MICHAEL CAMPBELL: NUEVA ZELANDA BAJO CERO

Crónica detallada de la trayectoria de esta estrella oceánica. Lo que significa integrar el listado de ganadores de la historia del US Open. Humildad, sencillez y actitud perseverante, como claves de una carrera que marcó un antes y un después en la historia del deporte neozelandés.

Si hay una película que mostró los valores de este deporte, esa es «Cool Runnings». Principios de los años 90 y se gestaba este «Best Seller» del cine: un inmenso homenaje a la primera participación del equipo jamaiquino de Bobsleigh (modalidad de descenso en trineo) en los Juegos Olímpicos de Invierno de Calgary 1988 (Canadá). A pesar de que hubo algunas diferencias con lo ocurrido en la realidad, nos va a quedar en la memoria la trama de la historia. Piensen que era una locura que Jamaica, debido a su clima y su éxito en el atletismo, pudiera intentar competir en una especialidad de este tipo de eventos. El descreimiento era atroz y los prejuicios no paraban de llegar. Sponsors que daban la espalda, y burlas de sus propios competidores, hacían que la épica esté a la vuelta de la esquina. Una épica que no llegó con un buen resultado. Ojo, igualmente no hacía falta. Los invito a volver esos 32 años atrás, por unos segundos, describiéndoles esta imagen: último día de competencia y, luego de volcar el trineo, el equipo isleño caminando hasta la meta, junto al público (en el film, esta imagen no se reproduce de la misma manera). ¿Cómo no emocionarse y motivarse con esa foto descripta? Ese instante fue la inspiración de muchos atletas. Y eso que México y Nueva Zelanda (otros dos países «no tradicionales» en estas competencias), entre otros, habían debutado en la actividad también. Pero Jamaica había llegado al corazón de la gente. Esa necesidad de transformar lo imposible en algo concreto, generó un antes y un después en el deporte mundial. Muchos sabían lo que tenían que hacer, cuando tu entorno no creía en tus aptitudes. El antecedente estaba marcado. Era cuestión de tiempo.

Justamente Nueva Zelanda será la tierra natal de nuestro protagonista de hoy, cuya trayectoria tiene una gran semejanza con lo mencionado. El 23 de Febrero de 1969, en Hawera (300 km al norte de Wellington, la capital de este país), nace alguien que le dio un giro de 180° al deporte de su tierra: Michael Campbell. Alguien que, se encontró con esta pasión casi de casualidad. Tengan en cuenta que, al ser un territorio donde «se respira» rugby, los sueños de este chico pasaban por otro lado. Hasta que, su familia, dada la afición por la práctica de golf y los «peligros» que podía traer el rugby (por el físico chico), fueron grandes influyentes del comienzo de esta estrella. A pesar de su timidez y del miedo que le generaba las negativas repercusiones de perfeccionarse en esta actividad, Michael, le hizo honor a su gen maorí y empezó a aplicar las virtudes de la cultura que posee esta establecida etnia. Nunca dejó de mirar al otro como alguien mayor o menor que él. Ahora bien, confiaba en sus virtudes y en esa «sangre guerrera» como combustible para cumplir sus sueños. Muchas veces, ese fuego le generó una impulsividad que provocó la creación de una trayectoria con forma de «montaña rusa». No importó. Hasta fueron necesarios esos traspiés. Supo convivir con ellos (y entenderlos) para llegar a los lugares más altos en donde puede estar un golfista. La leyenda ya fue escrita.

Los invito a formar parte de esta aventura que tiene todos los matices. Al principio, nos encontraremos con un inicio humilde entre las ovejas y su trabajo en una cabina telefónica. Luego, pasaremos por su exitosa carrera amateur, incluyendo su gran victoria en la Eisenhower Trophy 1992, representando a su país. Su paso al profesionalismo, no será dejado de lado y podremos ver lo que significa pelear un Open Championship en el mítico St Andrews (y lo que esos momentos conllevan). Entraremos en una serie de vaivenes necesarios para entender como es la preparación para ganar un US Open, en otro campo con su cultura, como lo es Pinehurst N°2. Llegaremos a festejar con él y entender que no es sólo «suerte» el memorable logro que tuvo (como le dijo Tiger Woods, en el vestuario, luego de haber ganado). ¿Cuál sería su reacción si, en el asiento del acompañante del auto, tuvieran la copa del US Open?… Bueno, el dará un claro ejemplo de esto. Luego de un retiro temporal, hablaremos de su retorno golfístico en los circuitos de veteranos (Staysure Tour y PGA Tour Champions) y de su actualidad como profesor, en su academia de España, y como personaje principal de «Project Litefoot Trust». 3, 2, 1. ¡Acción!

