MIGUEL ÁNGEL «TATI» CARBALLO Y LA VUELTA AL MUNDO EN 15 AÑOS

Historia de uno de los golfistas más queridos de nuestro país. Sus inicios, su crecimiento constante, su actitud ejemplificadora ante la adversidad, y detalles de una carrera con muchas curiosidades que merecen darse a la luz.

(Aclaramos que esta nota fue realizada antes del surgimiento de la pandemia generada por el virus COVID-19)

En aquella novela mundialmente conocida del francés Julio Verne, su personaje principal, Phileas Fogg, un hombre británico perfeccionista, calculador y metódico (pero de buen corazón), buscaba, teniendo que dejar de lado muchas de sus costumbres y requiriendo un alto grado de adaptación al contexto, cumplir la apuesta de «darle una vuelta a la tierra» en 80 días, con todos los riesgos que esto implicaba. Desafío colosal, parecido a varios de los que le tocaron en su carrera a nuestro protagonista.

Ese grado de adaptación al contexto, ingrediente necesario de retos de esta magnitud, es la característica principal de la carrera de Miguel Ángel Carballo. Nacido en una de las grandes «cunas» del deporte argentino, Bahía Blanca (el 22 de marzo de 1979) y dueño de una paciencia y perseverancia dignas de copiar, «Tati» siempre buscó cumplir su vocación por esto, explotando al máximo sus recursos y lo que la vida le permitía en cada momento. Nunca se achicó, nunca se dió por vencido.

En esta aventura por su carrera que los invito a recorrer, no dejaremos de lado ningún «check point». Viajaremos sus inicios en su Bahía natal (con caños de luz y ramas de árbol), seguiremos por sus experiencias en Europa, haremos escala en Guatemala, (recordando su primera victoria en el profesionalismo) repasaremos sus peripecias en Estados Unidos (su salida con Tiger en el Honda Classic, su relato como testigo principal de la ronda histórica de 58 golpes hecha por Jim Furyk en el Travelers Championship, y la histórica e injusta sanción que le pusieron en el renovado Zurich Classic de New Orleans), visitaremos por un instante Perú para saber su vivencia en los Juegos Panamericanos de Lima y terminaremos en Asia, donde actualmente se encuentra disputando el Tour de este continente. Tenemos mucho que viajar así que: ¡A renovar el pasaporte y ajustarse los cinturones!

– Tati, arranco con esto. En 2013, hablando un poco de tu carrera (que profundizaremos en la entrevista), un amigo en común, Hernán Rey, escribió un texto llamado «El Optimista del Golf», en relación a vos. ¿Considerás que esa es la principal virtud que te llevó donde estás ahora? ¿Qué tan optimista sentís que fuiste cuando arrancaste en esto y qué tan optimista sentís que sos ahora con lo que te viene? ¿Qué tan importante fue y es Hernán Rey para vos?

– Eso fue cuando recién arranqué (el texto de Hernán). La verdad que siempre fui optimista en lo mío porque obviamente siempre le busco el lado positivo y más ahora con tanta experiencia que he tenido durante todos estos años. Nada es fácil es la vida. Así que, si no le buscás el lado positivo a todo, se te hace todo mucho más difícil. Y el texto de Hernán fue escrito porque recuerdo que estabámos en Inglaterra y llovía. No paraba de llover. Yo veía que éramos 144 jugadores en el torneo y los ingleses, los galeses y el resto de los europeos salían a jugar como si no estuviese lloviendo (y llovía todo el día) . Entonces les digo a mis compañeros: «si ellos están acostumbrados a jugar, ¿por qué nosotros no nos podemos acostumbrar?. Son cinco horas que te tenés que estar mojando. Y es típico». Esto sale porque había un argentino que se quejaba porque llovía y el clima no los acompañaba, y esto, y lo otro… Entonces por eso yo les dije esto. «Yo tengo que saber que son cinco horas que me voy a empapar y esas cinco horas tengo que jugar». Por eso yo creo que Hernán me decía que era optimista en mis pensamientos.

Hernán Rey es un amigo. Bueno, ahora es profesor. Pero en esa época era un amigo, un compañero, un tipo donde te podías sentar y hablar muchas cosas del golf. Ambos formábamos parte de un muy lindo grupo en esa época.

