El arduo trabajo para llegar a la cima, simplificado en el tradicional hecho del «golpe por golpe».
El LPGA viajo a Tailandia, en un torneo que se ha vuelto tradicional. Allí hemos visto grandes historias. Tal es así que, por ejemplo, la querida Lorena Ochoa ha triunfado, en 2009. Por otra parte, el listado de campeonas tiene nombres como los de la taiwanesa Yani Tseng, la noruega Suzann Pettersen (actual capitana del equipo europeo de la Solheim Cup) y la coreana Inbee Park, entre otras. Estamos hablando de un torneo que tiene su prestigio. Un torneo que (lamentablemente) alternó buenas y malas, en el ambiente latino.

En primer lugar, hay que reconocer la interesante evolución de María Fassi. La oriunda de Pachuca, de a poquito y sin tanta desesperación, está generando buenas actuaciones. Tal es así que, en esta semana, logró otro meritorio T-15, consiguiendo buenas posiciones para lo que vendrá en el resto de la temporada.

Y hablamos de María Fassi, ¿logrará posicionarse como la mejor jugadora latina? Bueno, es la primera vez que estoy viendo a una María Gabriela López Butrón tambaleando sobre los lugares de privilegio. Insisto con lo que hemos visto en la semana pasada: SU JUEGO NO ESTÁ DANDO GARANTÍAS. Pensar que, en sus última 2 visitas aquí, no bajó del T-20. En esta oportunidad, tuvo un T-58 olvidable y deslucido. Pareciera que «se rompió lo que no estaba roto». Para entender esto, podemos mencionar el ejemplo de Billy Horschel, quien buscó un cambio de swing y tuvo que volver a sus raíces. No vaya a ser que aquí enfrentemos un camino similar: un camino que, de no encontrar una reacción a tiempo, puede generar que la cabeza del golf latino femenino pase en manos de la mencionada Fassi y de la ecuatoriana Daniela Darquea, por ejemplo, quienes parecen contar con mayores motivaciones.
Ahora, debemos ir a la protagonista principal de esta historia. Ya la hemos mencionado, en el Aramco Saudi Ladies International. Ella siempre está. Muy pocos la tenían en cuenta. Sin embargo, no se cansaba de insistir. Y eso que, en un momento, estuvo a punto de dejar el juego. Por suerte, la perseverancia fue más fuerte y ahora la tenemos viviendo un sueño. Lo merecía, hace mucho tiempo.
Lilia Vu tuvo la muerte de su abuelo. En esas épocas, venía de su primera experiencia en el LPGA. Y ella misma decía que «vivía cada tiro como si fuera de vida o muerte». Bueno, todo eso fue cambiando. En 2021, consiguió 3 victorias dentro del EPSON Tour, logrando ir directamente hacia la máxima gira del golf femenino. Ahora, todos fueron pasos cortos y contundentes. 8 «Top 10», muchas chances de triunfo y el 2022 marcaba un presagio de lo que íbamos a vivir aquí, tarde o temprano.
Todo era liderado por la tailandesa Natthakritta Vongtaveelap, quien buscaba ser la primera debutante en ganar en el LPGA, ¡al disputar su primer torneo! La jugadora local, gran amiga de Atthaya Thitikul (actualmente, está N°4 del ranking mundial. Llegó a encabezar el listado, en 2022), lograba mantenerse en la punta. Sin embargo, no podía obtener una regularidad que le pudiera dar tranquilidad. Por lo tanto, allí apareció la jugadora americana, en todo su esplendor.
Venía un grupo por delante. No paró de hacer birdies. En el hoyo 11, ya igualaba las acciones. En el 12, empezaba a sacar cierta diferencia. Vongtaveelap la igualaba, pero ella volvía a responder, al llegar al 15. Obviamente, tuvo que convivir con la presión, cuando disputaba el hoyo 17. Sin embargo, con absoluta categoría, pudo sortear todo: un proceso más que natural.
Para terminar, hay que mencionar que Lilia Vu había tenido una charla con su padre, la noche anterior a este día. Él le dijo que «todo podía cambiar, con el simple hecho de realizar una buena ronda». Dicho y hecho: 64 golpes y se queda con este Honda LPGA Thailand. Hubo un cambio de mentalidad. Lilia Vu fue AHUYENTANDO A LA NEGATIVIDAD. Se están obteniendo los dividendos.
Matías Miguel Torge
Handicap 54
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