– Michael, repaso tu exitosa carrera y veo que tus primeros pasos fueron un poco particulares. Por lo que veo, tu tío, en primer lugar, y tu madre y tu padre, en segundo lugar (casi sin darse cuenta ambos), fueron influyentes en tus comienzos. Tu madre, rechazando tus prácticas en el rugby, y tu padre (con ayuda de tu tío) siendo tu referencia, al ser jugador de bajo handicap. Me gustaría que nos recuerdes los detalles de esos primeros días. Arrancaste en el Titahi Bay Golf Course, campo cuyos greenes están cercados para mantener lejos a las ovejas, ¿verdad? 

– Así es. Comencé a jugar en un campo de golf de nueve hoyos llamado “Titahi Bay Golf Course”, cerca de Wellington, Nueva Zelanda, alrededor de los 8 años. Era una granja con ovejas, por lo que tuvieron que poner cercas alrededor del green, para mantenerlas fuera de ellos. Mi padre me presentó, por primera vez, al golf, a la edad de 6 años. Pero practiqué otros deportes como rugby, tenis, baloncesto, y softbol (en conjunto con el golf). Mi sueño era ser un jugador de rugby de los “All Blacks”. Pero rápidamente aprendí que no era lo suficientemente grande y fuerte. Ahí fue cuando me concentré en el golf. 

– Hay algo que me sorprendió a la hora de ver tu historia, ¿es verdad que, durante un tiempo, le ocultaste a tus amigos que tu pasión era el golf? ¿Cómo fue convivir de esa manera con esta situación? Ahora, teniendo en cuenta la facilidad del “diario del lunes”, pero entendiendo la complejidad de la cuestión: ¿te arrepentís de esto o fue una decisión que te dio cierta tranquilidad para desarrollar tu vocación? 

– No se lo dije a mis amigos de la escuela porque era «poco cool jugar al golf». Me daba mucha vergüenza, ya que tiene la «marca” de ser un deporte antiguo. 

– A todo esto, dejaste el colegio a los 16, y fuiste a trabajar en una compañía telefónica, por sugerencia de tu papá (luego de decirles que querías ser profesional de golf). ¿Cuáles fueron las mayores enseñanzas que te dejó esa experiencia? Esta etapa, ¿reavivó tus ganas de pertenecer a este mundo golfístico? 

– A la edad de 13 años quería ser un profesional del golf. Así que, mis padres, me dieron el consejo de conseguir un trabajo y calificar en él, en caso de que el golf no funcionara, así tenía algo a lo que recurrir si fallaba. 

De izquierda a derecha: Grant Clements (coach), Michael Campbell, Stephen Scahill, Grant Moorehead y Phil Tataurangi. Todos ellos fueron los integrantes del equipo neozelandés, ganador de la Eisenhower Trophy 1992.

– Tu carrera amateur fue destacada, teniendo, entre otros grandes logros, lo ocurrido en la “Eisenhower Trophy 1992” (Copa del Mundo por Equipos a Nivel Amateur) en Canadá (disputado en el Capilano Golf & Country Club y el Marine Drive Golf Club). Ese equipo, integrado por Phil Tataurangi, Stephen Scahill, Grant Moorhead y vos, tuvo un gran final ante un Estados Unidos comandado por el ex Nº1 del mundo, David Duval, como referente. Ese domingo, tuviste una fuerte discusión con él, ¿que con el tiempo terminó en una buena amistad? (risas). Me gustaría que nos recuerdes ese día, teniendo en cuenta lo que había en juego y la “tensión” por lo que genera el representar a tu país.  