– Definitivamente, tu historia se caracteriza por muchas curiosidades. Tus primeros contactos con el deporte se dieron con, ¿una rama de árbol? ¿Miento? Contanos un poco esos primeros momentos con el golf como caddie en Bahía.

– En realidad, los primeros pasos fueron con cualquier cosa que tenía una curva en la parte de abajo. Con caños de luz, o cualquier caño que nosotros podíamos doblarle la punta, hacíamos un palo de golf, porque en esa época eran muy caros. Ahora bien, fue una linda experiencia desde muy chico poder jugar con lo que encontrábamos. Nos íbamos a las calles o a alguna plaza donde había pasto para hacer lo más parecido a lo que era el golf.

– En tus primeros pasos en el profesionalismo, conociste a tu actual mujer. Teniendo en cuenta los viajes y la distancia con Argentina, ¿se puede decir que ella fue un punto de inflexión para los logros de tu carrera?

– A mi mujer la conocí ya estando en Europa, en el 2005. Ella ya me conoció jugando al golf. Obviamente me ayudó como contención porque estuvimos mucho de tiempo de novios a la distancia. Quieras o no, todo eso duró un montón. Después, nos casamos y formamos una familia. Siempre es bueno tener una buena mujer al lado. Es fundamental más que nada para lo que uno hace, que te implica estar mucho tiempo fuera de tu casa.

– En ese 2005, jugaste el circuito del Challenge Tour (antesala del Tour Europeo). 10.000 Euros te separaron de ganar tu status completo en la primera categoría y te hicieron disputar la escuela clasificatoria del European Tour. Seis rondas de puro dramatismo y vos conseguiste tu objetivo terminando Birdie – Hoyo en Uno – Birdie. Relatanos un poco el momento anterior a esos últimos tres hoyos y cuando caíste de la hazaña lograda al finalizar. ¿Podés describirnos si hay alguna imagen o situación particular (tuya o de tus colegas) en donde te hizo caer, en ese momento, de lo que hiciste, con la dificultad y la tensión de pelear por las pocas tarjetas que entrega esta modalidad?

– Anteriormente de jugar la escuela, yo estuve en 2003 en el Tour Argentino, 2004 el viejo Tour de las Américas y 2005 fui para Europa (al Challenge).

Ese año, como vos dijiste, me toco jugar la escuela clasificatoria. Venía peleando la tarjeta como para entrar al Tour Europeo y me faltaban esos tres hoyos. En ese momento, le digo a mi caddie: «Bueno, tengo que hacer dos birdies para esperar a ver que pasara (porque yo estaba T-53 en ese momento y entraban 35)». La idea era esa y esperar a ver si alguno se caía o si eso alcanzaba para tener la tarjeta del European (Tour). En el par 5 del 16 hice birdie y digo: «bueno, ahora me falta otro». En el par 3 del 17, tiré y no la vi cuando entró la pelota. Pero bueno, llegamos al green y obviamente estaba adentro. Así que, imaginate la alegría. Fue impresionante. Luego de ese momento, le dije a mi caddie: «Bueno, ahora la tengo que poner en el green el 18. En cualquier parte que la ponga, voy a hacer birdie». Y fue así.

Luego de la escuela, nosotros estábamos en el sur de España. Teníamos que tomar un vuelo a Madrid y, de ahí, veníamos para Argentina. Reaccioné recién de lo que había logrado cuando estaba en el vuelo yendo para mi país (risas). Venía con mi amigo, Sebastián Fernandez, que me decía «Negro, lo que hiciste fue impresionante. Vos todavía no caes» (risas). Fue muy linda experiencia.

– A pesar de haber obtenido la tarjeta, a principios de febrero del 2006, fuiste a disputar el Abierto Movistar Guatemala Open, correspondiente al Challenge Tour. Este torneo significó tu primera victoria como profesional, pero tuviste un día domingo insólito. Para quienes no saben, arrancabas liderando por uno. En un momento, la diferencia creció a tres. Sin embargo, la fuiste perdiendo para volver a tener un solo golpe de ventaja. Últimos 2 hoyos y, de ganar por uno a nuestro compatriota Gustavo Rojas, a realizar cuatro putts el 17 y perder por uno. Gracias a Dios, terminaste con birdie el 18 para forzar un playoff, que lo ganaste de la misma manera que jugaste tu último hoyo en regulación. ¿Recordás si tuvieron alguna charla con tu caddie luego de lo ocurrido en el 17?

