Salir del caos, cuando las circunstancias lo requerían. Una prueba de carácter superada.
«El cofre de la felicidad» estaba disponible, en Évian-Les-Bains. Las chances parecían remotas para el resto de las jugadoras, al tener a una Brooke Henderson que desfilaba por el campo. Se la veía imperturbable. De hecho, durante las primeras dos rondas, consiguió 2 rondas de 64 golpes: algo que no había hecho ninguna jugadora del LPGA, en un major. Sí: dijimos la palabra major. Y eso refuerza la situación de no dar nada por terminado, en este deporte.

Antes que nada, me gustaría tener unas pequeñas palabras para una Gaby López que está volviendo a su mejor nivel. «Me hubiera gustado tener un poco más. Pero rescato muchas cosas positivas. Estoy contenta con mi juego, que está saliendo en la dirección correcta». Este fue un fragmento de sus declaraciones para Golf Channel LA. Obviamente que terminó siendo la mejor latina, ubicándose T-27 y a 9 impactos. Ojalá le sirva de impulso, de cara a lo que viene.
Volviendo al desarrollo habitual de la competencia, nada podía salir peor para la actual N°6 del mundo. Su arranque había sido dubitativo. Y esto lo decimos por su juego sobre el green, en especial. Tal es así que, en el hoyo 6, se tomó cuatro putts. Por lo tanto, muchas de ellas hacían notar su presión. ¿El primer ejemplo que se nos viene a la cabeza? Una Nelly Korda que «sacaba de la galera» un gran águila, en el hoyo 9. Pero no fue la única.
Hasta la joven japonesa Mao Saigo, del prestigioso tour de su país, se le animaba a la canadiense. Y si Lydia Ko hubiera hecho menos putts, quizás la historia sería distinta (hay que decir que tenía ganas de llorar, al terminar la ronda). También la experimentada coreana, Sei Young Kim, hacía lo suyo. El tema es que, delante de todas ellas, emergía una Sophia Schubert que no dejaba nada librado al azar, a pura garra y a puro compromiso, con cada golpe. La americana, surgida en el Epson Tour, mostró sus credenciales.
Schubert había ganado el US Women’s Amateur 2017. Batalló para estar en el LPGA, mediante la vía del EPSON Tour. La pasó mal con la pandemia, pero cumplió su sueño. Y aquí se encontraba, de repente, con un nivel superlativo. De hecho, luego del hoyo 12, tomaba la punta. Cabe remarcar que se encontraba en el puesto 99 de la Race to CME Globe, cuyos 100 mejores lugares se garantizan la renovación de la tarjeta. «Estoy orgullosa de mí misma y orgullosa de haber llegado hasta este punto». Las lágrimas de felicidad se notaban en ella, al finalizar todo. Tuvo a sus rivales contra las cuerdas. Y por eso tendrá un nuevo año, en el LPGA. Tocó el orgullo de la joven canadiense, que debía responder.
La nombrada Sei Young Kim amagaba con acompañar a Schubert, pero el hoyo 15 la empezaba a sacar del torneo. Era el momento para que Brooke Henderson reaccione. Y lo hizo con birdies consecutivos, en el hoyo 14 y el 15.
Todo parecería que desembocaría en un playoff entre ellas 2, a pesar de que se seguían sumando escoltas, como la querida Carlota Ciganda. Sí: la española, con una soberbia semana, también estaba en la fiesta, quedando a uno de la punta (me hubiera gustado qué pasaba si tenía otra salida, en el hoyo final. Terminó T-3, a 2).
Sin embargo (en el anteúltimo grupo) la americana no embocó su putt para birdie, en el par 5 del 18. Luego, la ex ganadora del KPMG Women’s PGA Championship 2016 hizo lo que tenía que hacer, al llegar ahí. Su tercer tiro le permitió tener un putt factible, concretado con absoluta contundencia. Diferencia mínima, pero diferencia al fin. El The Amundi Evian Championship era de ella.
Apenas 24 años, con 2 majors en su haber. Por suerte, Brooke Henderson encontró LA LLAVE CORRECTA, siendo la canadiense que más majors ganó en la historia. Todo esto se dio en un «feliz domingo para la juventud».
Matías Miguel Torge
Handicap 54
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