UN ENFOQUE ESPONTÁNEO

Una semana en donde el golf de nuestra región tomó un protagonismo lógico, desde un lugar impensado.

Este México Open fue más allá del golf. Nos ha definido como latinos. Y miren que este México Open era una prueba complicada. Las idas de Abraham Ancer y Carlos Ortiz a LIV Golf se transformaban en la «amenaza» (espero que no se malinterprete este término. La intención es referirme a lo que representa la imposibilidad de contar con la presencia de ambos, en el golf mexicano) más notable para el futuro del torneo. Una amenaza que fue superada de una manera particular, que excedió a lo estrictamente golfístico.

En primer lugar, felicito al PGA Tour por proponer una transmisión de los grupos destacados (en PGA Tour LIVE – ESPN+) con comunicadores exclusivamente latinos. Tal es así que el español Hugo Costa (amigo querido de la casa), la mexicana Sara Díaz, el colombiano Marcelo Rozo y el gran John Sutcliffe (también mexicano) han generado esta inaugural cobertura, generando un acontecimiento que quedará en la historia de la gira estadounidense y en la historia de nuestro deporte. Cabe destacar que la cobertura fue amena, entretenida y agradable, con una frescura que hacía parecer una conformación sólida de años y años, en ese grupo. Ojalá que esto continúe y se transforme en algo habitual.

En cuanto al desarrollo del torneo, nada ha distado de la lógica. Fue un torneo en el que Jon Rahm amagó a realizar una patriada de las suyas, con una tercera ronda brutal (61 golpes, llegando al récord del campo). El tema es que se quedó sin combustible en la vuelta final, dejándole el torneo al segundo gran candidato de la semana: el estadounidense Tony Finau, quien consiguió su sexto título de la gira. Y fue tan determinante el dominio de Finau… ¡que se puso a llevarle los palos a su hijo, en la noche de ese domingo y en el campo «par 3» anexo a la sede! Definitivamente, aprendió a cerrar torneos y a contar con la actitud necesaria para afrontar esos momentos de presión.

Y lo más importante de todo este evento vino por el lado argentino. Y no lo decimos por Emiliano Grillo, quien ha sido el mejor de nuestra región, terminando T-5 (lo cual también es meritorio, pero conocemos las capacidades golfísticas del oriundo de Chaco). Es que Alejandro Tosti, quien trabajó demasiado para tener su lugar en el Korn Ferry Tour (recordemos esa mononucleosis de hace muchos años, que fue uno de los factores que ha retrasado este proceso de avance), consiguió un T-10 valioso, que lo deposita en el «evento elevado» del Wells Fargo Championship. Y de obtener una performance similar aquí, tendrá grandes chances de asegurar una «membresía temporal»… ¡dentro del PGA Tour! El rosarino está empezando a demostrar sobre lo que es capaz de hacer.

Justamente, Alejandro Tosti también se hizo conocido por sus ejercicios de visualización, en esta semana. Estaba preocupado por su enfoque. Y nosotros también nos hemos preocupado por lo que creemos que ha pasado, en esta semana. Pensamos que ha surgido UN ENFOQUE ESPONTÁNEO sobre el golf de nuestra región, en donde se empiezan a ver ciertos atisbos de un cambio de época y el surgimiento de nuevos exponentes.

Matías Miguel Torge

Handicap 54

Foto de portada: Getty Images.

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