– Antes que nada, quiero agregar que el caddie de ese torneo era un caddie local. Fue mi primera experiencia en la victoria. De hecho, con quien tuve una «charla» fue justo con Hernán Rey (que venía jugando conmigo en el último grupo). Cuando hice cuatro putts en el 17, Hernán vino y me dijo «Bueno, dale. Hace birdie aca en el 18 para ir a playoff». Y fui e hice birdie. Eso sí me acuerdo (risas). Otra gran experiencia.

– Perdiste la tarjeta europea ese año, logrando en 2007 jugar el primer torneo del Nationwide Tour (actual Korn Ferry), vía Tour de las Américas (Actual Pga Tour LA), en Panamá. Ganaste viniendo de atrás y arrancaste con todo en el circuito. Pero, poco a poco, perdiste posiciones y, en las últimas semanas, se te escapó la posibilidad de la tarjeta del PGA. Fuiste a la vieja escuela clasificatoria del PGA y, estando 3 golpes arriba para asegurar el status, esta vez tuviste 3 hoyos muy complicados, para terminar quedando afuera de la tarjeta por uno. ¿Qué pasó por la cabeza tuya luego de ese momento? El no poder haber mantenido el nivel de Panamá, ¿jugó en tu cabeza o sólo fue un mal final?

– En esa época del actual circuito Korn Ferry (la temporada en la que gané en Panamá), en el último torneo me pasaron 6 jugadores. Llegué puesto 25 (último puesto que entregaba tarjetas para el PGA Tour el año siguiente) y tenía que jugar bien. Jugué bien, quedé en mitad de tabla y así y todo me pasaron los 6 jugadores que te mencioné. Eso te demuestra lo fuerte que sigue siendo la segunda gira del PGA Tour.

En el momento que jugué la escuela clasificatoria del PGA, hice todo lo inverso a lo que hice aquella vez para entrar al Tour Europeo. Para perder mi tarjeta del PGA Tour hice doble bogey – bogey – bogey, quedando afuera por uno del PGA en ese año (risas). Hubiese sido algo extraordinario y único (si lograba obtener la tarjeta del PGA) porque yo jugué un año en el Tour Argentino, un año en el Tour de Las Américas, un año el Challenge Tour, un año el Tour Europeo, un año el actual Korn Ferry y, si pasaba, iba en 6 años estar en el PGA Tour, habiendo pasado por 6 circuitos.

Miguel Ángel Carballo, en su victoria en Tennessee en 2011 que, al año siguiente, lo depositó en el PGA Tour.

– Pasó el tiempo y llegó el 2011 (desde ese 2007, mantuviste tu tarjeta en el viejo Nationwide). Esas tres semanas de fines de septiembre y principos de octubre (con victoria en Tennessee) te depositaron en el PGA Tour al año siguiente, cumpliendo el sueño de todos los que nos iniciamos en esto. ¿A qué te costó más adaptarte en el circuito en esa primera experiencia y que cambiarías si te tocara volver hoy? En ese año, además, tuviste la suerte de jugar con tu ídolo Tiger y un gran jugador, como lo es Lee Westwood, en el Honda Classic. Contanos las sensaciones de ese día. ¿Pudiste cruzar palabra con él? (risas)

– Como todos los tours a los cuales recién llegás, lo más difícil es adaptarte a los campos y a todo lo referido al circuito, que es todo nuevo. Yo pasé por el Tour Argentino cuando fue mi primera vez y tuve que conocer todas las canchas en las cuales se jugaba este circuito, pero nunca las había ido a jugar, como Ranelagh, como jugar en Tucumán, como jugar en La Rioja (que hay un campo nuevo allí), como jugar en Córdoba… Eran todos lugares nuevos para mí. Obviamente, siempre es difícil llegar a un tour y jugar nuevos campos, con nuevos jugadores. Son nuevas experiencias que a todos nos cuesta, no solamente a mí. El jugar bien te ayuda pero hay jugadores que, por ahí, en el PGA Tour vienen con más de diez años de carrera, jugando siempre los mismos campos y el mismo circuito. Entonces, quieras o no, para un tipo que está acostumbrado, se le hace mucho más fácil.