– Recuerdo que estábamos 5 golpes atrás, con 9 hoyos por delante, y ganamos por 4 tiros. Así que, todos los muchachos jugaron un golf increíble. Con respecto a David y a mí, tuvimos un desacuerdo en el hoyo 17, sobre el cambio de mi pelota de golf durante la duración del juego. Fue un logro fabuloso por parte del equipo. 

Decidiste saltar al profesionalismo en 1993, te fuiste para Europa y los resultados no fueron esperados. ¿Sentís que, ese “baño de realidad” que tuviste, fue clave para tus éxitos posteriores? De ser así, ¿por qué? 

– Absolutamente. Básicamente, me patearon el trasero. Así que me di cuenta de que tenía que trabajar más duro. 

En esta foto, vemos ejecutar a Michael Campbell uno de los mejores tiros de la historia del Open Championship, en la edición de 1995 (ganada por el estadounidense John Daly). Su sacada del «Road Hole Bunker», en el hoyo 17, fue una obra de arte. Ese golpe fue una de las razones por la cual lideraba este evento, al entrar al día domingo.

Pasaron los años y llega el Open Championship de St Andrews en 1995. Hasta ese momento, hay que tener en cuenta que tuviste tu primera victoria, como profesional, en el PGA Tour of Australasia y, en 1994, se te adicionaron tres triunfos más, en el Challenge Tour (segunda gira del Tour Europeo). Ahora bien, cuando llegaste a Escocia, obviamente no eras uno de los candidatos. Hasta que llegó esa ronda de 65 del sábado, en unas condiciones climáticas muy complicadas. El viento no paraba de soplar. Pero vos supiste aguantarlo con clase, como un veterano. Hasta te diste el lujo de hacer un approach magistral en el hoyo 17. Estabas complicado en el “Road Hole Bunker” e hiciste una obra de arte que quedó en las páginas de la historia del evento. ¿Se puede decir que fue la mejor ronda de tu carrera? De ser así, ¿por qué? 

– Sí, la mejor ronda en mi carrera profesional. Jugar de esa manera, en condiciones muy difíciles, en un major y con los mejores jugadores del mundo, lo hace más impresionante. 

Con el histórico clubhouse de St Andrews de fondo, podemos ver el tiro de salida del tee del 1, hecho por Michael Campbell, durante la ronda final del Open Championship 1995. Arrancando ese día domingo, venía liderando el evento.

En ese día domingo, lamentablemente, los resultados no fueron los esperados. Ya, desde el Tee del 1, lamentablemente se empezaron a ver tus nervios. En una entrevista con Golf Digest dijiste que “inconscientemente, jugué mal para que todos se fueran”. ¿Fue tan así o ahora, al haber pasado tanto tiempo, sentiste que exageraste con tus declaraciones?  Me gustaría que nos recuerdes un poco lo que viviste y la enseñanza que te dejó esa experiencia en “The Open”. 

– Sentí que no estaba preparado mentalmente para ganar un major. Ese día aprendí mucho sobre mi golf y sobre mí, como persona. Necesitaba ser mentalmente más fuerte, si quería ganar un campeonato importante. 

En esta foto vemos a Michael Campbell, felicitando al italiano Costantino Rocca, en el hoyo 18, por haber llegado al playoff del Open Championship 1995 (disputado en St Andrews), con el estadounidense John Daly. En ese último hoyo, el europeo realizó otro de los golpes más famosos del evento, al embocar un putt para birdie desde «The Valley of Sin» (ese putt fue de 60 pies).

Recuerdo que, ese día domingo, te tocó estar con el italiano Costantino Rocca. Esto lo menciono porque pudiste ver un approach de mucha categoría, en el hoyo 17, y su putt memorable del hoyo 18, desde “The Valley of Sin” (reproducido hasta el día de la fecha), que le dio la posibilidad de disputar el playoff con el reconocido estadounidense John Daly (quien ganaría el major posteriormente). Después de este momento, y al terminar la ronda, lo abrazaste, felicitándolo en ese hoyo final. ¿Recordás un poco esa charla? ¿Cómo está tu relación con él, hoy en día? 

– «Rocco» (por Constantino Rocca) y yo siempre estaremos unidos, desde la última ronda del Open. Estaba tan emocionado por él cuando metió ese “putt”. Le deseé suerte y esperaba que lo ganara, pero, a medida que avanzó la historia, John (Daly) lo ganó. 

