A 40 años de su segunda chaqueta verde. Su regalo, ¿será la victoria de Jon Rahm?
Siempre trato de no repetir conceptos en esta página. Ahora, la ocasión lo amerita. La mejor manera de representar a nuestro protagonista es con el siguiente hecho real, sucedido en mi viaje a Italia y España.

Como ustedes saben, hice base en Alicante. Y en los primeros días (previo a viajar para el Marco Simone Golf & Country Club, para cubrir el 79 DS Automobiles Open D’Italia), antes de ir para el desayuno que teníamos en el bar (cercano a su negocio), mi hermano decide desafiarme. Sin idea sobre nuestro deporte, le pregunta a la dueña de una carnicería sobre nuestro querido protagonista, a ver si lo conoce. Y ella responde: «claro, el golfista». Ah, detalle al pasar: Alicante queda a 871 kilómetros de la localidad costera de Pedreña, en la otra punta de España. Su nombre es parte del ADN del país.
Severiano Ballesteros es pasión. Severiano Ballesteros es garra. Severiano Ballesteros es el arte de hacer posible lo imposible. Nadie puede negar que ha habido un antes y un despues, luego de su presencia. Es imposible no emocionarse, luego de ese famoso tiro del estacionamiento del Royal Lytham & St Annes Golf Club, que le ayudaría a ganar el The Open 1979. Es imposible no contagiarse de su energía, al verlo en sus batallas épicas de la Ryder Cup, acompañado del gran José María «Chema» Olazábal (en la gran mayoría de las ocasiones). Es imposible no querer tener la misma audacia que él tuvo en el mítico corto par 4 del hoyo 10, al jugar una de las sedes más tradicionales del mundo del golf, como el campo inglés de «The Belfry» (de hecho, allí tiene una placa, por ser el primero en alcanzar el green, en 1978. Esto lo repitió en la Ryder Cup de 1989). Es imposible no querer festejar como él, en 1984, cuando cerró el puño… ¡en el hoyo 18 de St. Andrews, ganando el segundo de sus 3 «The Open»! Es imposible no contagiarse de su empeño por generar un lugar para el golf español, en el mundo: él logró HACER CRECER EL JUEGO, VERDADERAMENTE.
Jon Rahm entiende su legado, a la perfección. De hecho, nunca deja de tomarlo como referencia. Un ejemplo claro fue lo que pasó esta semana, en el green del 1 y con sus 4 putts (recordó una frase sobre Seve, que vivió una experiencia similar, mencionada en nuestras redes). Hay un respeto ENORME por el legado y el espíritu de lo que hizo ese pequeño que iba a las playas, con un hierro 3, buscando desarrollarse cada vez más: ese pequeño que ganó The Masters, hace exactamente 40 años (y por segunda vez. A su vez, Ballesteros fue el primer europeo en calzarse la chaqueta verde). Ese pequeño que logró que el Viejo Continente se rindiera a sus pies.
Lamentablemente, un maldito tumor cerebral fue la razón por la cual él «se nos fue» de este mundo. Y el «se nos fue» está entre comillas porque, en realidad, siempre está. Y siempre estará. Es que «el arte de hacer posible lo imposible» también engloba a esta idea. Seve Ballesteros está en Javier Ballesteros, está en Carmen Ballesteros y está en Miguel Ballesteros, quienes hacen un gran trabajo por seguir su trayectoria, con la Fundación Seve Ballesteros (dejo el link adjuntado, deseando que sirva para conocer el fantástico trabajo que hacen) y distintas actividades por el mundo. Seve Ballesteros está dentro de vos, dentro de mí y dentro de todos los que amamos este deporte.
Espero que me disculpen. No es nada en contra de Brooks Koepka. Y me alegro (de corazón) que vuelva a su nivel, por todo lo que pasó. No obstante, creo que el mejor regalo que nuestro protagonista puede recibir sería una victoria del oriundo de Barrika, en esta maratón que nos queda por vivir, al transitar un Augusta National Golf Club pasado por agua. En fin, más allá de lo que yo pueda pensar, quiero recordar a una persona que marcó mi infancia y me marcó, en esta gran locura. En algún examen de la universidad (o en algún momento que requiriera tener coraje, como mi primer torneo de golf o alguna chica que me atrayera), trataba de que no me falte el hecho de vestir con un suéter azul y un pantalón oscuro, con la intención de sacar un «as de la manga», como él lo hacía. Es que no creo que haya sido casualidad «el milagro de Medinah», en la Ryder Cup 2012. Vivir con el espíritu de Severiano Ballesteros te ayuda a romper límites, buscando avanzar constantemente.
¡FELIZ CUMPLEAÑOS, QUERIDO SEVERIANO BALLESTEROS! Donde quieras que estés, no podía dejar de celebrar tus 66 años. Estoy seguro de que estarás atento a Jon Rahm, como todos nosotros, esperando a que haga alguna de tus hazañas golfísticas. Ojalá se cumpla tu deseo. Te queremos.
Matías Miguel Torge
Handicap 54
Foto de portada: Getty Images.