En cuanto a la experiencia con Tiger, imaginate. Era mi primer temporada y ya poder haber jugado con él, la verdad que era «el sueño del pibe». Estaba muy contento. Lo que pasó fue que, la semana anterior, yo estaba adentro del torneo (Honda Classic) y el domingo justo hubo un «Reshuffle» (reordenamiento de prioridad a la entrada de torneos, según performances, entre los que clasificaron al Pga Tour, vía Korn Ferry Tour) donde cambiaron muchas posiciones y yo bajé un montón en ese reordenamiento, teniendo que ir a jugar una clasificación. En esa clasificación quedé afuera y terminé como séptimo suplente del torneo. Obviamente, no tenía ni chances, porque siempre entran los primeros dos. Igualmente, me quedé, ya que había rentado el departamento, ya tenía el auto y tenía todo. Lo único que tenía que hacer es estar ahí nada más.

En los primeros días de práctica del torneo, fui a practicar 9 hoyos, pero sabiendo que no iba a jugar, porque la idea era no cansarme innecesariamente. En ese momento, fueron pasando los días y del 4to al 6to suplente se fueron. El 2do suplente no estaba y el 3er suplente creo que se había ido a jugar a Panamá (que se disputaba, justo en la misma semana, este torneo del Korn Ferry), el suplente n°1 estaba ahí y yo me había quedado.

El día miércoles a la tarde, me dice mi caddie: «¿Vos sabés que Ian Poulter se fue a dormir anoche con fiebre?» Si se levantaba mal, no iba a jugar». Entonces ahí pensé que tenía una chance. A la mañana siguiente, temprano (tipo 9 AM), se va Alex Cejka porque le agarró alergia y no podía salir a jugar. Ahí entro el 1er suplente. El 2do suplente estaba, pero como a 4 horas de la cancha en auto. A las 10 de la mañana, me voy yo a hacerme un masaje y, cuando voy, lo veo a Ian Poulter que se levantaba con la valija y todo lo demás (ya se estaba yendo del hotel). Ahí me dí cuenta que no iba a jugar el torneo. Al toque, me avisaron que el 2do suplente no llegaba porque estaba muy lejos y me dicen: «Preparate porque jugás vos. Encima te toca jugar con Tiger y Lee» (risas).

Fue una experiencia única. Lee Westwood, un caballero. Y con Tiger, hablamos un poquito. Pero muy poco porque va mucha gente por adentro de la soga y por afuera de la soga. La verdad que era increíble la cantidad de gente que nos seguía. Y después se dió como les pasa a todos en ese momento. Obviamente, los nervios de poder jugar con él. Yo justo había hecho cambio de palos y de putter. La verdad que no fue la mejor decisión tomada esa pero, como no sabía que iba a jugar esa semana, entonces por eso tampoco me había calentado mucho. En fin, fue un muy lindo momento.

– De 2011 a 2017, fueron años de altas y bajas entre el PGA y el actual Korn Ferry Tour. Quiero ir a 2 hechos puntuales que te ocurrieron en tus últimas 2 temporadas en el PGA Tour. 1er situación: Fuiste testigo de la ronda más baja del PGA Tour. Un 58 alucinante de Jim Furyk en Connecticut (Travelers Championship, 2016), que se rumorea que casi se arruina por un score mal anotado tuyo. ¿Es verdad? ¿En algún momento perdiste la cuenta? (risas). Fuera de toda broma, ¿qué sentiste cuando lo viste hacer lo que hizo? ¿Pudiste establecer algún diálogo, luego de ese momento histórico?

