetado. Te pelea hasta el último minuto. Si no me creen, hay que mirar el approach del hoyo 18, que toca la bandera y no entra (de hecho, podría haber generado una presión final adicional, entendiendo que el oriundo de Barrika estaba con un tercer tiro que requería cierta resolución). Por otro lado, las lágrimas del final hablan de su hidalguía. Ama competir con pasión. Y eso es valorable.
Para explicar este resultado, no podemos esquivar el putt del hoyo 14, sabiendo que eso volvió a inclinar las cosas para Jon Rahm. Ahora, fíjense la mentalidad de este fenómeno, que ha pensado que su segundo tiro del hoyo 13 fue clave, luego de comprarse problemas con su salida. Necesitaba reiniciarse, luego de los bogeys del 10 y del 12. Ese click fue el nuevo factor diferenciador que encontró. Ahora, no es la primera vez que pasa. Y se ha generado un ambiente en donde se está volviendo imposible apostar en contra de él: algo que no es igual a lo que pasa con el anfitrión (y él mismo lo dice), pero se parece bastante.
Obviamente, cuando hablamos de «el anfitrión», estamos haciendo referencia a lo sucedido con Tiger Woods. Como hemos desarrollado minuciosamiente nuestro balance sobre sus performances diarias, no creo que sea necesario agregar algo más a lo que hemos comentado. Realmente, es muy valorable que haya terminado T-45, sabiendo todo el contexto que rodea a nuestra leyenda. Además, no perdió velocidad de pelota. Por otra parte, hay que reconocer su mejora en la resistencia sobre sus problemas físicos. Si puede lograr mayor ritmo con el approach y el putt (entendiendo que no puede practicar todo lo que desea), ¿podríamos soñar con actuaciones que tengan un tinte titánico mayor? El ex N°1 del mundo se ha ganado el beneficio de la duda, ante esta pregunta.
Volviendo al ganador de este The Genesis Invitational, no quedan más palabras para definir a un Jon Rahm demoledor. Regresó a la cima del ranking mundial. A su vez, en sus últimas 10 actuaciones, no bajó del T-8. Y, en ese período, tuvo 5 victorias. En el PGA Tour, definitivamente, se baila RAHMBO NUMBER FIVE: EL RITMO DEL N°1.
Matías Miguel Torge
Handicap 54
PD: en nuestra región, el venezolano Jhonattan Vegas quedó T-56 y el argentino Emiliano Grillo terminó T-67.
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