Lamentablemente, tus resultados decayeron completamente. A tal punto que, en el Abierto de Francia de 1997, descargaste toda tu bronca por la frustración vivida, ¿verdad? ¿Cómo fue levantarse de ese momento, sabiendo que “muchos amigos del campeón” (como decimos acá a la gente que se escapa en las adversidades de uno) habían desaparecido? ¿Qué le recomendarías a alguien que estuviera en esa misma situación que estuviste vos en ese instante? 

– Sencillo. Nunca, nunca te rindas. 

Entre esa temporada y 2002, tuviste ocho victorias, lideraste la Órden de Mérito del “PGA Tour of Australasia” (1999/2000), terminaste dos veces “Top 10” en el listado de ganancias del European Tour, y llegaste a estar N°12 en el Ranking Mundial (2001). ¿Los resultados te hacían ver que “estabas para más” (ejemplo: majors)? ¿Sentías que estabas en tu mejor momento? 

– En el golf todo se trata de momentos. Cambié de entrenador y mejoré mucho durante este tiempo. Sentí que mi juego, mental y físicamente, iba en la dirección correcta. 

En el “WGC-Match Play” del 2000, en “La Costa Resort & Spa”, tuviste la “suerte” de enfrentarte, en primera ronda, al mejor Tiger Woods. Me gustaría que nos recuerdes ese momento. 

– Jugar con Tiger, en el «WGC-Match Play” del 2000, iba a ser una tarea difícil. Lamentablemente, no jugué tan bien y él dominó desde el principio. 

Los neozelandeses Michael Campbell y Craig Perks realizándose bromas, en el green del 18 durante el viernes del «Telstra Hyundai New Zealand Open» 2002, disputado en el Paraparaumu Beach Golf Club (Wellington, Nueva Zelanda).

Entre medio de ese período, tu compatriota, Craig Perks, ganó (con un asombroso final) el Players Championship de 2002. ¿No te surgió el, “si él puede ganar un torneo grande, yo también lo puedo hacer”? ¿Cómo es tu relación con Craig actualmente? 

– Craig es el típico neozelandés con los pies en la tierra. Jugamos juntos una Copa del Mundo y fue entonces cuando nos unimos. Definitivamente me inspiró. 

El neozelandés Michael Campbell realizando su tiro de salida en el hoyo 15, durante la clasificación del US Open 2005, realizada en Walton Heath Golf Club (una de las sedes de esta etapa. El campo está ubicado en Inglaterra).

Ganaste el “Nissan Irish Open” del 2003. Pero no se produjeron muchos resultados más, hasta llegar a tu histórico “US Open 2005” de Pinehurst. Antes que nada, entraste a este torneo por la tradicional clasificación europea en Walton Heath Golf Club. ¿Recordás un poco ese tradicional dramatismo que se vive, al jugar 36 hoyos un lunes, para obtener el boleto a este major? ¿Es tan difícil como se dice? ¿Qué recordás de ese lunes? 

– Afortunadamente, Walton Heath estaba a solo 40 minutos (en automóvil) de mi casa y tuve una buena racha de buenos resultados antes. Así que tenía mucha confianza el lunes, pude obtener la clasificación, en el “score” que se necesitaba. Y el resto es historia.

El neozelandés Michael Campbell festejando luego de realizar un birdie en el hoyo 17, embocando desde ese bunker, durante la tercera ronda del US Open 2005, disputado en «Pinehurst N° 2» (North Carolina).

– En ese Us Open, arrancaste peleando los puestos de vanguardia, pero en una posición expectante. Ahora bien, recuerdo que, el sábado de esa semana, embocaste una sacada del bunker en el hoyo 17 (ironías del destino), que te permitió seguirte manteniendo en la pelea. ¿Ese fue un punto clave para darte cuenta que podías? ¿Cómo se hace para resistir en un US Open? Hasta el día domingo, ¿cómo trabajaste tu cabeza? 

– Después de la ronda del sábado, pensé que el top 5 era alcanzable y un buen resultado. Ganar nunca se me vino a la mente. 