– Quiero aclarar lo siguiente. No me acuerdo quien fue que dijo que «casi le arruino la tarjeta a Jim Furyk». Primero, fue mentira. Y segundo, lo que si pasó es que yo venía poniendo «3, 3, 3…» y digo «Ah, no. En este no hizo 3, hizo 4». Lo borré, puse 4 y seguí anotando 3, porque había hecho un montón de 3. De hecho, cuando terminamos, la corregimos, la miramos, le dije que la corrija él también (por las dudas)… Se hacen muchos chequeos. No es que le entregué la tarjeta así nomás, con un número mal escrito, ni nada por el estilo. Yo, en el momento, me dí cuenta enseguida. Por eso, lo anoté el 4 y borré el 3, como cualquier otro. Yo anoto cada 3 hoyos, o sea, era algo muy normal que pudiera pasar. Pero nunca iba a llegar al extremo de que me digan «no, le anotaste mal y lo descalificaron por culpa tuya». Porque era imposible que pasara eso. Yo le había anotado bien y él iba a tener que corregir. Además, el que te retiene la tarjeta, te cuenta hoyo por hoyo los golpes y, encima, después te dice «Está bien, hiciste -11, -12» (o lo que haya hecho en ese momento). En la época que le pasó a Roberto de Vicenzo (perdió la posibilidad de disputar un playoff con Bob Goalby, en el Masters de Augusta de 1968, por no corregir en su tarjeta que había un golpe de más en el score de un hoyo) era porque no había esos controles. De hecho, ponías la tarjeta en el buzón y el score era ese. Ahora te preguntan, antes de que salgas de entregar la tarjeta, si el score está bien, si las firmas están bien, y todos los detalles correspondientes. Es imposible equivocarte.

En cuanto a lo que viví en sí, con Jim Furyk jugué 2 días (el sábado y el domingo). En ese momento, mi caddie era Martín Muscarsel y él siempre me decía que yo pegaba muy derecho, que no erraba fairways, que no erraba greenes, y que era muy fácil jugar así. A su vez, yo le decía: » ¿Vos querés ver un jugador bueno, que no erra tiros? Hoy lo vas a ver a Furyk. Porque pega derecho.

Jim, el sábado, no jugó bien (creo que él hizo 72 en la ronda y yo 71) y, por eso, el domingo volvimos a jugar juntos. En la noche del sábado, Martín me decía: «No, no tiene chances, ya está viejo. Se le escapa la pelota…» (risas). Y al día siguiente, apareció. El caddie de él estaba «hecho pelota», no sé cuántos años tiene, pero no se podía levantar de la silla. Como que estaba cansado (se refiere a Mike «Fluff» Cowan. Tiene 72 años y es caddie de Furyk desde 1999. Antes fue caddie de Ed Sabo, Peter Jacobsen, y llevó los palos a un tal Tiger Woods, en el triunfo del Masters de 1997). Aparte, un día domingo, jugar temprano, sin motivación, sin nada… Furyk no tiró driver en la zona de práctica. Creo que agarró un solo palo y practicó con ese. No tiró putter. Ahora bien, salió e hizo ese tremendo score.

«Tati» Carballo, abrazando y felicitando a Jim Furyk, luego de la ronda histórica de 58 golpes realizada por el americano.

Yo me di cuenta en el 9 de como venía porque mi caddie me dice: «Che, este, si mete, hace -8 de ida. Viene para récord de campo» Yo no le creía y me comenta que me fije en su tarjeta. Eran casi todos birdies. Obviamente, no lo quería ni charlar (risas). Veníamos hablando, pero por arriba diciéndonos «buen golpe» y esas cosas. Pero, no en sí una charla fluida. El sábado sí habíamos charlado mucho. Pero el domingo venía muy concentrado en su juego. Fue una situación vivida muy linda también.

– 2do hecho ocurrido en la temporada 2017 del PGA Tour. Se inauguraba el formato por parejas en el Zurich Classic de New Orleans y, en la primera ronda de ese certamen, fuiste el primer sancionado (junto con tu compañero Brian Campbell) en más de 20 años por juego lento, con un golpe de penalidad. Describinos un poco cómo fue esa incómoda situación y que opinión tenés acerca de cómo es tratada esta problemática el día de hoy y sobre las nuevas políticas que estableció el Tour estadounidense, que entrarán en aplicación desde Abril (para quienes no saben, habrá más rigurosidad en el tema y, para aplicar la penalidad de un golpe por demoras indebidas, las 2 advertencias serán acumulativas en el torneo, no importa la ronda que se dispute. Ésta es la más importante de las medidas aplicadas).

– Lo que pasó en Nueva Orleans fue un caso muy especial y particular. Primero, fuimos muy mal penalizados de por sí. Era la primera vez que se hacía ese formato y nos pusieron a nosotros (a Brian y a mí) con unos jugadores profesionales de la «PGA of América» , que son profesores que juegan torneos con sus pares y vinieron a jugar un torneo del PGA Tour. O sea, no están acostumbrados a jugar al mismo ritmo que nosotros.

Obviamente, los chicos venían «recontra» lentos jugando en el formato y vinieron los árbitros por segunda vez a apurarnos. Pero no a nosotros, sino a ellos. Y cuando nos ponen el reloj, nos ponen el reloj a todos.

Nosotros jugamos el hoyo 11, y el hoyo 12 rápido. En el hoyo 13, me llaman la atención a mí. Uno de los árbitros me dice: «Miguel, tenés que apurarte porque te pasaste unos segundos» . Mi compañero también se pasa y ahí le ponen golpe de penalidad a Brian. Entonces, nosotros le dijimos «¿Por qué le pones golpe de penalidad a Brian? Si primero veníamos apurándonos, veníamos ganando tiempo. Y segundo, ¿en qué momento arranca el conteo? (Porque ni siquiera nos pudieron decir en que momento arrancaba el conteo, como para nosotros ya saber cuando pararte y pegar)». Mira como será, que en el hoyo 14, nosotros ya estábamos esperando el grupo de adelante que terminara de jugar (desde ese hoyo 14, hasta el hoyo 18 estuvimos así, esperando) Entonces, lo volvimos a llamar al árbitro y le dijimos «A ver, nos metiste un golpe de multa. ¿Por qué nos metiste un golpe de multa? Si nosotros veníamos, primero, caminando ligero y apurándonos y segundo: ahora nosotros estamos esperando al grupo de adelante, ¿también le vas a poner golpe de multa a ellos? Porque si ya esperamos nosotros…» (y esperamos hasta el final).

Aquí tenemos a «Tati» Carballo con Brian Campbell disputando el reformado Zurich Classic de New Orleans, en medio de la polémica sanción que sufrió (tanto él como su compañero) por juego lento.

Creo que al árbitro lo sancionaron y lo sacaron del PGA Tour porque, para mí, en ese momento tuvo un problema… No sé, fue muy raro todo. Como decís vos: en el PGA Tour pasaron 20 años y nunca habían puesto un golpe de penalidad y mirá que casualidad. Kevin Na tardaba más de un minuto y medio para pegarle a la pelota, cuando le agarró ese tic que no podía arrancar… Había un montón de jugadores. Nosotros contamos y eran más de 6 jugadores que eran demasiado lentos y nunca le habían puesto penalidaad por cómo son ellos. Le dan un poco de plus al jugador. Y, en el caso nuestro, no nos dieron ni chances. A mi me contaron 47 segundos en el golpe, cuando el máximo es de 45» (la primer advertencia) y a mi compañero le contaron 50″ (cuando el árbitro puso la penalidad). Ni siquiera se había pasado el minuto. Y el árbitro no sabía que inventar.

Cuando terminamos de jugar obviamente que reclamamos, lo llamamos al árbitro, le volvimos a preguntar. Le dijimos «¿Por qué nos metiste golpe de multa? Al final estuvimos los últimos 5 hoyos esperando. Si vos me decís que estuvimos esperando solamente en el 18, te creo. Pero, en 4 hoyos agarramos al grupo de adelante, que lo teníamos adelante. Y vos, no sé. Estabas enardecido con querer meternos el golpe de multa y lo lograste, pero nos cagaste el trabajo a nosotros y no tomaste conciencia que veníamos jugando con 2 jugadores que nunca habían jugado en el tour».

Al árbitro, como te dije, lo expulsaron del tour. Y para nosotros, fue un problema de él, no nuestro. Eso es lo que nosotros decíamos. Que nos perjudicaba a nosotros estos como jugadores regulares del circuito. No los perjudicaba a los otros jugadores que venían con nosotros, que eran la primera vez que jugaban un torneo del PGA.