Hay varias cosas que me quedaron de ese domingo histórico para vos. En primer lugar, ¿me podrías describir esos ejercicios de “alineación ocular” que realizaste antes de salir? ¿Qué tan importante es, para vos, el uso de la tecnología en un golfista? 

– El proceso de alineación ocular, básicamente, me ayudó a estar en el tiempo presente. La tecnología es un factor importante, especialmente ahora, ya que se basa en la ciencia y los hechos. 

En esta foto vemos a Michael Campbell, ya en condición de lider, soportando las dificultades de Pinehurst N°2 y aguantando la arremetida de Tiger Woods, en ese domingo del US Open 2005.

Rápidamente, el histórico sudafricano, Retief Goosen, y el sorprendente estadounidense, Jason Gore, se deshicieron del liderato, quedando vos como único puntero. Pero, quien te perseguía ahora, era nada más y nada menos que Tiger Woods. Lo que te pasó en el Open Championship de 1995, ¿te ayudó a convivir con las “explosiones” del público cada vez que Tiger descontaba, o era algo totalmente distinto? 

– La experiencia que obtuve del Open del 95 no tuvo precio. Sentí que tenía más herramientas mentales (en mi “caja de herramientas”), junto con más experiencia. 

En esta foto podemos ver a Michael Campbell festejando el birdie realizado en el hoyo 17 del día domingo del US Open 2005, disputado en «Pinehurst N°2». A ese momento, tenía tres golpes de ventaja, quedando un hoyo por jugar.

El birdie en el 17 fue crucial. 3 golpes de ventaja y torneo (casi) en tus manos, pero. ¡¿Es verdad que se te apareció Jean Van de Velde por tu cabeza?! (risas). ¿Ese putt del 17, fue el tiro de tu carrera? 

– Tener una ventaja de 3 tiros, con un hoyo por jugar, definitivamente ayudó. Pero no había terminado. Me decía a mí mismo, constantemente: “quédate en el tiempo presente y concéntrate”. 

En esta foto vemos a Michael Campbell celebrando su victoria (por 2 golpes de ventaja) con su caddie, Michael Waite, en el green del hoyo 18, del US Open 2005 disputado en «Pinehurst No. 2».

Paralizaste a un país, y tu festejo fue único. Ahora bien, recuerdo que, en ese “US Open” luego de llamar a tu esposa, Tiger estaba al lado tuyo. Le pediste consejo ante tu situación de campeón (ya que él, hasta ese momento había ganado 9 majors) y él te dijo que, para estas victorias, necesitó “suerte”. Fuera de toda broma, ¿qué más, aparte de la suerte, se necesita para ganar un Major? 

– La suerte es una, pero hay muchas cosas. Trabajo duro, confianza en uno mismo, nunca rendirse, actitud y fuerza interior. 

Michael Campbell bromeando con Tiger Woods, en la entrega de premios de su victoria en el US Open 2005, disputado en «Pinehurst No. 2» .

Fuiste el 2do ganador de Majors de tu país, luego del recordado Open Championship de Bob Charles en 1963. Por lo que has contado en entrevistas anteriores, el festejo fue acorde a lo previsto (risas). Ahora bien, me quiero quedar en el momento que terminaste de dar entrevistas y ¡ataste el trofeo al asiento del acompañante! Quiero que me describas las primeras ideas que se te vienen a la cabeza de esa situación. ¿Ahí sentiste que “callaste la boca” de todos aquellos que te criticaban tu pasión por este hermoso deporte? 

– No me importaba que decían las opiniones de la gente. Lo más importante fue seguir el rumbo de mi destino … Eso es ganar un major. 

Michael Campbell celebrando, con la bandera de los «All Blacks», luego de ganar el «HSBC World Match Play Championship» 2005 en el histórico Wentworth Golf Club (Virginia Water, Inglaterra).

– Ese 2005, lo terminaste con dos Top Ten, en los Majors siguientes: Open Championship 2005, en St Andrews (ganado por Tiger), y el PGA Championship 2005, en Baltusrol Golf Club (ganado por Phil Mickelson). Además, el HSBC World Match Play Championship te vio triunfar, en el histórico Wentworth Club. Sin embargo, desde ahí, comenzó un declive, por un gran conjunto de situaciones, que te llevó hasta un retiro temporal. ¿Fue la mejor decisión que pudiste tomar? Si pudieras volver el tiempo atrás, ¿cambiarías algo para no llegar a eso? 