Después, fui a la cancha el día sábado que se jugaba el mismo formato. Nosotros, cuando nos pusieron la sanción, habíamos tardado 3 horas y 50 minutos para jugar los 18 hoyos. Yo fui para controlar los últimos cinco grupos (porque tenía una gran calentura con el árbitro) y , el grupo que menos tardó, estuvo 4 horas y 5 minutos. Cronometrado y todo. Esto se lo llevé al capitán de los árbitros y le dije: «Mira, nosotros tardamos 3h 50m y nos pusieron golpes de penalidad. De estos grupos que venían, el que menos tardó, hizo el recorrido en 4h 5m». El árbitro general se excusó en el viento y yo le dije que viento hubo en toda la semana y que no hay excusa.

En definitiva, fue un error de ellos y por eso sacaron al árbitro que nos sancionó. Más de 20 jugadores en esos 20 años deberían haber tenido un golpe de penalidad y nunca se los pusieron.

En cuanto a las medidas de juego lento, la verdad no ha cambiado mucho el jugar más rápido, por el solo hecho que se sigue demorando lo mismo (casi 5 horas de juego). Así que, no mejoraron nada y sigue habiendo un poquito de margen hacia los jugadores más famosos. Le dan «un permitido más». Ellos saben quienes son los jugadores lentos. Yo al árbitro de Nueva Orleans también le dije: «Vos tenés que ayudar al jugador, no lo tenés que perjudicar. Ustedes tienen que ir y decirles: «mirá, estás jugando lento. No hagas que te pongamos golpes de multa. Tratá de jugar rápido, cambiá la rutina o hacé lo que tengas que hacer para mejorar tu tiempo dentro del campo» Y punto, ya cumpliste tu función. Si el jugador no hace el cambio, ahí sí, sancionalo.» Esto es lo lógico y lo recomendable. Porque los árbitros están para ayudar. No están para andar poniendo sanciones sin ninguna razón.

– En tu 2017, no obtuviste los resultados esperados en el circuito y, el año siguiente, te derivó hacia el continente asiático. ¿Cómo fue la decisión de vivir esa nueva aventura?

– Cuando perdí la categoría en el PGA Tour, obviamente tomé esa decisión porque me había quedado categoría condicioanl en el Korn Ferry y la verdad que, para ir a jugar clasificación los lunes, no quería. Preferí jugar la escuela de Asia y ver que sale de ahí. En ese momento estaba anotado también Sebastián Saavedra (que fue el que me dijo). Me fui para allá y, cuando clasifiqué, dije: «Bueno, esta es mi 2da opción para salir a jugar». Así que, opté por quedarme ahí y no irme a Estados Unidos. Y la verdad que fue una muy buena decisión.

– Actualmente, estás en el Asian Tour. Arrancaste por la antesala de esta liga: el ADT (Asian Development Tour), que te dio 1 victoria en playoff en 2018 (Indonesia). Luego, en 2019 ganaste en Tailandia, (también en playoff) y, ya en la gira del Asian Tour, ganaste el Bank BRI Indonesia Open. Contanos, en pocas palabras, las particularidades que hayas tenido en estas tres victorias. ¿Notás diferencias, en premios y organización, de los torneos del Tour Asiático, en relación al European Tour y al Korn Ferry? (No pongo en la comparación al PGA Tour por razones obvias. Si querés incluirlo también, está perfecto).

– En ese 2018, que gané mi primer torneo del ADT, jugué 14 torneos del esta gira y 14 del Asian Tour. A su vez, en el ADT, gané la «Órden de Mérito». Eso fue muy importante porque era la primera vez que ganaba una Órden de Mérito de un circuito. Es fundamental esto.

Luego, en el 2019, ahí vino mi primer torneo ganado del año en Phuket (Tailandia). Era un evento co-sancionado con el All Thailand Golf Tour. De hecho, a raíz de esto, este año pertenezco a 3 categorías: categoría «full» del Asian Tour (puedo disputar todos los torneos del circuito), categoría «full» del All Thailand y, como fui a jugar la clasificación del Japan Tour, me quedó para jugar la 2da gira de este circuito. Todo esto, me permite jugar estos 3 tours en este año.