– Creo que fue el momento adecuado en mi carrera para «semi-retirarme», ya que no estaba jugando bien y 20 años de gira, como profesional de golf, pasan factura. Quería pasar más tiempo con mis hijos adolescentes, para poder reconectarme con ellos. Fue la decisión correcta, en el momento adecuado. 

– El año pasado, volviste a jugar unos torneos del European Tour y ya tuviste un segundo lugar en el Staysure PGA Senior Championship (Tour de Veteranos en Europa). Viniste a jugar la clasificación para el PGA Tour Champions, terminando T-27. ¿Cuáles son tus objetivos para este año? ¿Podemos soñar con un Open en St Andrews 2022? Tom Watson estuvo cerca en Turnberry, en 2009… 

– Jugar el The Open nuevamente, es definitivamente posible. Ver el rendimiento de Tom Watson, en 2009, es realmente inspirador. 

Recuerdo también que, en una entrevista, dijiste que uno de los jugadores del tour que tiene “físico” para rugbier es nuestro Ángel “El Pato” Cabrera. Jugaste con él en una de las dos Presidents Cup que participaste (2005 fue ese evento: tu segunda participación, luego de la del año 2000). Ya que te hablé de este evento, ¿te gustaría ser capitán del equipo Internacional alguna vez? 

– Ser capitán del equipo de la “Presidents Cup” es algo en lo que no he pensado. Pero sería un gran honor. 

– Me gustaría que nos menciones un poco la actualidad de “Project Litefoot Trust” (de que trata el proyecto, para quienes no lo conocen) y de tu academia en España (Michael Campbell Golf Academy). ¿Cuándo surgió la pasión por enseñar? 

– «Project Litefoot Trust” es una iniciativa para reducir tu propia “huella de carbono”. Todo comenzó hace unos 12 años, donde el equipo de “Project Litefoot” va a diferentes clubes deportivos, en Nueva Zelanda, para reducir su consumo de energía.  

En cuanto a la academia de golf, es una excelente manera de transmitir mis conocimientos y experiencias, devolviendóle algo al juego que tanto me ha hecho sentir. 

– Para terminar, agradeciéndote tu enorme generosidad (y como hago con todos mis invitados), me gustaría que nos des un consejo para quien se inicia en esto por amor al deporte o para quien da sus primeros pasos como profesional. 

– Creencia propia, paciencia y ética del trabajo duro. También, como mencioné antes, NUNCA TE RINDAS. 

Dentro de unos días, volveremos a ver en acción al PGA Tour y, unas semanas más tarde, al Tour Europeo. Salvando los personajes que ya sabemos (entre los cuales, está nuestro querido Ángel Cabrera y el maestro Roberto de Vicenzo), muy pocos vivieron la experiencia que vivió él. A esto hay que sumarle el condimento de paralizar literalmente un país. Nueva Zelanda desbordaba en esa madrugada del 20 de junio del 2005. Todos sus ciudadanos entendieron que los All Blacks (para quienes no saben, como se lo conoce históricamente al equipo de rugby del país) no eran los únicos en despertar las emociones de la isla. Entendieron su esfuerzo, dejaron los prejuicios de lado y lo acompañaron, en ese día domingo (y desde allí, en adelante), caminando simbólicamente detrás de él.

Como dijo él, nunca se rindió. Es muy tonto que tenga que decir esto, pero nos hizo entender que un maorí (y un neozelandés) puede jugar al golf. Parecía que se habían olvidado de esta cuestión. El legado de Bob Charles revivió con él y continúa. Y no estamos hablando de un superhéroe. Estamos hablando de alguien que entendió sus limitaciones, supo convivir con sus fantasmas, y luchó por sus sueños con alma y vida. «Jamaica Bajo Cero» (como se conoció a la película «Cool Runnings» en latinoamérica) tuvo su segundo capítulo el 19 de junio del 2005. Michael Campbell supo lograr un milagro. Gracias a él, vimos por un día a NUEVA ZELANDA BAJO CERO.

Matías Miguel Torge

Handicap 54

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