En cuanto a diferencias de la organización con otros eventos de otros circuitos, la verdad son todos muy parecidos. Todos tienen lo suyo. Obviamente, el Korn Ferry viene de hace un montón. Eso hace que tengan todo armado. El «All Thailand» es muy parecido al Korn Ferry en la preparación. El Asian Tour es un poco más difícil, por el solo hecho que tienen que ir viajando de país en país. Además, todo se tiene que hacer en avión. Es muy complicado hacerlo por tierra. Así y todo, igual sigue siendo un circuito de crecimiento, donde todo se va a ir acomodando. El Japan Tour es un circuito que se asemeja al PGA Tour, pero con un poco menos de plata. Corea e India tienen buenos circuitos también… Hay muchos países con distintas giras. No tienen que envidiarle nada a nadie.

«Tati» Carballo celebrando su victoria en el Bank BRI Indonesia Open de 2019 del Asian Tour.

– En 2019 también fue tu año de participación en los Juegos Panamericanos. Describinos tus sensaciones de esos días, con ese gran grupo que conformaron con Estanislao Goya, Ela Anacona y Manuela Carbajo Ré. ¿Tokyo 2020 lo ves como algo muy lejano para tus objetivos de este año? De ser así, ¿cuáles serían estos?

– Participar en los Juegos Panamericanos es una experiencia espectacular. Era mi primera vez representando a mi país. Ya de por sí, yo siempre lo represento en cada torneo en que me presento. Pero bueno, esto era un caso muy particular, por ser por equipos e individual a la vez. La verdad que, por haber compartido con «El tano» Goya y con Manu Carbajo Ré y con Ela Anacona, fue una muy buena experiencia poder jugar en Lima (que yo ese campo lo conocía, pero no lo había jugado nunca). También, «el field» (los participantes de la competencia) fue muy fuerte. En mi caso, me dí todo el tiempo la chance de haber agarrado una medalla. Jugué mal el último día, y por eso no alcancé el objetivo. Pero bueno, al empatar tres jugadores con -15 (en los 1eros 3 puestos), se demostraba la calidad de jugadores que había, que era muy fuerte. Igual, rescato que fue un muy lindo momento y ojalá pudiera tener la oportunidad, en otro momento, de volverlo a hacer como experiencia de jugador y en equipo. Éste último estaba bien formado, pero lo único fue que no se dieron las cosas.

«Tati» Carballo con el equipo argentino que nos representó en los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Ela Anacona, Manuela Carbajo Ré, Estanislao Goya y, el capitán, Matías Anselmo, eran el resto de sus integrantes.

– Tati, para finalizar, yo siempre tiendo a pedir un consejo a mis invitados para quienes se inician en esto por amor al deporte o dan sus primeros pasos como profesional. En tu caso, ¿te parece que podríamos decir que, todo lo que te pasó en tu carrera, es el mejor consejo que podríamos dar?

– Como consejo, yo siempre recomiendo que, todos los jugadores que arrancan, tengan en cuenta que es muy difícil este deporte. Nunca se saben las cosas que pueden pasar en la vida. Hay que practicar y mentalizarse bien en lo que uno quiere hacer y hacerlo lo mejor posible. A nivel profesional, tanto físico como psicológico y golfístico. Es un consejo que hay que tomárselo en serio y dar lo mejor de uno. Como siempre decimos con un amigo: «El golf es como la vida, no hay nada fácil». Entonces, es pelearla todos los días.

Justamente Tati supo esto y lo está aplicando a la perfección en su carrera. Actualmente, miles de kilómetros lo separan de sus seres queridos. Pero él entiende esta circunstancia de su vida. Quiere superar sus límites y va por más. Creo que por esto, Julio Verne (desde donde nos mire) se puede sentir contento. 138 años luego de una de sus creaciones más conocidas, hay alguien que quiere que esta historia se mantenga en pie. Esta novela se llamó «MIGUEL ÁNGEL «TATI» CARBALLO Y LA VUELTA AL MUNDO EN 15 AÑOS». Continuará…

Matías Miguel Torge

HANDICAP 54

Un comentario sobre "MIGUEL ÁNGEL «TATI» CARBALLO Y LA VUELTA AL MUNDO EN 15 AÑOS"

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s